Recuperando La Felicidad

Dos días después

Lo narra Ada.

Estoy en la casa de Amelia, esperando a que lleguen los chicos y a que ella termine de cambiarse.

Me asomo al patio y me siento entre las flores. No paro de pensar en lo que sucedió con Alex y Laurel. No sé qué pasa, pero eso me llena de confusión. Llevo mucho tiempo conociendo a Laurel y sé que ella es valiente y una persona increíble. En el tiempo que llevo conociéndola, nunca la había visto así por nadie. Tengo mucha curiosidad, pero sé que eso no me incumbe, así que lo mejor es no meterme.

Mientras estoy en mis pensamientos, escucho unas voces llamándome. Me giro y veo que Alex y Mateo vienen hacia mí.

—Hey, ¿qué pasa? ¿Por qué no respondes? —me pregunta Mateo, levantando una ceja.

—No, nada, solo pienso en cosas del colegio. Ah, y Amelia está en su habitación, te está esperando —le respondo mientras veo cómo Mateo se dirige hacia la habitación de Amelia. Cuando él se va, noto que Alex no me quita la mirada de encima, y eso me hace sentir un poco incómoda.

—Ada, ¿podemos hablar? —me pregunta Alex, con algo de impaciencia.

Asiento con la cabeza, dándole a entender que sí.

—Bien, ¿puedes por favor olvidar lo que sucedió en el supermercado? ¿Quieres? —me mira con unos ojos llenos de esperanza. No sé qué pasó, pero si es mejor dejar ese asunto a un lado...

—Por mí está bien, no te preocupes, de mí no va a salir nada —lo miro y veo cómo sale todo el aire que tenía retenido. En ese momento nos llaman para subir al auto. Nos subimos y arrancamos.

Tres horas más tarde

Llegamos al hotel, que queda justo frente a la playa. Nos dirigimos al lobby para pedir unas habitaciones. Al llegar, la encargada nos atiende muy amablemente.

—Lo siento, solo hay dos habitaciones disponibles —nos dice la encargada, intentando obtener una respuesta.

Nos miramos los cuatro y Amelia y Mateo nos dieron una mirada que nos hizo entender que querían privacidad.

—Amelia, ¿podemos hablar un momento? —nos alejamos un poco de los demás y empiezo a hablarle.

—No puedes esperar a compartir habitación con Alex, sabes que eso no es una opción —pongo mi cara más seria posible, pero parece que no funcionó.

—Vamos, Ada, por favor. Es el cumpleaños de Mateo y quiero celebrarlo con él... sabiendo que se va a dar algo más... quiero darle lo mejor esta noche —no puedo creer que haya aceptado. Me repito a mí misma que es por el cumpleaños de Mateo y la felicidad de dos amigos. Jumm, esperemos que no me arrepienta.

Caminamos hacia el lobby y hablamos con la encargada.

—¿Nos das, por favor, las dos habitaciones? A ellos dos les das una llave y a nosotros otra, gracias —la encargada nos entrega las llaves y nos mira con curiosidad. La verdad, no tengo la mejor cara, no sé qué me pasa, pero estoy nerviosa.

—Bueno, cada uno a su cuarto, nos vemos en una hora —nos dice Amelia, luego se da la vuelta y los veo perderse en las escaleras. Alex y yo nos quedamos mirándonos para luego dirigirnos hacia nuestra habitación.