"Y si alguna vez te lastimé, sabes que también me lastimé a mí mismo. No estoy tratando de ser cualquier tipo de hombre, solo intento ser alguien a quien puedas amar, confiar y comprender."
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no hay manera
Los días siguientes con Terry en mi apartamento se deslizaron en una rutina extraña y desconcertante. Lo único que sabía de él era su edad: 21 años. No me importaba mucho. No tenía un problema con su presencia porque, de alguna manera, siempre traía dinero a casa y cooperaba con los gastos. Sin embargo, había algo inquietante en la forma en que vivía su vida.
Terry casi nunca estaba en el apartamento durante el día. Siempre desaparecía temprano en la mañana, antes de que yo siquiera despertara, y solo volvía bien entrada la noche. A veces, llegaba cubierto de suciedad, otras veces con la misma ropa limpia que le había dado. Era como si tuviera una doble vida que no me concernía, y aunque su presencia no era molesta, tampoco era reconfortante.
Su silencio era una constante. Terry no hablaba a menos que fuera absolutamente necesario. Las veces que le hacía una pregunta, respondía con monosílabos o simplemente no contestaba. A veces me preguntaba si estaba fingiendo ser humano, imitando lo que creía que debía hacer para no levantar sospechas. Había algo en él que me hacía sentir incómodo.
Una noche, mientras cenábamos, traté de entablar una conversación. —¿Dónde trabajas?—
—En varios lugares,— fue su respuesta escueta. No había tono, no había emoción, solo una declaración de hechos.
—¿Qué tipo de trabajo haces?—
—Lo que sea necesario.—
Asentí lentamente, sabiendo que no iba a sacar más de él. —Si necesitas algo, solo dímelo.—
—Gracias,— dijo, pero nuevamente, la palabra carecía de cualquier sentimiento genuino.
Otra noche, lo vi llegar con una pequeña herida en la mejilla. Parecía reciente. No le pregunté nada, pero me aseguré de tener un botiquín de primeros auxilios a mano. Le ofrecí ayuda, pero solo negó con la cabeza y se dirigió a su rincón habitual en el sofá.
Había algo tranquilizador en la rutina que se había establecido. Aunque era silencioso y misterioso, Terry no causaba problemas en casa. Se aseguraba de que el apartamento estuviera limpio, a veces incluso más limpio de lo que yo lo dejaba. Apreciaba ese esfuerzo, aunque no sabía qué pensar de él.
Las noches, cuando regresaba de mis trabajos, eran las más extrañas. Me encontraba mirándolo, tratando de descifrarlo. Pero nada de el me daba alguna pista. Sus movimientos, siempre calculados y precisos, parecían más mecánicos que humanos. Me preguntaba qué historia ocultaba, qué vida llevaba antes de aparecer en mi camino.
Una noche, mientras él limpiaba los platos después de la cena, no pude evitar preguntar: —Terry, ¿alguna vez te sientes... perdido?—
Se detuvo por un momento, luego continuó con su tarea. —No,— respondió, como si la pregunta no tuviera sentido para él. —¿Por qué lo preguntas?—
—Solo... me parece que a veces actúas como si no estuvieras aquí, como si fueras una sombra.—
Se giró para mirarme, sus ojos negros encontrando los míos. —Estoy aquí, donde necesito estar.—
Su respuesta me dejó más preguntas que respuestas, pero decidí no presionar más. Acepté su presencia por lo que era: un misterio que no necesitaba ser resuelto.
Con el paso de los días, comencé a adaptarme a esta nueva normalidad. Mi rutina de trabajo seguía siendo agotadora, pero encontrar a Terry en casa cada noche, incluso con su silencio y su presencia inquietante, se convirtió en una especie de ancla. Me daba una sensación de continuidad, aunque estuviera envuelta en sombras y preguntas sin respuesta.
El apartamento seguía siendo un lugar de extrañas coincidencias y silencios compartidos. Terry era un enigma, pero por alguna razón, me había acostumbrado a tenerlo cerca. Y mientras nuestra rutina se mantuviera, quizás no importaba tanto descubrir todos sus secretos. Al final del día, ambos estábamos buscando algo de estabilidad.
La mañana comenzó como cualquier otra. Me desperté temprano, me vestí con cuidado y me preparé un café. Hoy era el día en que iba a visitar a Summer. Aunque aún no habíamos logrado una cercanía significativa, cada visita era una oportunidad para intentarlo. Había algo en la idea de pasar tiempo con mi hija que me llenaba de una emoción que no experimentaba con frecuencia. Justo cuando estaba por salir, el timbre del apartamento sonó inesperadamente.
Abrí la puerta rápidamente, y para mi sorpresa, allí estaba Eleanor. No me esperaba verla. La saludé con frialdad. —¿Qué quieres tan temprano?—
Eleanor parecía incómoda, pero trató de mantener la compostura. —¿Puedo pasar?—
Me hice a un lado, permitiéndole entrar. Ella miró alrededor del apartamento con curiosidad, su mirada deteniéndose brevemente en Terry, que aún dormía en el sofá. No le dio mucha importancia y se dirigió a mí con un tono más serio.
—Necesito hablar contigo—, dijo, sin preámbulos.
Crucé los brazos, mostrándole que la escuchaba, pero sin bajar la guardia. —Te escucho.—
Eleanor respiró hondo, como preparándose para soltar una bomba. —Mark ha recibido una oferta de trabajo en otro país. Nos vamos a mudar.—
El silencio se hizo pesado en el apartamento. Podía sentir la ira burbujeando en mi interior. No era solo por la noticia, sino por la forma en que ella la entregaba, sin ningún tacto.
—¿Y cuándo pensabas decírmelo?— mi voz salió más fría de lo que pretendía.
Eleanor se defendió, —Lo estoy haciendo ahora. No fue una decisión fácil, pero es una gran oportunidad para él.—
—No me jodas, Eleanor. ¿Y Summer? ¿Pensaste en ella? ¿Pensaste en lo que significa para ella y para mí?—
Eleanor me miró con una mezcla de desafío y cansancio. —Claro que pensé en Summer. Pero esto también es por su bien. Es una mejor oportunidad para todos nosotros.—
—¿Todos nosotros?— repetí, incrédulo. —¿Dónde encajo yo en todo esto? Porque parece que una vez más, estoy fuera de la ecuación.—
—Esto no es fácil para mí tampoco—, respondió, pero su tono carecía de la verdadera empatía. —Quiero que entiendas que estamos haciendo lo mejor que podemos.—
—No, Eleanor, lo que estás haciendo es arrancarle a nuestra hija cualquier posibilidad de conocer a su verdadero padre—, dije, sintiendo la ira endurecer cada palabra. —Te estás llevando lo único que me importa, y ni siquiera tienes la decencia de discutirlo conmigo antes de tomar la decisión.—
Eleanor se cruzó de brazos, su postura defensiva. —No estoy pidiendo tu permiso, solo te estoy informando.—
—¡No soy un maldito espectador en la vida de mi hija!— La voz se me quebró, y sentí una desesperación que no había sentido en mucho tiempo. —Merecía saberlo antes, merecía estar involucrado en esta decisión. No puedes simplemente llevártela.—
Eleanor se quedó callada, su expresión se endureció. —Mark y yo creemos que esto es lo mejor para todos. Sé que es difícil para ti, pero es la realidad.—
—No, Eleanor, la realidad es que estás usando a nuestra hija como un peón en tu nueva vida perfecta con Mark. ¿Cuándo me has dejado ser un padre de verdad para Summer? ¿Cuándo has permitido que ella me conozca? Todo lo que ella sabe de mí es lo que tú le has dicho.—
Eleanor frunció el ceño, visiblemente irritada. —He hecho lo que he podido. No puedes culparme por cómo han resultado las cosas.—
—Claro que puedo culparte. Porque te escondes detrás de tu relación con Mark y usas eso como una excusa para evitarme. Para evitar que Summer tenga una relación conmigo.—
El apartamento estaba en silencio, solo roto por nuestra tensa conversación. Terry seguía inmóvil en el sofá, pero su presencia no pasaba desapercibida.
Finalmente, Eleanor bajó la mirada. —Esto no está funcionando, y tú lo sabes. Pensé que quizás podríamos encontrar una forma de hacerlo funcionar, pero no lo veo posible.—
—Porque no has intentado realmente, Eleanor—, dije, mi voz más baja pero cargada de resentimiento. —Nunca te has esforzado por hacer que esto funcione para mí y para Summer. Siempre ha sido sobre ti y Mark.—
Eleanor suspiró, resignada. —Creo que es mejor que me vaya ahora. Solo quería informarte, y espero que algún día puedas entender.—
Sin decir una palabra, me acerqué a ella y coloqué mi mano en su mejilla. Un impulso, algo de lo que me arrepentiría al instante. Sus ojos se abrieron con sorpresa, y por un momento, sentí una chispa de lo que una vez tuvimos. Pero el resentimiento y la realidad de nuestra situación rápidamente sofocaron esa chispa.
—Eleanor, vete—, dije, retirando mi mano y volviendo a la frialdad. —Y no vuelvas hasta que estés dispuesta a tener una conversación real sobre nuestro futuro y el de Summer.—
Ella me miró por un momento más, luego se giró y salió sin otra palabra. Cerré la puerta detrás de ella, sintiendo el peso de la situación aplastarme. No sabía cómo iba a manejar esto, pero una cosa era segura: no dejaría que Eleanor se llevara a Summer sin luchar.
w(°o°)w impactada, vida difícil la de Terry :(
pero al final si la encontré, los milagros existen 🙏🏾😭
te trataba como una cucaracha con kk y tú todavía eres dependiente a el
patético