Valentina Rossi. Lo tiene todo: belleza, fortuna y un apellido que pesa más que el oro. heredera de un imperio empresarial, su vida parece más bien un cuento de hadas.
hasta que las amenazas en contra de su familia la obligan a aceptar algo que jamás imaginó: un guardaespalda personal que la siga a todas partes.
El es Gabriel Duarte, un hombre frío, reservado con un pasado que prefiere mantener en silencio. Su deber es protegerla, mantenerla a distancia y no involucrarse. Pero el carácter rebelde de Valentina, sus intentos de sacarlo de control, un chispa peligrosa que surge cada vez que se miran, lo hace que la línea entre la seguridad y el deseo comience a desmoronarse.
Entre lujos, intrigas familiares y enemigos ocultos que acechan en la sombra, Valentina descubrirá que el peligro siempre la asecha.
¿Podrá un guardaespalda endurecido por la vida, y resistir la tentación de enamorarse de la qué juró proteger? ¿O cederá, aunque eso signifique arriesgarlo todo?
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Cercanía
Los eventos sociales, dónde asistía como la joven rebelde en busca de diversión, ahora se presentaba como una figura inalcanzable. Los vestidos de gala seguían siendo parte de su imagen, pero ya no eran frivolidad: eran armadura. Cada aparición pública estaba calculada, para mostrar su poder.
Catherine observaba a su hija con una mezcla de orgullo y temor. La mujer que había surgido de la tragedia era imponente, pero también diferente, difícil de leer. Valentina ya no pertenece al mundo de las jóvenes herederas caprichosas. Pertenece al mundo de los depredadores.
En medio de esa transformación, la relación con Gabriel se volvió un ancla. Él estaba allí siempre: En las reuniones, en los viajes, en las noches interminables en la oficina. No necesitaba palabras para acompañarla; su sola presencia era un recordatorio de que no estaba sola en la lucha.
A veces, en los trayectos de regreso a la mansión, Valentina se permitía mostrar una parte de sí misma que no mostraba a nadie más.
-- Hoy casi los destrozo. -- Le confesaba en voz baja, mirando por la ventana del auto.
--No "Casi" -- respondió Gabriel con una media sonrisa apenas perceptible. -- Lo hiciste. --
Momentos breves, íntimos sin ser románticos, donde Valentina encontraba Un refugio. Empezaba a darse cuenta de que confiaba más en él que en cualquier miembro de su familia o del consejo.
Y sin embargo, cada vez la distancia parecía a cortarse demasiado, pero Gabriel marcaba límites invisibles.
Una noche, tras una reunión agotadora en ginebra, Valentina se desplomó en el sillón de su suite del hotel, lo miró con cansancio.
-- A veces pienso que si no estuvieras conmigo, me hubiera quebrado hace tiempo. --
Gabriel se mantuvo de pie, serio, con las manos atrás de la espalda.
-- Ese no es mi mérito. Usted siempre tuvo la fuerza, señorita. --
Valentina suspiro.
-- No me llames "señorita" cuando estemos solos. --
Hubo un silencio denso. Gabriel sostuvo su mirada, no cedió.
-- Es mi deber. Mantener los límites claros. --
La frase cayó como un muro entre ellos. Valentina comprendido que no importaba cuánto se acercara, Gabriel el no cruzaría esa línea.
Los meses pasaron, y la influencia de Valentina se consolidó. Deshacerse de socios corruptos, cerraba las alianzas estratégicas y recuperó contratos que parecían perdidos. Con cada victoria, su confianza crecía.
En cada uno de esos momentos, Gabriel estaba allí. su instinto, y su experiencia en operaciones privadas, le permitía anticiparse a los ataques. Valentina empezó a verlo no solo como un guardaespaldas sino como una estrategia.
-- No eres solo mi sombra. -- Le dijo una noche, después de un intento fallido de difamación mediática. -- Eres mi brazo derecho. --
Gabriel no respondió, pero su mirada hubo un destello de reconocimiento.
La cercanía diaria, confianza creciente, el silencio compartido en noches de cansancio: todo eso empezó a sembrar en Valentina sentimientos que nunca había previsto. El era único que no veía como una transacción, no buscaba su dinero, ni su apellido.
En más de una ocasión, se sorprendió rozando su mano cuando le pasaba un documento, buscando su mirada más de lo necesario.
Pero él, siempre, mantenía la distancia. Cada gesto estaba medido, cada palabra cuidadosamente neutra
En el fondo, Valentina lo entendía: él era su guardaespaldas, no su amante. cruzar esa línea pondría en riesgo todo lo que había construido. Y sin embargo, la atención estaba ahí, como una llama oculta bajo las cenizas.
En su despacho, Valentina conservaba el sillón de su padre. Nunca lo usaba. Lo mantenía como un símbolo, recordatorio de la carga que había heredado.
Una noche, mientras revisaba balances, Gabriel entro y notó que ella observaba el sillón con melancolía.
-- A veces me pregunto qué pensaría de todo esto. -- Le dijo Valentina a Gabriel.
-- Estaría orgulloso. -- respondió Gabriel sin titubear.
Valentina sonrió, con tristeza suave.
-- Y tú, ¿qué piensas de mí? --
El silencio fue largo, y finalmente él le respondió.
-- Pienso que eres más fuerte de lo que jamás imaginaste. Y eso puede ser tanto tu mayor virtud como tu mayor condena. --
Valentina bajo la mirada. Sabía que esas palabras eran la forma más cercana de cariño que recibía de Gabriel.
Con el paso de un año, Valentina ya no era la "heredera rebelde" . Era la mujer que había tomado un imperio tambaleante y lo había vuelto a reconstruir con sus propias manos. Su carácter se había templado como el acero, y su nombre empezaba a resonar en Europa como un símbolo de poder.
Pero en su corazón, las batallas más silenciosas. Eran la ausencia que seguian pesando, y la distancia emocional de Gabriel, era una herida que aprendió a ocultar, con su autoridad.
Sabía que no podía forzar lo imposible. También seguiría siendo su guardaespaldas, su mentor, su nacla. Nada más.
Y quizás, en ese límite, residía la verdadera fuerza de su relación: una cercanía que no necesitaba romperse con palabras de amor , porque se sostenía en algo más profundo. En la lealtad.
pero esa cancelación debe ser un hecho en la prensa directa
ahora valentina debe tener mucho más cuidado
con ese loco de Adrien
Entonces dale dónde más le duele a Gabriel 🤣 en el Orgullo. ☺️