He reencarnado en Carlisle, un hombre cuya historia tuvo un final absurdo, tenía una buena vida, una esposa leal, pero lo cambió cuando su antigua amor regreso pidiendo ayuda y al final, quedaron juntos, pese a que ella lo había traicionado antes. Pero yo, no pienso seguir esa historia, así que la cambiaré a mi favor...
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Capítulo 11.
Mientras en el salón la fiesta continua, Carlisle carga a la princesa entre sus brazos caminando hacia la alcoba nupcial que prepararon para ellos en el palacio, en esa zona, hay doncellas que al verlos llegar, preparan todo, van en busca de agua caliente en caso de que quieran darse un baño, encienden las velas aromáticas de la alcoba y traen una cena ligera y vino.
Carlisle ya había dejado a Arya sobre la cama y ve como las doncellas se retiran al terminar. Carlisle se acerca donde estaba el vino para servir dos copas, pero, al darse la vuelta, ve a la princesa de pie ya con el vestido en el suelo y ella, luciendo un camisón blanco que aunque cubría partes importantes, era tentador.
—el vestido estaba incómodo por la mancha.— expresa al sentirse observada por su esposo, aunque esa era la idea, tentar al Duque.
—por supuesto, pero, ¿no esta muy descubierta?, podría lanzarme sobre usted.— Carlisle deja las copas en la mesita y da unos pasos hacía Arya.
—es nuestra noche de bodas, puede venir a mí.— responde la rubia extendiendo los brazos.
Al ver que este se acerca, ella se mantiene en su lugar, pero, se sobresalta al sentir las manos del duque acariciar con suavidad sus brazos. Carlisle disfruta de ese toque en esa suave y blanca piel, desliza con suavidad sus dedos sobre los brazos hasta llegar a los hombros y el cuello, deteniéndose al tocar sus mejillas. Carlisle se inclino para unir sus labios con los de Arya, y ella corresponde de inmediato el beso, ante esta respuesta, Carlisle profundiza el beso, saboreando los labios de su esposa hasta enredar su lengua con la suya.
Arya, quien ya ansiaba ese momento con el Duque, lleva sus manos al pecho de este, apretando ligeramente las manos, podía sentir ese pecho firme bajo la ropa, así que de inmediato comenzó a desabotonar el traje, pero Carlisle rompe el beso observando lo que la rubia hacía.
—si continúa no podré detenerme.— advierte.
—no espero que lo haga, su alteza...— levanta la mirada para fijar sus ojos en los del duque.
—no se arrepienta a medio camino.— pide.
Dicho esto, le ayuda a la chica a quitarse la chaqueta y la camisa blanca bajo esta, dejando al descubierto su torso bien formado, Arya pasa sus manos sobre este, causando que Carlisle se sobresalte debido al roce y sin poder aguantar más, empuja a la rubia sobre la cama subiendo encima de ella para empezar a acariciar su pierna y besar la piel de su cuello y hombro. Arya dejo escapar un jadeo ante el cosquilleo que esto le causaba, cada parte que el duque besa lo sentía calentar, había deseado ese momento desde hace tiempo y ahora, finalmente el Duque sería suyo.
Acaricia la nunca del duque hundiendo sus dedos en el cabello de esa zona, mientras deja escapar sus jadeos cuando Carlisle muerde ligeramente su cuello. Carlisle quita los tirantes del camisón para bajar el escote, permitiendo liberar los sen*s de la rubia. Carlisle deja escapar un suspiro ante la vista que tenía en ese momento, así que se inclina lamiendo y mordiendo ese botón rosa, mientras que el otro lo atiende con la mano, moviendo el pulgar en círculos.
Carlisle se deleita con ese par de sen*s, saboreando cada uno mientras disfruta de los jadeos de su esposa, ella también estaba disfrutando, por lo que, no hay impedimento para seguir. Al final, aquel pequeño camisón acabo tirado en algún lado de la cama, pues Carlisle ahora la tiene bajo él completamente desn*da besando cada parte de su piel a su alcance, sen*s, abdomen, viente hasta adentrarse entre las piernas, donde desliza su leng*a entre aquel par de pliegues, causando que Arya arquee la espalda y hunda los dedos en su cabello, incluso puede sentir que tiro un poco de el, pero no se piensa detener.
—alteza...no se detenga...— jadea.
Carlisle continúa moviendo la leng*a de arriba hacía abajo, hasta presionar la punta contra aquel centro de placer que hizo estremecer por completo a Arya, incluso apretó los dedos de los pies sobre la cama al soltar un jadeo. Carlisle sabía perfectamente que ese punto le brindaba mayor excitación, así que no se detuvo hasta que Arya sintió llegar su primer clím*x. Carlisle disfruto escuchar su gemido y ver como su cuerpo se retorcía placer.
—joder, esto es tan excitante...— murmura.
En ese momento, aprovecha para liberar su dureza, estaba ya tan excitado que apenas aguantaba. Arya respiro profundo, notando aquel prominente miembr* erguido y palpitante, las venas se marcaban perfectamente. Arya apenas podía procesar que aquella cosa entraría en ella, pero no tenía miedo, por el contrario, ansiaba disfrutar de ese placer. Carlisle se acomoda presionando la punta en ese estrecha entrada y empezó a empujar lentamente, inclinando la cabeza hacia atrás mientras suelta un suspiro al sentirse envuelto por ese suave y apretado interior.
Carlisle empuja con lentitud, viendo las expresiones de Arya y era obvió que le estaba doliendo, así que se detuvo a mitad del proceso, pero Arya enredó las piernas en la cintura del azabache.
—no se detenga...lo quiero todo...— suplica.
Y es que aunque sea doloroso, también era placentero. Carlisle sonrió ante la petición de su esposa, así que empuja nuevamente hasta finalmente entra por completo, incluso sintió que casi se venía con solo eso, realmente estaba excitado, así que no tardo en empezar a moverse. Arya sentía un dolor punzante aún cuando comenzó con suave vaivén. Al principio había dolor, pero, conforme avanza y las estocadas se hacen más constantes, este desapareció, dejando a su paso solo placer.
Carlisle embiste con brusquedad, apretando las manos sobre la cama, mientras se deleita por las expresiones y jadeos de Arya. El chico se mueve con intensidad, el choque entre sus cuerpos era una explosión de placer entre ambos, las manos de la princesa que se aferran a la espalda del duque, aprietan con mas fuerza, rasgando la piel con las uñas al perderse en el placer que hace su cuerpo estremecer y si bien, Carlisle sintió el ardor por el rasguño, lo ignoró, ya que solo estaba centrado en las estocadas, una y otra vez el choque de sus cuerpos, ese sonido acuoso y el eco de sus gemidos inundaban la habitación, hasta que finalmente alcanzaron su clím*x. Arya sintió como aquel tibios liquido llenaba su interior, mientras que Carlisle disfruta como su dureza era apretada al estar envuelta en aquel interior.
Se inclina lo suficiente para estar cerca del rostro de Arya y ella, respiraba agitada, sus preciosos sen*s subían y bajaban por su respiración. Carlisle se sintió tentado por ellos así que no dudo en atrapar uno entre sus labios y chupando de este. Arya dejo escapar un jadeo debido a este acto, y no se queja al respecto, así que, Carlisle no se piensa detener, disfrutara aquel par de frutos mientras se recupera y se excita de nuevo, ya que, una sola ronda no será suficiente para él.
—cariño...no creas que he acabado...— se acerca a su oído.— pienso llenarte toda de mi sem*n hasta que desborde...
Carlisle pasa su leng*a sobre la oreja de la chica y esta al haber escuchado esas sucias palabras del duque, no pudo evitar sentirse emocionada. Toda la noche, lo haría toda la noche con su esposo y lo tendrá dentro hasta el cansancio, eso era tan excitante, y Carlisle puede sentir como era apretado, lo cual era una buena señal.
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—parece que esta vez, su alteza si tuvo su noche de bodas.— Paul le pasa un sándwich a Sam.— escuche decir a las doncellas que se escucharon gemidos casi toda la noche en la alcoba nupcial.
Sam le da un codazo en el costado a Paul.— cállate...aunque si es verdad, tendremos que estar de niñeros.
—no me molesta, si el niño es tranquilo como su alteza, estaremos bien.— responde Sam.
—ya te veré quejándote, y no vengas a pedirme ayuda.— gira los ojos con fastidio.
Los dos guardias estaban sentados en la zona de descanso de los sirvientes en lo que su señor los manda llamar, así que por eso aprovechan para comer.
Esa misma tarde, Carlisle fue a hablar con los emperadores, para decirles que pronto volverá al ducado, y se llevará a su esposa, así que espera que pasen todo el tiempo posible con ella, porque ya no se podrán ver con frecuencia.
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