Ayuna Sekar, una chica huérfana, sincera y trabajadora, es traicionada por su propio prometido, el hombre al que mantuvo y ayudó a terminar la universidad. En el día que debía ser el más feliz de su vida, es humillada y despreciada hasta sufrir un ataque al corazón.
Pero el destino le concede una segunda oportunidad: vuelve tres días antes de ese fatídico día. Esta vez, Ayuna cambia su destino. Cancela la boda y, en un acto de valentía, se casa con un apuesto guardia de seguridad llamado Arjuna.
Sin saberlo, Arjuna en realidad es un multimillonario disfrazado. Su matrimonio, sencillo pero lleno de amor, risas y sorpresas, demostrará que el verdadero amor no necesita riquezas... solo un corazón leal.
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Capítulo 11
Lágrimas cayeron una a una de las mejillas de Ayuna cuando esas palabras salieron suavemente de sus labios: "¿Madre...?"
La mujer de mediana edad frente a ella asintió mientras lloraba, luego, sin dudarlo, abrió sus brazos. Por un momento, Ayuna se quedó en silencio, su cerebro luchando entre la lógica y la emoción. Pero lentamente, dio un paso adelante. Un paso. Dos pasos.
Entonces, el abrazo sucedió.
El llanto brotó de ambas. Un llanto que contenía miles de anhelos que nunca habían tenido la oportunidad de ser expresados. Arjuna miró conmovido desde un lado, y Maria se secó las lágrimas suavemente. Vina también se quedó en silencio, con los ojos hinchados.
"Pensé... que te había perdido para siempre", sollozó Amalia en el abrazo de Ayuna. "Pensé que estaba muerta en ese momento. Pero me desperté en un lugar extraño, sin recuerdos. Ni siquiera sabía quién era, quién era mi hija... hasta hace unos años".
Ayuna se separó lentamente del abrazo. "Entonces... durante todo este tiempo, ¿dónde has estado, madre?"
La enfermera que estaba de pie detrás de Amalia respondió suavemente: "La encontraron en la zona de la costa norte después de un accidente de barco. No se encontró su identidad. Le dimos un nombre temporal. Amalia vivió en una clínica de rehabilitación en Italia, sufriendo amnesia severa. Solo en los últimos tres años, su memoria ha comenzado a regresar lentamente".
Amalia asintió. "Cuando recordé el nombre 'Ayuna', el mundo pareció volver a encenderse. Busqué por todas partes. Pero nadie sabía. Hasta que finalmente conocí a alguien de Yakarta que conocía el nombre de Cempaka Group. Luego encontré a Maria".
Maria intervino: "Y cuando mencionó el nombre de Ayuna Sekar Cempaka... supe que el milagro era real".
Ayuna todavía estaba atónita. "¿Pero por qué ahora? ¿Por qué apareces ahora que me he casado, ahora que todo ha cambiado?"
Amalia tomó la mano de su hija. "Porque solo pude recordar realmente después de ver tu rostro en el retrato familiar que envió Maria. Cuando vi eso... supe que eras mi sangre".
Arjuna habló. "Seguiremos haciendo verificaciones oficiales, señora. ADN, registros médicos y demás. Pero si realmente es la madre biológica de Ayuna... queremos darle la bienvenida a nuestra familia".
Amalia sonrió, su rostro todavía cubierto de emoción. "Son una familia cálida. Estoy agradecida de que Ayuna haya crecido hasta convertirse en una mujer tan fuerte".
"No te preocupes, haré cualquier prueba para demostrar que soy tu madre biológica", dijo la madre Amalia.
Y al día siguiente, todos fueron al hospital para hacerse una prueba de ADN y obtendrían los resultados en dos días.
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Dos días después: Casa de Arjuna en Yakarta
La certeza llegó con los resultados de la prueba de ADN. Coincidencia del 99,9%. No hay duda: Amalia es la madre biológica de Ayuna.
La familia extendida de Arjuna fue invitada a cenar juntos.
Arjuna se paró frente al comedor y exclamó: "A todos, les presento... esta es la madre de Ayuna. Su nombre es Amalia".
El ambiente se volvió emocional. La madre de Arjuna abrazó de inmediato a Amalia. Los abuelos también se acercaron, y las tías y los primos no fueron menos entusiastas.
"Tía se parece a Ayuna, ¿verdad?", bromeó el primo de Arjuna.
"Mamá parece que acaba de regresar del exilio", bromeó su prima, sonriendo, tratando de aligerar el ambiente.
Todos rieron suavemente. Esa noche estuvo llena de la calidez de la familia, risas e historias del pasado que comenzaron a redescubrirse.
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Por la noche: Balcón de la habitación de Ayuna
Ayuna se sentó con Arjuna, apoyando la cabeza en el hombro de su esposo.
"Mi vida solía sentirse como un rompecabezas. Ahora, las piezas comienzan a encajar una por una", susurró.
Arjuna le acarició el cabello suavemente. "Porque te atreviste a buscar la verdad. Y la verdad te pertenece".
"Pero, Mas... estoy preocupada".
"¿Por qué?"
"El tío Anton no ha terminado. Si supiera que mamá todavía está viva... podría perder todos sus derechos de herencia. Temo que haga algo más peligroso".
Arjuna miró al cielo. "Lo enfrentaremos. Juntos. Con la ley y la evidencia".
"¿Pero será suficiente?", preguntó Ayuna.
Arjuna miró a su esposa profundamente. "Si no es suficiente, usaremos el amor y el coraje. Y sé que tú tienes eso, Na".
Ayuna sonrió levemente y luego abrazó a Arjuna con fuerza. Detrás de toda la verdad y el reconocimiento, sabían que este viaje aún no había terminado.
No todo el peligro ha desaparecido. No todas las heridas han cicatrizado.
Pero esa noche, por primera vez en la vida de Ayuna... se sintió completa.
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La noche oscura cubrió Yakarta. Una ligera lluvia mojó las grandes ventanas del estudio de Anton, un hombre de mediana edad con un traje oscuro y un rostro lleno de frustración. En su mano sostenía un periódico local que mostraba el titular:
"La hija biológica de la difunta señora Cempaka es encontrada con vida y se ha casado con un joven empresario misterioso"
El rostro de Ayuna apareció allí. Junto a ella estaba Arjuna, su esposo, aunque su nombre fue omitido deliberadamente.
Anton arrojó el periódico sobre la mesa.
"¡Maldita sea!", maldijo.
Frente a él estaba sentado un joven de rostro astuto con un tatuaje de serpiente en el cuello. "¿Así que es verdad que la niña está viva? ¿No se informó que todos murieron en el accidente?"
"Esa chica debería haberse ahogado y desaparecido para siempre. Pero resulta que", Anton miró la foto de Ayuna que estaba claramente impresa, "ella ha regresado y ahora se está volviendo aún más fuerte".
El hombre tatuado sonrió. "Entonces, ¿qué quieres que hagamos, jefe?"
Anton suspiró profundamente, luego se levantó y caminó hacia un armario secreto. Abrió la puerta y sacó un archivo viejo y polvoriento.
"Durante todo este tiempo, he tenido un testamento temporal, porque se considera que Cempaka no tiene familia. Pero ahora, si su esposa está viva, todos los bienes, acciones, activos e incluso propiedades en el extranjero pueden ser devueltos a su nombre".
"¿Incluyendo la villa en Bali y esa isla privada?", preguntó el hombre allí.
Anton asintió bruscamente. "¡Si lo pierdo todo... me convertiré en un mendigo! Durante todo este tiempo, solo he estado fingiendo ser el tutor de la familia, cuando en realidad me estoy enriqueciendo. ¡Incluso mis hijos están estudiando en el extranjero con el dinero de la empresa!"
Apretó el puño. "Debo hacer que Ayuna caiga. O... desaparecerla por completo. Como su madre".
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Mientras tanto, en la casa de Arjuna
Ayuna se sentó con su madre, Amalia, en la sala de estar. Bebieron té mientras abrían un álbum de fotos antiguo.
"A mamá le gusta este batik", dijo Amalia mientras tocaba una vieja foto de la pequeña Ayuna con ropa tradicional. "Eras pequeña en ese momento, pero lloraste mucho cuando te cambié de ropa".
Ayuna sonrió y se rió entre dientes. "La pequeña Ayuna era traviesa, ¿verdad, mamá?"
"No traviesa... solo testaruda. Pero de buen corazón", respondió Amalia, pellizcando suavemente la mejilla de su hija.
De repente, Arjuna entró con un rostro serio, sosteniendo un teléfono. "Cariño, tenemos que hablar".
Ayuna inmediatamente se puso tensa. "¿Qué pasa, Mas?"
"Recibí noticias del Sr. Hendra, el abogado de la familia. El tío Anton está tratando de reclamar la herencia de Cempaka Group y cuestionar tu legitimidad como heredera".
Amalia se sorprendió. "¿¡Qué!? Pero sabe que estoy viva. Todos los documentos están claros".
Arjuna asintió. "Y esa es precisamente la razón por la que está entrando en pánico. Sabe que su tiempo se está acabando".
"¿Va a pelear?", murmuró Ayuna.
"No es solo eso", dijo Arjuna en voz baja, mirando a su esposa con preocupación en los ojos. "Sospecho que involucrará a terceros. Gente peligrosa. Incluso tal vez... criminales".
Ayuna tomó la mano de su madre. "No dejaré que mamá vuelva a salir lastimada. No me quedaré callada, Mas. Es hora de que me levante como la heredera legítima".
Arjuna tocó la mejilla de su esposa, orgulloso y preocupado a la vez. "Si estás lista, prepararé los pasos. Lo combatiremos por la vía legal, y... si juega sucio, me aseguraré de que tengamos protección".
"¿Protección?", preguntó Amalia.
"Mi gente de confianza comenzará a vigilarlos. En casa, de compras, incluso en cualquier lugar".
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Mientras tanto, en el orfanato
El tío Anton envió a alguien al orfanato donde Ayuna había vivido hasta los 18 años. Sabía que si podía encontrar una pequeña brecha en el pasado de Ayuna, ya sea un archivo perdido, un registro dudoso o alguien que pudiera ser sobornado, eso lo ayudaría a anular la legitimidad de Ayuna como heredera.
Pero... cuando su subordinado se infiltró por la noche en los archivos subterráneos del orfanato, una sorpresa lo esperaba.
Resultó que uno de los archivos antiguos contenía una carta manuscrita del Sr. Cempaka antes del accidente, escrita para Ayuna.
"Para mi hija, Ayuna Sekar Cempaka. Si algún día tu padre no regresa, recuerda que eres amada más que nada. Guarda esta carta como prueba de que eres mi sangre".
El subordinado de Anton no tuvo tiempo de tomar la carta porque de repente sonó la alarma; el orfanato había sido equipado con un nuevo sistema de seguridad por orden de Arjuna.
Y esa noche, un escudo invisible comenzó a envolver a Ayuna... porque Arjuna sabía que sus enemigos no se detendrían solo con una demanda.
Apuntarían a su vida.
Continuará
