Alexander y Sofía. dos enemigos mortales que acaban con sus vidas al mismos tiempo. sin imaginarse que sus destinos se unirá en una época diferente, en un siglo moderno, como el XXI
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Capitulo 11: Regalo.
Iván detuvo su automóvil de manera abrupta frente a la imponente fachada de su empresa, el ruido de los frenos resonando en el silencio matutino. El impacto fue tal que Sofía, que iba sentada en el asiento del copiloto, se golpeó contra la guantera. Su cara se arrugó por el dolor, y no pudo evitar llevarse una mano a la frente, refregándola en un intento de calmarse.
— ¡Ten más cuidado, imbécil!— gritó mientras se ajustaba en su asiento.
Iván, mirando al frente con expresión desinteresada, replicó
— ¿Qué dices? Yo manejé bien. Fuiste tú quien no se puso el cinturón de seguridad.— aunque Sofía deseaba discutir, sabía que tenía razón.
Resopló con frustración pero decidió dejarlo pasar. Ambos salieron del auto y cruzaron el umbral de la empresa, encontrando a los hombres que ella había disciplinado el día anterior, alineados, con una actitud casi militar. Eran como soldados esperando órdenes, la presencia de Sofía era imponente.
— Buenos días, señora Sofía.— saludaron al unísono, un coro de voces que llenó el vestíbulo.
Iván se detuvo en seco, sorprendido e indignado. Se preguntaba cómo era posible que ella hubiera impuesto tal disciplina en una sola noche.
— ¿Qué te sorprende, príncipe? —dijo Sofía, acercándose a él con una sutil sonrisa. — Mientras más sepas manejar a un hombre, más cerca estás de dominar todo.
Con un gesto punzante, acarició la barbilla de Iván, un movimiento que tenía un aire de desafío. Él se apartó, frunciendo el ceño.
— Por favor, Santa. Conozco tu verdadero ser. Sé con quién me estoy involucrando. Podré fingir que soy tu esposo, pero no tendré sentimientos románticos.
— ¿Ah sí? —respondió ella, riendo con una ligereza casi burlona. — Entonces, ¿No seguirás el plan que te sugerí para conquistarme? Mira que apenas empieza la noticia de infidelidad con Elena.
Sofía se volvió seria, su expresión cambiando drásticamente.
— Lo haré. Solo por otros motivos —dijo él, su voz firme y segura.
Aunque Sofía no indagó más en el asunto, dejó escapar una sonrisa satisfecha.
— No preguntaré qué harás, porque adoro la sorpresa.
Continuó caminando por la oficina, y tan pronto como llegó, señaló a uno de los ejecutivos que volvió su esclavo.
— ¡Cómprame el desayuno! —ordenó, mientras Iván se sumía en sus pensamientos. Reflexionaba sobre sus intenciones.
"Si piensas que seré uno de ellos, estás equivocada. Te conquistaré solo para mi beneficio. No te mataré en esta era, no es necesario. Ya no está el rencor de mi padre para hacerte daño, pero tampoco caeré en tus encantos"
Al llegar a su oficina, Bonet, el asistente personal de Iván, lo interceptó con noticias sobre el regalo de Sofía.
— Ya está encargado. Lo traerán aquí en la tarde —informó, sonriendo.
Iván sintió una mezcla de curiosidad y frustración. Le dijo a Bonet que lo envolviera en una caja decorada con rosas jazmín, que estaban entre las flores favoritas de Sofía y que lo llevará al restaurante donde comerán está tarde. Tras recibir la confirmación, Bonet se marchó, dejándolo solo nuevamente.
La atmósfera en la oficina cambió cuando Iván se unió a Sofía, quienes comenzaron a trazar planes y estrategias para la empresa.
— Deberíamos esperar la llamada de esos nuevos ejecutivos —comentó Iván.
— ¿Para qué esperar? Llámemolos ya. —interrumpió Sofía con un tono decididamente firme mientras comenzó a buscar los números de contacto.
Iván había estado a punto de detenerla, pero recordó que incluso él había considerado lo mismo, aunque Bonet le había sugerido que era necesario esperar a que ellos llamaran. Sin embargo, la determinación de Sofía era inquebrantable, y rápidamente obtuvo respuesta.
La conversación se alargó por varios minutos, y Iván observó, su ansiedad aumentaba con cada palabra que intercambiaban. Al final, cuando Sofía colgó, su mirada era de triunfo.
— Tenemos una reunión mañana a primera hora —dijo con confianza, su voz llena de satisfacción.
Iván, sonriendo, le preguntó intrigado:
— ¿Cómo lo lograste?
— Me dijeron, en otras palabras, que se olvidaron de llamarte. Que esta compañía no tiene oportunidades por la devaluación de esta empresa. Prácticamente me dijo que no tratan con una empresa pobres y sin salvación. Pero nos darán una sola oportunidad. Si les gusta, el contrato se firmará.
— Excelente, ahora prepararé todo para mañana —replicó Iván.
— Yo te ayudaré. Déjame leer la propuesta que me estabas comentando para verificar que todo esté en orden.
Él le entregó los documentos mientras la tarde avanzaba, y cuando llegó la hora del descanso, Iván sugirió que fueran a un restaurante caro. Cuando entraron, las miradas de los comensales se posaron en ellos. Los murmullos estaban llenos de chismes, y las palabras "el infiel" y "la esposa conformista" eran difíciles de no escuchar. Sin embargo, en lugar de incomodarse, Sofía e Iván se acercaron a la mesa más prestigiosa del lugar.
— El plan ya está en marcha —manifestó Sofía, su mirada centelleando. — Bien, ¿Qué tipo de regalo tienes para mí?
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Iván, y al chasquear los dedos, hizo que el mesero se acercara con un paquete rectangular meticulosamente envuelto.
Iván tomó el regalo y se arrodilló en pleno restaurante, llamando la atención de todos los presentes.
— Mi amada Sofía —comenzó, su tono cargado de dramatismo— Sé que he sido un bastardo, miserable...
— Escoria... —interrumpió ella, tosiendo para disimular una risa.
Iván le dirigió una mirada de advertencia, pero continuó sin vacilar.
— ... Y escoria. He roto tus ilusiones engañándote, pero he jurado que volveré a conquistar tu amor. Empezando con este pequeño detalle que te doy con todo mi corazón.
A pesar de intentarlo, Sofía si pudo contener la risa. Jamás lo había visto tan patético. Sin embargo, aceptó el regalo, abriéndolo con una mezcla de curiosidad y diversión.
Al descubrir flores jazmín, su asombro fue grande ya que esas flores eran escasas en la época antigua y ampliamente valoradas. Pero lo que realmente dejó sin palabras a Sofía fue la sorpresa que encontró al finalizar; una espada, reluciente y magníficamente elaborada, un objeto que emanaba poder recuerdos del pasado cuando era una Santa.
Esa era la última cosa que ella esperaba recibir de Iván, un gesto que guardaba muchas emociones y significados. Aquel regalo la dejó sin palabras; era evidente que Iván había logrado sorprenderla.
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Muchas gracias por leer no olviden dejar su preciado me gusta en el capítulo. 💕