La Santa Y El Duque Exiliado

-La reina se encuentra bien, tu hermano le ha estado llevando a los mejores doctores y mucamas para que la ayuden durante su embarazo por lo que se ha estado muy feliz…

Dijo Andrew mientras veía como el rostro de Kenneth cambiaba, este se sentó y sujeto su cabeza con sus manos mientras miraba el suelo, Andrew conociendo a su amigo quería calmarlo pero no sabía como poder consolarlo al saber lo que estaba sucediendo, su amigo había perdido a la mujer que amaba a manos de su hermano y esta lo había aceptado casándose con él.

-Amigo yo…esto creo que…

Fue entonces que Andrew vio a Eddie bajar las escaleras encontrándose con ellos, este le hizo una señas a Eddie para que se alejara ya que el duque estaba angustiado pero en cambio Alice se acercó a mirarlo, Alice pudo imaginarse rápidamente lo que estaba sucediendo “seguramente le llegaron noticias de la perfecta relación de los reyes…pobre” pensó Alice mientras se paraba frente al duque y le extendía su mano para calmarlo.

-Duque…

Dijo Alice mientras extendía su mano y el duque la miraba para luego sujetarla, Alice se acercó más a él se inclinó mirándolo a los ojos.

-Duque tranquilo todo está bien.

Hablo Alice provocando un sentimiento de incomodidad en Andrew que los miraba ya que había un chico joven tomando la mano de su mejor amigo mientras lo consolaba, de alguna manera la escena le parecía algo extraña.

-Bueno duque ya que nos encontramos aquí tenía algo que decirle…

-Bien ¿De qué se trata Eddie?

-Bueno, ver a la gente de aquí vivir así me ha provocado mucha inquietud así que me marchare mañana del ducado.

Dijo Alice poniendo en marcha su plan de chantajear al duque, fue entonces que este se levantó repentinamente y miro a Andrew quien tenía los ojos bien abiertos al escuchar las palabras de Eddie el chico con el que había estado divirtiendo esos últimos días como amigos, el duque tomo la mano de Alice fuertemente y comenzó a hablar en un tono desesperado.

-No, no puedes irte, por primera vez en dos años eh podido dormir tranquilamente y sentirme bien, no puedes marcharte ¿dime que puedo hacer para que te quedes Eddie?

Pregunto el duque desesperadamente.

-Lo siento su excelencia pero necesito irme, ver a la gente de este lugar pasarla tan mal me está afectando y lo mejor para mi salud mental es marcharme.

-¿La gente de mis tierras?... ¿es por eso que te quieres ir?

Alice miro a Andrew y luego al duque.

-Sí, ver como estaba esa gente me dolió mucho no quiero verlos así nuevamente.

-Bien, entiendo Eddie…entonces ¿Qué te parece? Yo me encargare de que ellos estén mejor pero tú te quedas aquí.

Dijo el duque tratando de convencer a Eddie que se quedara ya que se había acostumbrado a poder dormir gracias a este y sabía muy bien que su insomnio volvería en cuanto Eddie se fuera.

-Entonces ¿ayudara a la gente de su territorio?

-Sí, si lo hare pero debes quedarte Eddie.

-… Bien, me quedare.

Respondió Alice mientras el duque Kenneth sonreía al sentirse victorioso, Alice miro a Andrew y este asintió entendiendo claramente lo que Alice había planeado por lo que le sonrió agradecido “Si Kenneth se distrae con sus deberes como duque de seguro se ira sintiendo mejor y poco a poco recordara menos a la reina” pensó Andrew, así fue como Alice acompaño a Kenneth a su oficina y comenzaron a hablar.

-Bueno entonces ¿por dónde comenzamos?

Dijo el duque mientras redactaba un contrato diciendo que Alice, o sea Eddie trabajaría para él durante un año siempre y cuando el duque ayudara a la gente de su territorio y los hiciera florecer nuevamente.

-Bueno duque yo ya firme el contrato, solo quiero que esta gente viva tranquilamente, quiero que los niños puedan correr y jugar felices y que las madres no tengan que preocuparse que les roben a sus hijos, solo quiero que esta gente sea feliz.

Respondió Alice con ojos brillantes al solo imaginar ese escenario, el duque no pudo evitar admirar a aquel joven muchacho frente a él, era un hombre soñador y correcto, quien quería ver a la gente feliz y ayudar lo más que pudiera, lo que hizo que el duque admirara aquel joven que apenas llevaba una semana con el pero que en tan corto tiempo lo había hecho ver el mundo de otra manera.

-Bien, entiendo Eddie entonces ¿por dónde me sugieres comenzar?

Pregunto el duque a Eddie que parecía feliz por las palabras que Kenneth acababa de decir.