La Venganza De Leia

Leia se quedo quieta, sin poder apartar la mirada del duque, jamas lo habia visto gritar, y aunque todos en el salon temblaban de miedo, ella se sintio… protegida, como si por primera vez alguien la defendiera de verdad..

el baron, intentando recomponer la situacion, carraspeo..

Barón: duque Donnely… acepto el matrimonio, claro que si, pero quizas… podria ser prudente que estuvieran de novios unos meses antes, para que se conozcan mejor

Bastian: si, hasta que cumpla veinte, a fin de año, asi sera mas apropiado

[claro… hasta que cumpla veinte, asi tienen tiempo de matarme antes]

Duque: Hoy mismo me llevare a Leia de esta casa, no pasara una noche más aqui

lady Corinne se levantó también, roja de furia, con las manos temblorosas

Lady Corinne: ¡como se atreve! aunque sea poderoso, un jinete del imperio.. aunque tenga titulos y tierras, no puede llevarsela asi, eso deshonraria a mi hija y a toda la casa Tudor ¡una dama no vive con un hombre antes del matrimonio, eso es vergonzoso!

Duque: entonces aceleren la boda, porque Leia no pasará otra noche bajo este techo… ni una más..

el silencio cayó de golpe, nadie se atrevió a replicar. el barón tragó saliva, Bastian se apartó del camino, y Leia sintió cómo su corazón latía tan fuerte que temió que todos pudieran oírlo..

lady Corinne: duque, aunque apuremos todo, necesitaremos semanas para los preparativos… el vestido, el banquete, los invitados, todo…

Duque: entonces me la llevare a mi mansion en la costa, alli no habra problemas ni retrasos

Barón: ¿acaso cree que yo, como padre, no podria cuidar de mi hija?

Duque: si, baron, podria cuidar de ella… pero mientras estuvo enferma, nadie la visito, ni un solo dia. ahora, yo la protegere.

lady Corinne palidecio y trago saliva, mientras Bastian se cruzaba de brazos, frunciendo el ceño. Leia, por su parte, no pudo evitar sonreir ligeramente, divertida por ver a su familia completamente derrotada por la determinacion del duque, mientras en el fondo pensaba que, finalmente, alguien parecia tomarla en serio y protegerla de verdad.

[nada mal duque gruñon.. nada mal..]

Barón: duque Donnely, aunque usted sea un hombre importante, no puede simplemente llevarse a mi amada hija, eso… eso parece casi un secuestro, algo que ni los jinetes del imperio pueden hacer!

Leia, al escuchar eso, no pudo contener la risa, cubriéndose la boca con la mano mientras su mirada brillaba de diversión, totalmente desconcertada por la seriedad exagerada de la familia Tudor

Bastian: ¿por qué te ries?

Leia: jajaja oh, nada, solo me parece… increíble imaginar que un jinete pudiese secuestrar a alguien jajaja.. además encuentro adorable que se preocupen tanto.. es como si pensaran que el duque Donnely no puede hacer lo que quiera…

El duque la miró con una sonrisa ladina..

Leia: bien.. iré por mis cosas antes de irme, no puedo dejar nada importante atrás.

Barón: ¡eso no ocurrirá! no te llevarás nada de esta casa, Leia, ¡nada!

Leia arqueó una ceja, sorprendida por la fuerza de su propio padre, y por un instante sus labios se entreabrieron, pero antes de que el duque pudiera reaccionar, ella lo calmó con un gesto sutil.

Leia: tranquilo, duque .. está bien… no hace falta gritar otra vez. si eso quiere mi padre esta bien ademas mi prometido me comprará cosas mejores, no necesito estas reliquias familiares para ser feliz.

el duque, que estaba a punto de explotar, conteniendo la respiración y apretando los puños, solo pudo asentir, mientras Leia lo guiaba suavemente hacia la puerta con su mano extendida.

Barón: ¡si te llevas algo, Leia, juro que lo lamentarás!

pero Leia ni siquiera lo escuchó. ya estaba caminando con paso firme, ignorando los gritos y amenazas, dejando atrás la sala donde la familia Tudor trataba de mantener un control que ella ya había decidido no respetar.

el duque la siguió de cerca, cruzando los brazos con una sonrisa divertida y exasperada a la vez, mientras Leia miraba hacia atrás por un instante y le guiñaba un ojo, como diciendo sin palabras.. [no hay quien me detenga ahora.]

los sirvientes y la familia Tudor se quedaron boquiabiertos, incapaces de reaccionar, mientras el carruaje esperaba afuera para llevarse a la prometida del duque, segura, confiada y completamente en control de la situación.

A pesar de todo, la furia del duque no se habia esfumado, solo se habia puesto en reposo como un volcán con coraje contenido. mientras caminaban hacia el carruaje, su mente ya trabajaba en pequeñas venganzas.. humillar a la familia en las recepciones, quitarles contratos comerciales, mandar a algunos proveedores a no servirles mas... pequeños pinchazos que dolieran sin dejar cicatriz legal. la idea de verlos retorcerse en la impotencia le arranco una sonrisa corta, casi cruel..

Leia, ajena a la lista de agravios que se formaba en la cabeza del duque, se subio al carruaje y sin ceremonias se sento en sus piernas como si aquel asiento fuera suyo por derecho. lo miro con ojos brillosos de burla..

Leia. entonces.. me llevara a la mansion de la costa?

el duque la miró con esa mezcla rara de exasperacion y ternura que solo ella conseguia provocar

Duque: ¿tu quieres ir?

Leia: jajaja para que me preguntas si al final va a ser lo que tu quieras?

eso lo hizo enfurecer y sonreir al mismo tiempo. la beso, rapido y sin aviso, un beso que tenia algo de premio y algo de amenaza..

Duque: te llevare a la mansion de la costa, pero yo tambien ire. no te pienso dejar sola con los tejados y el mar..

Leia: perfecto.. asi podra vigilar que no me envenenen..

Duque: si además.. debo enseñarle al rebaño a no ladrar en mi presencia.. ademas no creas que mi idea de hacer sufrir a los Tudor sera solo cruel, sera rentable para ti..

el carruaje partio lentamente, y mientras las torres del ducado se alejaban en la distancia, el Duque se quedo mirando a Leia con una certeza nueva, esa que mezcla intencion y miedo.. [un año o quizas un para siempre y si alguien intenta tocarte, no dejare nada.. nada]