Toda mi vida fue un cuento de hadas hasta esa noche, desde esa Noche mi vida cambio.
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capitulo 12
Rodrigo Madrigal
Al romper mi compromiso con Bárbara me sentí tan miserable se que no era la forma ya que todo estaba listo para nuestra boda y ahora muchos de esos preparativos los utilizaría en mi boda con Anaís Vargas, sabía muy poco de ella solo esa noche la vi y aunque creo, que fue el mejor sexo de mi vida quizá eso se debió a la droga era cierto que desde esa noche me la imaginé de nuevo en mi cama disfrutando aquella delicada fragancia, su suave piel que es lo que tenía ella para ponerme así me volvía loco hacia despertar miles de sensaciones desconocidas para mí , pero no creo que sea amor, el amor no existe.
Bárbara salió muy desconsolada de mi oficina ella llevaba las invitaciones de nuestra boda cuando le dije que esto no podía seguir, le conté toda la historia de lo sucedido con Anais, Bárbara sabía que no tenía escapatoria que siento iba a la bancarrota a su familia le iría peor ya que sus empresas cuentan con el respaldo de las mías y tanto como yo ellos saldrían afectados, ella salió llorando me dio demasiada pena aunque yo no tenía ningún sentimiento hacia ella nuestra relación solo era un compromiso pactado por mis padres. Cuando mis padres se enteraron de la ruptura del compromiso pusieron el gritó en el cielo pero ellos sabían que con Germán Vargas no se juega, que puede destruir todos nuestros negocios aún que el pierda millones así que no tuvieron más alternativas que aceptar.
Llegó el día de la boda y era la segunda vez que veía a la novia o al menos eso creí, cuando llegó el momento del beso tome con suavidad sus labios ella era algo torpe , pero fue agarrando el ritmo después el beso de volvió posesivo yo quería mucho más, ella hacia que perdiera la razón, tenía la necesidad de besarla y es que tenerla tan cerca de mi era una tentación latente, algo me atraía de ella es algo difícil de explicar, no quería soltarla pero al ver la mirada de enojó de su padre hizo apartarme, solo pude sonreír ante los aplausos de los invitados pero mi sonrisa no duró mucho tiempo no se cómo Bárbara logro entrar tomó una copa de vino tinto y derramó el contenido sobre el vestido de Anaís
--- Solo vine a desearles todo el mal que puedan tener, así como estoy sufriendo ustedes sufrirán--- dijo Bárbara su risa era siniestra o quizá un tanto desquiciada, yo abracé Anais de forma protectora, ella no paraba de llorar, los de seguridad sacaron a Bárbara del lugar.
--- Aquí no pasa nada, que continúe la fiesta--- dijo Germán, la música comenzó y nos adentramos, Germán nos pasó al despacho Anais no dejaba de llorar, ella se veía tan indefensa como una pequeña niña.
--- Anais sube y cambiaste mientras hablo con tu marido--- dijo Germán pasamos al despacho y el comenzó hablar:
--- Como te dije desde un principio está boda es una farsa pero si haces sufrir a mi hija en lo más mínimo no solo destruiré tus empresas también te destruiré a ti con mis propias manos y ni se te ocurra volverla a llevar a tu cama por qué está vez juro que no será como ahora---
--- Creo que ya lo ha dejado claro---
--- Lo digo por si lo olvidaste, así que mandaré una persona de mi confianza para que cuide a mi hija en su luna de miel, así que ni se te ocurra propasarte con ella--- yo no entendía porque todo este circo si no quiere que toque a su hija para que una luna de miel si no se puede hacer nada, que clase de circo es todo esto, después de un largó sermón y después que me volvió a repetir todo lo que no tenía que hacer espere a que bajara Anais para seguir con la ceremonia y después ir al aeropuerto, cuando ella bajo llevaba un vestido rosa se había quitado el maquillaje ahora se veía más joven parecía una niña y la ropa no ayudaba mucho son embargo al verla con un maquillaje más suave me acordé de aquel acontecimiento donde ella casi choca mi auto, si era ella como no me di cuenta antes.