La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 10
Elena:
Mi cuerpo se fue entre el asiento y el piso haciendo que despertara repentinamente.
Elena: Ayyy.
Las puertas de la camioneta se abrieron, la primera en bajar fue Natalie, me iba sosteniendo del asiento de la parte de atrás, me levanté sentándome en la parte de atrás, Guido abrió la puerta mirándome con esa sonrisa tan divertido de lo que acaba de hacer, miré hacia el frente viendo que estábamos en una villa super enorme.
Guido: Hemos llegado.
Extendió su mano queriendo ayudar pero no estaba para soportar su arrogancia.
Elena: Puedo sola.
Daba brinquitos acercándome hacia la puerta, él bajó su mano cediendo el paso, levanté la mirada viendo a Dimitri y Daemon que salían por fin a recibirme, ellos aun no me habían visto como estaba toda con golpes y aun con sangre.
Daemon: Miren que hermosa mujer ha llegado.
Sonreí deslizándome del asiento, pero la sonrisa de ellos se borró de inmediato miraron hacia Guido pero él solo se apartó caminando hacia la entrada de la villa, claro le urgía irse a revolcar con su noviecita, que mi presencia no se los permitió.
Dimitri: ¿Qué te sucedió?
Elena: Creo que el que puede decirles es su estimado Guido.
Se miraron entre sí, Daemon empujó con fuerza la puerta cerrando de un fuerte azotón, lo miré apartándome un poco de él su temperamento nunca era bueno. Dimitri pasó su mano por mi espalda, mirándome con esa sonrisa tan encantadora.
Dimitri: Vamos, te pondré un medicamento.
Asentí con la cabeza, como siempre Dimitri era super dedicado en cuidarme, siempre estaba por encima de cualquier cosa para mi bienestar, el de seguridad abrió la puerta, abrí los labios con una gran sonrisa al ver esta villa tan maravillosa, esta sin duda era de Dimitri y Willow, el toque espectacular se dejaba ver.
Elena: Es… no me la imaginaba así. ¿todos viven aquí?
Daemon: Iré hablar con los demás.
Quedó frente a mi dejando un beso en mi frente. sonrió mirando a Dimitri, era agradable el trato que ellos dos si me daban, respetando mi persona y mi profesión, lástima que no podía decir lo mismo de otros.
Dimitri: No, cada uno tiene su villa pero en este mismo lugar. La da Daemon está a unos kilómetros del lado derecho y la de Guido está del lado izquierdo. Esta es la mía.
Elena: Se nota la elegancia y el toque de Willow. ¿Dónde están?
Dimitri: en el laboratorio, pero ahora ven, tengo que ponerte un medicamento que te ayudará mucho.
Caminaba por estos largos pasillos donde la limpieza tan pulcra se podía ver, las chicas de limpieza me miraban asombradas de ver a una persona nueva, no era común que ellos trajeran a personas donde hasta sus hijos tenían que estar.
Elena: Fiorella, Deani… Maximo… hay quiero conocer a Wilde.
Dimitr: por el momento solo Wilde está ya que aun está recién nacido, los demás se fueron con Sharon y Roberto hoy en la mañana.
Respiré profundamente, lo que nosotros como padres teníamos que hacer para tenerlos protegidos y n o arriesgarlos, aunque la verdad eso de estar separados de nuestros hijos el día de mañana no lo sentiríamos. No era fácil para ninguno pasar mucho tiempo separados de ellos, crecían y crecían y nos estábamos perdiendo una parte importante de su crecimiento, ellos siempre lo han manejado así, pero yo, es la primera vez que me separaría de ellos por mucho tiempo.
Abrió la puerta cediendo el paso, entrabamos a una sala de curaciones, en sus villas de los Italianos era común verlos, siempre que tuvieran una herida o daños severos eran atendidos por ellos mismos así que no corrían el riesgo de morir, quien sino Dimitri para tener las manos santas en la medicina.
Me tomó de la cintura alzando dejando sentada en la camilla.
Elena: Willow se puede poner celosa al verme en los brazos de su marido.
Dimitri: Willow, no pasaría por esa etapa, sabe lo que tiene a su lado.
Reí asintiendo con la cabeza, habían pasado por mucho y han formado una familia tan hermosa. Dimitri dejaba varias cosas en una mesita, dos inyecciones que quiero pensar que en el medicamento que me dijo, lo demás para hacer curaciones.
Dimitri: ¿Por qué estas tan golpeada?
Elena: Nos encontramos con unos tipos, empezaron los disparos, pero Guido y Nata o como se llame, les dieron batallas, unidos los dos formando un gran equipo, fue sorprenderte la manera que se coordinaron, no fallaron ni una sola vez al dispararle a los malos.
Me miró asintiendo con la cabeza, humedeció una toalla, le quitaba el exceso de humedad, se acercó acariciando mi rostro, entreabrió sus labios donde pude observar detenidamente como le brillaron los ojos, sostuve su mano mirándolo, no me gustó esa tristeza que veía en él.
Elena: ¿Sucede algo?
Dimitri: ¿A mi? Nada, solo que…
Negó con la cabeza, pasó la toalla sobre mi rostro quitando la sangre que ya estaba cerca, bajé la mirada negando con la cabeza. Sostuvo mi barbilla haciendo que lo mirara.
Dimitri: Hoy te vez triste...
Sonreí negando con la cabeza, los ojos empezaron arderme, no quería que notara lo mal que me la he pasado junto a Guido, apenas eran casi dos días y ya nos habíamos dicho de cosas, no como otras veces, pero su actitud de grosero me molestaba hasta el grado de que me ofendía.
Elena: Estoy triste todos los días, hoy simplemente no tuve energía para ocultarlo.
Dimitri: Puedo saber por que.
Negué con la cabeza, aparté mi rostro haciendo que me soltara de la barbilla, no era de las mujeres que solían decir lo que le ocurre o lo que siente, siempre he sido una mujer que prefería guardarme todo y no hablarlo, no con cualquier persona, por el contrario, me sentí aun poco sola, ya no estaba Renata que era mi sostén de mis penas, aunque podía tomar el móvil y llamarla, siento que no era el momento, no quería preocuparla recién me voy de su lado.
Elena: Me estoy apoyando mucho , me estoy diciendo todos los días Tú puedes, tú lo consigues, tú te lo mereces... De eso se trata la vida, sobre nosotros creyendo cada vez más en nosotros mismos, es mirarme a mi misma con más amor y admiración . Se trata de entusiasmarnos con nuestros sueños y perseguirlos.
Dimitri: Te lo dices pero no lo haces.
Dejó la toalla sobre la mesa tomando una inyección, quitó el protector, caminando con ella, tomó mi brazo pasando un poco de alcohol en un algodón, acercó la aguja en mi brazo metiendo toda la aguja. Mordí mi labio inferior con tanta fuerza que pude degustar el sabor de mi sangre, cerré los ojos dejando caer una lagrima.
Dimitri: Duele, sé que duele…
Abrí mis ojos mirándolo, él no apartaba la mirada de mi.
Dimitri: Debemos aprender aceptar lo que se nos presenta, tu corazón en este momento es un rompecabezas, lo vas armando lentamente, pero las partes más importantes para terminarlo, son los que te dejan pequeños huecos sin su pieza.
Elena: no… no entiendo.
Bajó la mirada presionando metiendo el líquido.
Elena: Aaaauchh… auchh.
Sonrió quitando lentamente el agua, dejó la inyección sobre la mesa, levantó mi brazo doblando un poco, sentía como el medicamento fuera lo que fuera iba recorriendo por todo mi cuerpo dando una extraña sensación de cosquilleo que hasta calor me dio. Entreabrí mis labios bajando el brazo, vi hacia mi brazo y mi pierna que ya la podía mover sin dolor, lo miré disfrutando de esos maravillosos ojos… reposó sus manos sobre la camilla acorralándome.
Dimitri: ¿Qué tanto pasó entre Guido y tú?
Tragué saliva negando nerviosa la cabeza, sonreí bajando la mirada, no podía bajarme de la camilla, él lo estaba impidiendo.
Elena: Pues… pues… no nos toleramos.
Dimitri: Eso lo sé, lo puede observar cuando se dio la media vuelta.
Elena: Dimitri… es muy grosero conmigo, me dice cosas que no me gustan, además esa Natalie no tiene ningún derecho de mal hablarme… ¿o si?
Dimitri: ¿Natalie? ¿Qué tiene que ver?
Elena: Sé que es la pareja de Guido, dijo cosas que no lo voy a volver a permitir, no mientras tenga vida para defender a mis hijos.
Se incorporó cruzando los brazos, ahora esa expresión de ternura pasaba o una no muy agradable, tragué saliva.
Dimitri: ¿Qué te dijo?
Elena: No tiene caso, ya pasó, pero para que quede claro, estoy aquí por ti, por Willow por Valentina y Daemon. Nada más. NO QUIERO QUE ESA MUJER SE META CONMIGO.
Dimitri: ¿Qué te dijo? No te lo quiero preguntar nuevamente.
Elena: hizo referencia a que nadie me quiere por tener 5 hijos, que para la persona que fuera mi pareja serían una carga.
Asintió con la cabeza, se dio la media vuelta caminando hacia la puerta, di un salto viendo que en verdad el dolor de mi pierna ya se había pasado, la puerta se deslizó, ahora tenía que hacer por detenerlo, no quería que se hiciera esto grande. La puerta se iba acerrar me metí en medio empujando con fuerza evitando que se cierre.
Elena: DIMITRI… DIMITRI… ESPERA…
Logré salirme de en medio de la puerta, veía su paso tan rápido caminando a toda prisa, yo y mi bocota, hubiera preferido no decir nada de lo que había sucedido. Desapareció del pasillo, corrí llegando hasta donde se había ido, allí estaba, esto era peor que un laberinto.
Elena: Dimitri… Dimitriii… pliiiiiiiiissss…
Él caminaba y yo corría logrando casi alcanzarlo, lo sujeté de su mano volviendo a soltarlo, él me miró viendo sus ojos dorados, estaba tan hirviendo que en verdad me preocupaba este momento, lo mismo que sentí al tocar a Guido.
Abrió la puerta de un fuerte golpe…
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