una novela de 4 adolecentes estudiantes 2 chicas y dos jóvenes que eran parejas de novios pero a medida del tiempo 2 de ellos se dieron cuenta que estaban con la pareja equivocada porque ellos se gustaban
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### Capítulo 11: La Reacción de Laura
### Capítulo 11: La Reacción de Laura
El sol brillaba sobre la ciudad, y el aire fresco de la mañana prometía un nuevo día lleno de oportunidades. Sin embargo, en el corazón de Laura, la situación entre sus amigos la llenaba de inquietud. Había sido testigo de la transformación en la relación de Vanessa y Tomás, y ahora, con la nueva relación entre Vanessa y Santiago, sentía que estaba atrapada en medio de un conflicto que no sabía cómo manejar.
Laura se sentó en su habitación, rodeada de apuntes y libros, pero su mente estaba lejos de sus estudios. Había estado hablando con Tomás, quien había expresado su dolor y confusión después de la separación. Él no solo se sentía traicionado, sino que también estaba lidiando con la rabia que sentía hacia Santiago. Por otro lado, Vanessa había compartido con Laura su alivio al iniciar una nueva relación, pero también su tristeza por lo que había perdido. Laura se sentía como un puente entre dos mundos, y eso la abrumaba.
Decidida a mediar y ayudar a sus amigos, Laura decidió que era el momento de hablar con ambos. Quería encontrar una forma de reconciliar las cosas y ayudar a Tomás a sanar, pero también quería que Vanessa y Santiago pudieran disfrutar de su relación sin sentirse culpables. Era un desafío que la llenaba de ansiedad, pero sabía que debía intentarlo.
Esa tarde, Laura decidió invitar a ambos a su casa. Quería tener una conversación abierta y honesta, y pensó que un ambiente tranquilo podría facilitar la comunicación. A medida que preparaba la merienda, su mente seguía divagando entre las preocupaciones sobre cómo manejar la situación.
Cuando Vanessa llegó, Laura la recibió con una sonrisa, pero podía ver la tensión en su rostro. —Hola, Vanessa. Gracias por venir.
—Gracias por invitarme, Laura. —Vanessa sonrió, pero su mirada delataba su inquietud.
Poco después, Santiago llegó, y Laura sintió que el ambiente se volvía más tenso. Ambos amigos se sentaron en el sofá, y Laura sintió que el momento había llegado.
—Quería que nos reuniéramos para hablar sobre lo que ha estado pasando entre ustedes. —comenzó Laura, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
Vanessa y Santiago se miraron, y luego volvieron la vista hacia Laura. —¿Sobre qué? —preguntó Santiago, sintiendo que había un aire de preocupación en la sala.
—Sobre Tomás. He hablado con él, y creo que necesita entender lo que está sucediendo. —Laura sintió que era importante abordar el tema con delicadeza.
Vanessa suspiró, sintiendo que el nudo en su garganta se apretaba. —Lo sé, pero no sé cómo ayudarlo. No quería que las cosas terminaran así.
—Tomás está herido, y eso es comprensible. Pero también creo que necesita saber que no hay resentimientos entre nosotros. —Santiago se inclinó hacia adelante, sintiendo que era importante que Laura entendiera su perspectiva.
—He hablado con él, y está lidiando con muchos sentimientos contradictorios. Él se siente traicionado, y eso lo está consumiendo. —Laura se pasó la mano por el cabello, sintiendo que la presión aumentaba.
—No quería lastimarlo. Tomás fue importante para mí, y me duele verlo así. —Vanessa admitió, sintiendo que la culpa la invadía nuevamente.
—Lo sé. Pero también debes recordar que tomaste una decisión por tu bienestar. A veces, las decisiones difíciles son las que más necesitamos tomar. —Laura intentó ser comprensiva, pero la tensión en el aire seguía presente.
—Sí, pero eso no hace que sea más fácil. —dijo Santiago, sintiendo que la situación lo llenaba de ansiedad. —Quiero lo mejor para todos, pero no sé cómo hacerlo sin que alguien salga herido.
Laura se sintió atrapada entre sus amigos, y la presión comenzó a hacerse evidente. —Quizás deberíamos hablar con Tomás juntos. Tal vez una conversación abierta pueda ayudar a aclarar las cosas.
Ambos amigos asintieron, sintiendo que era un paso necesario. Laura sabía que la situación no sería fácil, pero sentía que debía hacer lo posible por ayudar a sus amigos a encontrar la paz.
Esa misma tarde, Laura envió un mensaje a Tomás, invitándolo a unirse a ellos en su casa. Sabía que la conversación sería difícil, pero también creía que era un paso importante para sanar las heridas. Cuando Tomás llegó, el ambiente se tornó tenso de inmediato. Laura se sintió en el centro de una tormenta emocional, y sabía que debía ser la voz de la razón.
—Gracias por venir, Tomás. —dijo Laura, intentando suavizar la situación. —Quería que nos reuniéramos para hablar sobre lo que ha estado pasando.
Tomás se sentó en el sofá, su expresión era seria. —No sé si estoy listo para esto, pero estoy aquí.
—Solo queremos entender cómo te sientes y ver si podemos encontrar una manera de sanar. —Laura lo miró a los ojos, sintiendo que era importante que todos estuvieran en la misma página.
—Está bien. —Tomás suspiró, sintiendo que la tensión lo invadía. —La verdad es que me siento traicionado por ambos. No esperaba que esto sucediera.
Vanessa sintió que la culpa la invadía de nuevo. —Tomás, nunca quise que te sintieras así. Lo que pasó entre nosotros ya no estaba funcionando, y no sabía cómo afrontar la situación.
—Pero ¿por qué con él? —Tomás miró a Santiago, sintiendo que la frustración lo consumía. —Eras mi amigo, y ahora me siento como si me hubieras dado la espalda.
Santiago sintió que era el momento de intervenir. —No quise que esto sucediera, Tomás. Pero Vanessa y yo hemos estado hablando sobre nuestros sentimientos, y no podía ignorarlos más. Lo último que querría es lastimarte.
—¿Y qué hay de nuestra amistad? —Tomás sintió que la tristeza lo invadía. —Pensé que éramos amigos. ¿Así que simplemente me dejas atrás?
Laura sintió que la tensión en el aire aumentaba. —Tomás, entiendo que esto es difícil, pero quiero que entiendas que tanto Vanessa como Santiago están lidiando con sus propios sentimientos. La vida a veces toma giros inesperados.
—No puedo creer que estés defendiendo esto. —Tomás la miró, sintiendo que la frustración lo consumía. —Esto no es justo.
—No se trata de justicia, se trata de ser honestos sobre lo que sentimos. —Laura sintió que debía ser firme. —A veces, las cosas no salen como planeamos, y debemos aprender a aceptarlo.
Tomás se quedó en silencio, procesando las palabras de Laura. A medida que la conversación continuaba, comenzó a abrirse un poco más. —Me duele ver a Vanessa con alguien más. No sé cómo lidiar con eso.
—Es normal sentirse así. Todos hemos estado heridos en este proceso. —Laura se sentó en la mesa, intentando que la conversación fuera lo más tranquila posible. —Pero creo que es importante que encuentres una forma de seguir adelante.
Vanessa sintió que la culpa la invadía. —Tomás, quiero que sepas que nunca quise lastimarte. Lo que pasó entre nosotros fue complicado, y tomé una decisión que pensé que era lo mejor para mí.
Tomás la miró a los ojos, sintiendo que la tristeza lo consumía. —No sé si puedo perdonar esto. Me siento herido, y no quiero que eso afecte mi relación con ustedes.
—Lo entiendo, y no espero que sea fácil. Pero creo que todos necesitamos tiempo para sanar. —Laura sintió que era importante ser honesta.
Finalmente, Tomás asintió, sintiendo que había un pequeño rayo de esperanza en el aire. —Quizás necesito un tiempo para procesar esto. No estoy seguro de cómo manejarlo.
A medida que la conversación continuaba, Laura intentó mediar entre los dos amigos. Quería que ambos comprendieran que la vida podía ser complicada, pero que también podían encontrar una manera de seguir adelante. Sin embargo, la presión de estar en el medio comenzaba a pesar en sus hombros.
Después de una larga discusión, Tomás se levantó y miró a Vanessa. —Necesito tiempo. No sé si puedo ser amigo de ustedes ahora mismo.
Vanessa sintió que el nudo en su garganta se apretaba. —Lo entiendo. Solo espero que algún día podamos sanar esto.
Tomás asintió y salió de la casa, dejando a Laura y Vanessa en un silencio pesado. Ambas sintieron la tristeza en el aire, y Laura sabía que había mucho trabajo por hacer.
—Lo hiciste bien, Vanessa. —dijo Laura, sintiéndose orgullosa de su amiga. —La situación es difícil, pero al menos han podido hablar.
—Sí, pero me duele verlo así. Nunca quise lastimarlo, y ahora siento que he perdido a un amigo. —La tristeza llenó el rostro de Vanessa.
—A veces, las decisiones difíciles son las que más necesitamos tomar. Pero eso no significa que se sienta bien. —Laura se acercó a ella, sintiendo que era importante brindarle apoyo.
A medida que pasaron los días, la situación continuó siendo tensa. Laura luchaba por encontrar un equilibrio entre sus amigos, queriendo ayudar a Tomás a sanar, pero también apoyando a Vanessa en su nueva relación con Santiago. Era un desafío que parecía no tener fin.
Finalmente, un día, Laura decidió que era el momento de hablar con Tomás nuevamente. Sabía que necesitaba entender cómo se sentía y ofrecerle apoyo. Así que lo invitó a un café, sintiendo que era importante tener una conversación abierta.
Cuando Tomás llegó, su expresión era grave. Se sentó frente a Laura, sintiendo que la tristeza aún lo invadía. —Gracias por invitarme. No estoy seguro de cómo me siento.
—Quiero que sepas que estoy aquí para ti. —dijo Laura, sintiendo que era importante ser comprensiva. —Sé que esto es difícil.
—Me siento traicionado. No solo por Vanessa, sino también por ti. —La frustración en su voz era evidente. —Pensé que éramos amigos.
—Lo somos, y siempre lo seremos. Pero también creo que es importante que entiendas que Vanessa y Santiago están lidiando con sus propios sentimientos. —Laura sintió que debía ser sincera.
—No sé si puedo aceptar eso. Me duele verlos juntos. —Tomás suspiró, sintiendo que la tristeza lo consumía.
—Es natural sentirse así. Pero también debes encontrar una manera de seguir adelante. —Laura lo miró a los ojos, sintiendo que era importante que Tomás entendiera que la vida seguía.
A medida que la conversación continuaba, Tomás comenzó a abrirse. Habló de su dolor, de la confusión que sentía y de cómo la situación lo había dejado en un lugar oscuro. Laura lo escuchó atentamente, sintiendo que era fundamental brindarle un espacio para procesar sus emociones.
Finalmente, después de una larga conversación, Tomás asintió. —Quizás necesito un tiempo para procesar todo esto. No sé si puedo estar cerca de ellos en este momento.
—Es comprensible. Date el tiempo que necesites, pero también recuerda que no estás solo. Siempre estaré aquí para apoyarte. —Laura lo miró con cariño, sintiendo que era importante brindarle apoyo.
Cuando Tomás se despidió, Laura sintió que había hecho un pequeño avance. Sabía que la situación era complicada, pero también creía que había esperanza para todos. La vida podía ser difícil, pero a veces, las decisiones difíciles eran necesarias para encontrar un nuevo camino.
Mientras regresaba a casa, Laura reflexionó sobre la situación. Se sentía atrapada en medio del conflicto, pero también sabía que su papel era importante. Quería ayudar a sus amigos a sanar, y aunque el camino sería complicado, estaba dispuesta a estar allí para ellos.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, sintió que la carga en su corazón comenzaba a aliviarse. Había hablado con Tomás y lo había escuchado, y eso le daba esperanza. Sabía que la vida estaba llena de desafíos, pero también estaba llena de oportunidades para crecer y aprender.
A medida que los días avanzaban, Laura continuó apoyando a sus amigos. Pasaba tiempo con Vanessa y Santiago, sintiendo que era importante mantener la comunicación abierta. Aunque la situación seguía siendo tensa, había pequeños momentos de alegría que les recordaban que la vida continuaba.
Un día, mientras estaban en la universidad, Laura vio a Tomás al otro lado del pasillo. Su corazón latió con fuerza, y sintió que debía acercarse a él. A pesar de la incomodidad, quería asegurarse de que estuviera bien.
—Tomás, ¿podemos hablar un momento? —dijo Laura, acercándose a él.
Tomás la miró, sintiendo que la tristeza lo invadía. —No sé si estoy listo para hablar de esto.
—Solo quiero saber cómo te sientes. Estoy aquí para ti, sin importar lo que pase. —Laura le ofreció una sonrisa cálida, sintiendo que era importante brindarle apoyo.
Tomás suspiró, sintiendo que las emociones lo consumían. —Me siento perdido. No sé cómo seguir adelante.
—Es normal sentirse así. La vida puede ser complicada, y a veces necesitamos tiempo para procesar lo que ha pasado. —Laura lo miró a los ojos, sintiendo que era importante brindarle comprensión.
—Gracias por estar aquí, Laura. No sé qué haría sin tu apoyo. —Tomás sintió que la tristeza comenzaba a aliviarse un poco.
Ambos se quedaron en silencio, sintiendo que había un pequeño rayo de esperanza en el aire. Aunque la situación seguía siendo complicada, sabían que podían contar el uno con el otro. Laura se sintió aliviada al ver que Tomás comenzaba a abrirse, y sabía que, aunque el camino sería difícil, había un futuro por delante.
A medida que los días avanzaban, Laura continuó apoyando a sus amigos. Sabía que la vida estaba llena de altibajos, pero también creía que podían encontrar una manera de sanar y seguir adelante. La historia de su amistad estaba lejos de terminar, y aunque el camino sería complicado, había una chispa de esperanza en el aire que les recordaba que siempre podían encontrar la luz, incluso en los momentos más oscuros.