Marcela Anderson una joven de 26 años hija de un magnate dueño de un imperio de joyas, planea su boda con Santiago Clak un chico de 28 años que trabaja en la empresa de su padre, pero en el ensayo de la boda, encuentra a su novio con su hermanastra teniendo sexo, sigue adelante con la boda apezar de su dolor, pero no se casa solo les da su merecido.
Se vuelve una mujer fria y despiadada capaz se pasar por encima de quien sea para lograr lo que quiere, pero a su vida llagara un hombre que le hara conocer el amor y viviran una pasion desmedida.
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capitulo 12: Triste realidad
Narra Oriana.
Ha transcurrido el tiempo, desde la última vez que vi a mi madre, la llame para pedirle ayuda y me la negó, me encuentro sola, sin familia ni amigos, absolutamente todos me dieron la espalda, no se imaginan cuan arrepentida estoy de haberle seguido el juego a mi madre, en su sed de poder y ambición desmedida.
Luego de todo el escándalo que se desató, Aníbal me echo de la casa como si de un perro sarnoso se tratara, sé que tuve la culpa y no niego que también ambicionaba y envidiaba todo lo que Marcela tenía, no sé la falta de amor y atención que la rodeaba era lo que más quería, estaba tan ciega presa de mis miedos e inseguridades que deje que mi madre me manipulara psicológicamente comparándome frecuentemente con ella, no quiero excusarme tras el papel de víctima porque tuve mucha responsabilidad en todo lo ocurrido, pero mi careta se calló al darme cuenta de que únicamente fue una ficha más en el tablero de ajedrez de mi madre, ella y el miserable de Santiago eran amantes mucho antes de conocernos, es más ella propició nuestro acercamiento y logro convencerme de presentárselo a Marcela para que la cortejara, ellos planeaban quedarse con todo y luego deshacerse de mí.
No saben el dolor y la decepción tan grande que sentí al ver a mi madre revolcándose con el hombre al que amaba y por el cual, había lastimado a una chica pura e inocente, decepcionando a la única persona que siempre fue dulce y amable conmigo Aníbal, quien fue como el padre que nunca tuve, lo extraño he pensado buscarlo y contarle todo, pero sé que nunca va a creerme, yo tampoco lo creería.
Sobreviví unos meses con mis joyas, pues no encontraba empleo en ningún lado, por no tener un título y además por todo el escándalo, donde llegaba todos me reconocían como la hermanastra zorra que arruino la felicidad de Marcela Anderson.
Me mudé de ciudad hace un poco menos de 3 meses, porque los Ángeles es una ciudad muy costosa para vivir, además todos me conocían me vine a Phoenix con la esperanza de tener mejor suerte, pero por mi falta de conocimientos y habilidades me fue muy difícil encontrar un empleo, el dinero poco a poco se me fue acabando, llegue a comer hasta en albergues de ayuda social, por una chica que vivía en la pensión donde me alojaba encontré un trabajo como mesera en un bar de mala muerte, donde las chicas se prostituían, me reusé a acostarme con los hombres que frecuentaban el bar, solo he tenido relaciones con Santiago y es que en realidad lo amaba.
Mi jefe me decía que si aceptaba, ganaría hasta 5 veces más que únicamente limpiando mesas y sirviendo tragos, pero mi respuesta siempre era la misma, no gracias estoy bien así.
Al principio fue terrible adaptarme a este estilo de vida, pero poco a poco lograba encajar ya tengo casi dos meses trabajando aquí, siempre me he dado a respetar y eso ha generado la intriga y la obsesión en varios clientes. En especial del pervertido de Javier Bustamante un Narcotraficante que se ha empeñado en que esté con él me sigue a todos lados, me manda rosas, chocolates ropa, zapatos, bolsos costosos y demás, no me inspira ni un mal pensamiento, todo lo contrario hasta miedo y repulsión me da.
Hoy me toca trabajar, y sé que él estará ahí como todas las noches insistiendo, ya he decidió irme a otro estado, me contacte con una compañera que tenía en primaria y le conté todo con lujo de detalles y ofreció brindarme su ayuda, sin pensarlo dos veces acepte... Estos meses he aprendido a valorar las cosas y se que con trabajo y dedicación se puede obtener todo lo que uno se proponga, he vivido un infierno, he tocado fondo, pero me estoy levantando por mis propias fuerzas, y ya no tengo miedo de enfrentar al mundo.
Estoy en la pequeña habitación de la pensión donde arriendo, no mide más de tres por tres metros, apenas cabe una cama, la nevera, la cocina una pequeña mesa y dos sillas. Me estoy alistando para la que será mi última noche de trabajo en este horrible lugar, ya deje mi maleta lista, porque hoy es domingo uno de los días más concurridos, y posiblemente salga tarde y exhausta, mi amiga vendrá por mí temprano, es más ya viene en camino con su novio a recogerme, iré hoy pues es día de pago y quiero mi dinero, trabaje mucho por él.
Salgo y cierro con llave, pues aprendí a no confiar en nadie a la mala, pues en mi segundo día aquí me robaron. Me dirijo hacia el bar, con alegría al recordar que mañana me iré de este lugar.
Mi jornada transcurre con normalidad, hasta que veo al causante de mis pesadillas entrar con sus dos matones, se sienta y pide que yo lo atienda, voy y le llevo su pedido una botella de Whisky y tres vasos, lo dejo en la mesa, sin saludarlo siquiera, eso lo enfurece y me recrimina, que no le sonrió como a los demás clientes que soy suya y no quiere que le sonría a nadie, solo asiento con el ceño fruncido, estoy por irme cuando me toma del brazo y me besa a la fuerza, lo muerdo y rompo su labio, me suelta, lo cacheteo con todas mis fuerzas.
No vuelvas a besarme idiota, le grito.
Esto no ve a quedar así, nadie me golpea y vive para contarlo mald**a zo**a. Se para y se va del lugar, respiró aliviada en una esquina.
Sigo trabajando con normalidad, hasta que ya no hay clientes limpio las mesas, recojo los vasos que hay en la barra, los dejo para que a la mañana alguien los lave, y voy por mi paga.
El dueño del bar, me entrega el dinero y me dice que me cuide mucho, que lo que hice fue una estupidez y Javier es un hombre peligroso.
Eso hace que un escalofrío recorra mi espina dorsal.
Salimos Karen la chica que vive en la pensión y yo, vamos solas por la calle que conduce hasta nuestra residencia, cuando dos sujetos nos interceptan y me suben en un coche, veo como golpean a Karen quien cae desmayada, lloro y grito desesperada que me liberen, pero me apuntan con un arma en la cabeza, así que decido callar, me llevan a un galpón donde está Javier esperándome con una sonrisa perversa en sus labios.
Hoy serás mía, ordena que se vayan y el desgraciado me agarra y me golpea fuerte en el rostro, en mi mente solo ruego a Dios que no me lastime, pero sé que eso no se me cumplirá.
Me arroja a un colchón y rompe mi ropa, comienza a besarme y yo soy le pido que pare que me deje, eso parece excitarlo más, muerde y chupa mis pezones a su antojo, solo deseo morir de asco, termina por quitar mi ropa interior, se desabrocha el pantalón y saca su miembro erecto y se introduce en mí de una estocada, lloro desesperada con la mayor repulsión, sus embestidas son fuertes, como si quisiera entrar completamente en mí, lo odio con todo mi ser, esa madrugada me violo de muchas formas, quede sin fuerzas, totalmente desgarrada, mi cuerpo colapso yo solo quería morirme, y el pensó que estaba muerta o a punto de morir, me puso su camisa me subió a su auto y me abandono a la orilla de la calle cerca de un centro médico.
Me encontraron casi muerta con mi bolso a un lado, ahora estoy en una habitacion de hospital, sin ganas de vivir, sintiendome la mujer mas sucia y despreciable del mundo, no pronuncio ni una palabra, lagrimas de dolor corren por mi rostro sin parar, solo quiero morir.