Mi nombre es Fernanda, vivo en una época donde las mujeres vivimos esclavas de las normas morales, de los valores, ética y las disque buenas costumbres de la sociedad.
Hoy estoy en el fango, cometí el peor error de mi vida, creer en las promesas de amor de un falso hombre y aquí estoy embarazada, siendo la peor mujer para la sociedad, la gente me mira mal, me hace un lado y todos me dieron la espalda por qué soy una mujer indecente.
Pero la vida me tenía que abrir los ojos a golpes, entender que no todos son buenos y no todos son malos, como la mujer que se convirtió en mi suegra, ahora no se ¿debo odiarla o quererla?
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CAPÍTULO 17
Eran las 5 am cuando me desperté, duro un buen rato llorando, hasta que me pude tranquilizar, me levante tome una toalla y me fui al baño, que estaba dentro de la casa, aun lado de la cocina y enfrente del comedor.
El baño era un cuarto, al entrar era un espacio no muy grande donde estaban los zapatos de mi padre, un mueble donde guardaba la ropa y una silla afuera de la puerta del baño para bañarse y aun lado estaba la taza de baño.
Los dos baños estaban separados y lo mejor es que estaban como escondidos, me metí a bañar; lo bueno que estábamos en la tercera semana de abril, ya hacia bastante calor, el agua fresca me cayo muy bien en mi cuerpo, hizo que me relajara, después de lo mal que me dejo este sueño.
Este día me la pase triste, no dejaba de pensar en el sueño, en mis sentimientos, quería una respuesta para este dolor que sentía en mi corazón, pero lo que era más extraño era que deseaba un abrazo de Jorge, quería que me dijera que siempre iba a estar a mi lado.
Todo el día me la pase en mi casa, le ayude con el quehacer de la casa y hacer la comida; a las 2 de la tarde que llego mi padre nos sentamos a comer, esta vez comimos mole dulce, algo que le gustaba a mi padre.
No fue un buen día Jorge no me visito, como logramos comprar todo lo de la boda en un día, él regreso al trabajo y no iba a poder visitarme siempre salía tarde, tenía que hacerme a la idea que no lo iba a ver hasta el sábado para ir a las pláticas del sacerdote.
Era miércoles faltaban dos días para verlos, los mismos días que pase triste, algo desanimada, deseaba tanto poder estar a su lado; para mi mala suerte ese sueño se repitió todas las noches, no me dejaba dormir tranquila me despertaba en la madrugada llorando, daba gracias a que solo fuera un mal sueño.
Lo bueno fue que mis padres no se dieron cuenta de mi estado de ánimo, oculte muy bien mis emociones, para que nadie me hiciera una pregunta que no iba a poder contestar.
Por fin se llegó el sábado y Jorge llego a la casa a las 3:30 pm, para ir juntos a la iglesia, me sentí tranquila al verlo, hasta creo que feliz, como siempre solo saludo con educación.
Yo quería estar a solas con él, pedirle un abrazo que me hacía falta, pero eso no iba a poder pasar, mis padres fueron con nosotros a la iglesia, tambien pasamos a la casa del señor Hugo y la señora Pina, para ir juntos a la iglesia.
Camine en medio de mis padres, mientras que Jorge caminaba al lado de la señora Pina, estaba en la orilla, lo sentía tan lejos de mí y eso si me hacía sentir algo inquieta, una tristeza inexplicable.
La Iglesia estaba de donde estaba el tinaco hacia la salida del pueblo, a unas 10 casas adelante, estaba por el camino de entrada, todo recto, hasta pegar con otra casa y parcelas de siembra.
Al llegar a la iglesia ahí estaba la señora Gloria hablando con el sacerdote y otras personas que estaban ahí para hablar de las fiestas del pueblo, que empezaban el último domingo del mes de abril y el novenario empezaba el 4 de mayo hasta el día 12 que se festejaba la virgen de Fátima, la patrona de nuestro pueblo.
Una virgen de origen Italiano que trajo la familia Italiana que estaba viviendo en el pueblo, ellos regalaron la imagen, que era bastante grande; nuestra iglesia era una de las más grande del municipio de Ahuacatlán, tenía un patio bastante amplio al frente de la iglesia.
Había arboles de naranja, limones, ciruelos y el frente de la puerta de la iglesia era de sementó, con bancas a los lados; la puerta era como de dos metros y medio de alto y de ancho era como 5 metros.
La parte de adentro su anchura era de unos 15 metros, había dos tiras de bancas, que llegaban hasta el altar, a los lados pegadas a la pared sillas; había otros santos, un cuadro de la virgen de Guadalupe, un cristo, la virgen de talpa y en las paredes había pequeños cuadros con el camino de la crucifixión.
El altar tenía tres escalones para subir, al estar enfrente al lado izquierdo estaba la pila del bautismo, al lado derecho estaba el pulpito donde se ponía la biblia para la lectura de las misas.
Enfrente estaba una mesa, donde estaba la copa, las ostias y la biblia, atrás de la mesa una silla donde se sentaba el sacerdote y detrás en la pared en lo más alto estaba la virgen de Fátima, en medio de lo que era la iglesia.
Desde la puerta hasta el altar eran unos 20 metros o un poco más y al entrar a la iglesia al lado derecho estaba el confesionario, aun lado una puerta que daba a la sacristía, que fue donde nos dieron las pláticas, sobre lo que era el matrimonio, sobre la fe y el camino que recorreríamos como pareja, tambien sobre los deberes de los padres para orientarnos, sobre las responsabilidades que tenían los padrinos.
Fue una plática hermosa y al final el sacerdote unió mis manos a las de Jorge, en ese momento empezó a decirnos. – Esto no es una costumbre, pero siento la necesidad de decirles estas palabras que me salen del corazón.
Ustedes dos hacen una hermosa pareja, están jóvenes y van a empezar un camino juntos, recuerden siempre sostener sus manos con fuerza, no caigan en las malas tentaciones, siempre trátense con respeto, no presten atención a los chismes de las personas, no es algo bueno, la vida es hermosa y tambien tienen que estar conscientes que va a ver momentos malos que los hará querer soltar sus manos, pero cuando eso pase, tienen que ser fuertes, aferrarse a su amor, al amor de Dios para que los ayude a salir de las adversidades.
Las palabras del sacerdote fueron hermosas, hasta donde se es la primera vez que él hace esto con una pareja y eso me lo dijo la señora Pina, que salió feliz, emocionada por lo que había pasado, porque ese sacerdote era algo gruñón, parecía que siempre estaba de malas y siempre regañaba a todos por sus malas acciones o por alguna mala palabra que decían y él escuchaba.
Cuando salimos de la iglesia eran las 7 de la tarde la plática si fue algo larga y Jorge nos invitó a cenar, esta vez mis padres aceptaron a ir con nosotros; fuimos a la única cenaduría que había en el pueblo, los mayores no dejaban de hablar de lo que el sacerdote nos dojo al final, parecía ser algo bueno.
Jorge saco una de las sillas para que yo me sentara, hizo lo mismo con su madre y después se sentó a mi lado, que de en medio de mi suegra y de mi prometido; se sentía algo extraño su madre no me decía mucho, solo prestaba atención a la plática de mi mamá y de la señora Pina.
Jorge estaba atento a mí y hubo un momento que sujeto mi mano, lo hizo debajo de la mesa, sin que nadie se diera cuenta; yo había querido un abrazo de él, pero al final con que sujetara mi mano fue suficiente para hacerme sentir bien.
Su áspera mano se sentía agradable, aunque no volteo a verme, me sentía protegida; fue una cena agradable, a las 10 pm Jorge y su madre nos acompañaron a la casa.
Mis padres se metieron a la casa me dieron un poco de tiempo para despedirme de él y la mamá de Jorge se alejó de nosotros, tuvimos un poco de tiempo a solas; esta vez tuve confianza y le pedí un abrazo.
Jorge no me pregunto nada solo me abrazo y me dijo. – Mañana vendré por ti a las 6:30 am, para ir a misa, darán las amonestaciones y tenemos que estar presentes.
Le dije que lo esperaba, después de eso se separó de mí, dejo un beso en mi frente y lo miré retirarse; entre a la casa me fui a mi habitación, me puse mi bata de dormir, que era larga llegaba hasta mis tobillos, de manga larga y cuello redonde, bastante floja.
Me recosté a dormir y por fin pude dormir, no soñé con nada, me pude despertar tranquilamente a las 5 am, me metí a bañar y para las 6:30 am que Jorge llego ya estaba lista, justo llego a la primera campanada de la misa.
Fuimos a misa y al final el sacerdote hablo de nuestra boda que sería el sábado a las 12 del día seria la misa, tambien pregunto si alguien estaba en contra de la boda, si tenía alguna razón para que no se realizara se acercara a él, que le explicara sus razones.
La misa termino y salimos de la iglesia, Jorge me invito a desayunar en uno de los puestos de comida que estaban a un lado de la cancha; yo acepte y empezábamos a caminar, como siempre en silencio, aunque ya no me molestaba, creo que me empezaba a costumbrar, lo mejor era que me sentía bien al estar a su lado.
Estábamos por llegar al enorme tinaco cuando nos encontramos un grupo de personas hablando entre ellas estaba Carmen, dos compañeras de la secundaria que yo en un tiempo considere amigas, estaban dos compañeros y la hija de la señora Margarita, que era tres mayores, de la edad de Jorge.
Al mirarnos se quedaron callados, creo que estaban hablando de nosotros, se nos quedaron viendo, pero la que parecía que me quería matar lo mirada era la hija de Margarita que se llama Dulce.
No entendí por qué Dulce se miraba enojada conmigo, ni por que miraba de esta manera, nunca le había hecho nada y mucho menos había cruzada palabras con ella, para que estuviera molesta conmigo.
Desvié mi mirada para no verlos y al pasar al lado de ese grupito, escuché la voz de Martha que era una de mis excompañeras, que dijo. – las mujeres sinvergüenzas tienen una suerte para embabucar a buenos hombres, que hasta les hacen creer que son padres de un hijo que no es de ellos.
Todos se empezaron a reír, al mismo tiempo que decían que era cierto, sus palabras eran para mí, sé que querían provocarme, hacerme sentir mal y si lo habían logrado, me pare en seco voltee a verlos, no pensaba dejar las cosas así, ni iba a dejar que siguieran hablando de mí.
Ellos al ver que me paraba voltearon a verme, de una manera altanera, esperando que yo les dijera algo.
Negocio de la costura y el bordado hacer vestidos para damas con bordados únicos eso a la larga da dinero quien sabe hasta modista llegas ser . Todo es posible