Tú, Mi Bello Tesoro 2

Cuando Trevor terminó de arreglar su ropa y tuvo el valor suficiente para ir a la cocina en busca de su hermosa morena, disculparse e intentar tratar de remediar la situación, fue demasiado tarde. En el lugar solo estaban los dos asistentes terminando de ordenar todo; entonces miró a Doris que estaba inspeccionando y le preguntó.

 ⎯ Doris, ¿no sabes dónde está la chef?

 ⎯ Se fue hace cinco minutos.

 ⎯   ¿Y no sabes dónde vive o su teléfono?

 ⎯ No, pero puedes preguntarle a Giovanna, ella la contrató.⎯ respondió cerrando la puerta de servicio una vez que los asistentes se marcharon.⎯ ¿Quieres contratarla para algún evento o es algo personal? ⎯ interrogó con picardía.⎯ Hoy no le sacabas los ojos de encima.

 ⎯ No es nada y no andes de metiche.⎯ dijo al mismo tiempo que apretaba el arete dentro del bolsillo de su pantalón, salía de ese lugar y subía las escaleras al cuarto de invitados sintiéndose devastado.

 A esas alturas Carolina ya estaba muy lejos de la mansión conduciendo el auto alquilado mientras golpeaba con desesperación el volante.

 ⎯ ¡Tonta… tonta… tonta y mil veces tonta!⎯ gritaba con mucha ira y se reprochaba. ⎯ Por intentar arrancar a Franco de mi corazón cometí una verdadera locura, soy una tonta.

 Ella seguía conduciendo de prisa, quería llegar a su casa y tratar de borrar de su cuerpo cualquier rastro de Trevor Hamilton que haya quedado en su piel, esa noche se había entregado a un idiota y su único consuelo era saber que nunca la encontraría ya que le dio un nombre falso.

Al llegar a casa Eve estaba mirando una película en la sala y apagó la televisión al ver el semblante de preocupación de su hermana.

 ⎯ Hola, ¿cómo estuvo la fiesta?

 ⎯ Bien, pero estoy algo cansada y con calor.

 ⎯ Ve por un baño, eso te hará sentir mejor y después me cuentas todo.⎯ sugirió la hermana mayor.

 ⎯ Sí, necesito un buen baño y me iré a descansar.

 ⎯  Ok.⎯ Eve se concentró en la pantalla y siguió disfrutando de su noche libre.

Dentro de la ducha Carolina se dejó caer al piso, sus piernas aún le temblaban y el ardor en su entrepierna comenzaba a desaparecer. Con movimientos torpes se levantó y comenzó a jabonar todo su cuerpo haciendo presión por los lugares donde el moreno había dejado un rastro de besos.

 ⎯ ¡ Maldito, te odio!⎯ dijo llorando.⎯ Todos los hombres son iguales, unos idiotas sin corazón, jamás volveré a caer en los brazos de ninguno.

Ella por media hora estuvo lavando su piel y cuando al fin se sintió realmente limpia se colocó un pijama y se recostó. Al otro día era domingo, podía levantarse tarde, no tenía ninguna obligación y solo deseaba dormir y nunca más despertar; ya que estaba viviendo su peor pesadilla.

Unos meses más tarde Trevor, se recibía con honores de la universidad y era noticia en todas las redes sociales, por su excelente desempeño y por haber ayudado a resolver un caso de estafa a nivel nacional. Sin embargo su felicidad era opacada porque en su mente solo tenía un objetivo por delante y era volver a la ciudad a cumplir su promesa. Con solo un pendiente en su bolsillo como pista para encontrar a su hermosa Eve, recorrió las pastelerías más prestigiosas, sin obtener ningún resultado, ignorando por completo que su bella morena seguía horneando desde la calidez de su hogar y sufriendo los malestares de su embarazo y odiando con todas sus fuerzas a todos los hombres del mundo; ya que por un simple error su familia le había dado la espalda y ahora no le dirigían la palabra.

Ella estaba en su habitación acomodando la cuna para su bebé, cuando sintió por primera vez a su hijo moverse dentro de su vientre, con cariño sonrió y le habló con ternura.

 ⎯ Hola bebé, al fin te siento.⎯ dijo visiblemente emocionada mientras se sentaba en la cama.⎯ Te amo bizcochito, siempre seremos solo tú y yo.

 ⎯ ¿Y yo? ⎯ preguntó Eve entrando a la habitación.⎯  A mi no me cuenta.

 ⎯ Ven Eve, toca mi vientre, se está moviendo.⎯ movió su mano indicando que se acercara.⎯  Mira como se mueve.

 ⎯  ¡Es hermoso! ⎯ respondió una vez que apoyó su mano.

 ⎯ Sí, nunca pensé vivir algo así.⎯ se secó una lágrima.

 ⎯ Cariño, ¿ estás bien? ⎯ preguntó al ver el dolor en su mirada ⎯ Sabes que puedes contarme lo que sea. ⎯ y su hermanita asintió.

 ⎯ Extraño hablar con mamá, no soporto esta situación.⎯  dijo abrazando a su hermana.

 ⎯ Lo sé, pero ya veraz que cuando vean a su nieto o nieta cambiarán de opinión.⎯  la consoló.

 ⎯  ¿Realmente lo crees? ⎯ preguntó esperanzada.

 ⎯ Estoy segura, aunque no te voy a negar que fue un shock para todos enterarnos de tu embarazo, cuándo ni sabíamos que tenías novio.

 ⎯  Lo sé.

Carolina se separó y ya no aguantaba guardar su secreto; entonces acariciando su vientre y dejando que las lágrimas rodaran por sus mejillas le confesó cómo fue que se quedó embarazada.

 ⎯ Fue tan humillante que inventé lo de un novio para que ustedes no me juzguen.

 ⎯ ¡No entiendo cómo pudiste ceder ante un desconocido!

 ⎯  Estaba dolida, amo a Franco desde que llegamos a este lugar.⎯ confiesa.⎯ Él es mi hombre ideal, es perfecto,  detallista, carismático, cariñoso, tenemos los mis gustos, lo que toda mujer sueña y sin embargo rompió mi corazón.

 ⎯ ¿Lo hiciste por despecho? ⎯  la miro confundida.

 ⎯  Sí… no… no sé.

 ⎯ No entiendo.

 ⎯ Eve sé que mi comportamiento fue irracional; pero no entiendes lo mal que me sentí y lo tonta al pensar que Franco me confesaba su amor y resulta que me estaba diciendo que tenía pareja, fue muy horrible. En cambio desde que ese joven me miró, lo supe, yo le gustaba y fue muy tierno, me trató como si yo fuera hermosa hasta que se disculpó y lo arruinó todo.⎯ su mirada cambió radicalmente a una llena de odio. ⎯  Por eso lo odio, no puede hacer que alguien se sienta tan feliz, tan plena, tan… no sé cómo explicarlo pero toque el cielo con las manos, flote antes sus caricias, para luego decir que todo fue un error y golpearme contra el piso al ver la realidad.

 ⎯  Fue un idiota y no lo discuto, sin embargo no te pusiste a pensar que puede que se haya asustado, ninguna mujer se entrega a un desconocido para tener su primera vez.

 ⎯ Bueno, yo no soy como cualquiera otra. Me gustó, tuve ganas y lo hice.⎯ se pone de pie.⎯ Solo espero que se olvide de mí y nunca más lo vuelva a ver.

 ⎯  Al menos sabes su nombre

 ⎯  Trevor Hamilton, el joven que estaba viendo la otra tarde en las redes, el tonto que se recibió de abogado .

 ⎯  Bueno, al menos tienes buen gusto, es muy guapo.⎯ bromeó.

 ⎯  Sí, es atractivo y su trasero es precioso.

 ⎯  ¡Carolina!

 ⎯ Lo siento; pero no puedo dejar de pensar en ese cuerpo.

 ⎯  Eso es por las hormonas, mejor vamos a tomar un té helado, así te refrescas un poco.

 ⎯ De acuerdo.

Las hermanas disfrutaron de una agradable tarde de verano descansando en su pequeño jardín y bebiendo un delicioso té helado.