Lucía, luego de morir despierta en la última novela que leyó, pero lo más extraño de todo eso fue que despertó en el personaje que más odiaba...
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capítulo 6
La tarde paso muy rápido y mientras la princesa daba un paseo con Dayana por los jardines, tres jóvenes se acercaron a ellas. Uno era el hermano de la princesa, y los otros dos eran el ministro de guerra y su hermano el futuro conde, quien heredaría el título de su familia. Al ver esto Dayana se inclinó y la princesa saludando a todos alegremente dijo
– Hermano, ven... quiero presentarte a la señorita Lauren. Ella es la señorita de la que te había hablado.
El joven duque caminó hasta acercarse a Dayana inclinando su cabeza en forma de saludo dijo
— Es un gusto conocerla señorita Lauren.
– El placer es mío joven Milton.
Sarah al ver la mirada que su hermano le había dedicado a Dayana dijo.
— ¿Quieren acompañarnos?, estamos por tomar el té.
– De hecho estábamos por ir a entrenar con los jóvenes Ferreira...
De pronto el joven conde dio un paso al frente y sonriendo coquetamente dijo.
— Aunque sería una falta de respeto de nuestra parte rechazar la invitación de tan bellas damas.
El hermano del ministro, el joven Cristian, era conocido por todo el imperio por ser un mujeriego, cuando se acercó deliberadamente hacia Sarah para darle su respuesta, Víctor golpeó su cabeza y su hermano solo le dio una mirada de advertencia. Todo esto le causó gracia a Dayana y al ver la pequeña sonrisa en su cara, Cristian agregó.
– Veo que la señorita disfruta viendo a los demás sufrir...
— De hecho me gustaría ver su entrenamiento. — Sarah miró a su pequeña amiga algo apenada. Pero esta continuó— mi padre es dueño de varias tierras y toda mi vida me he rodeado de agricultores y gente que sabe trabajar las tierras, sería interesante ver como es un duelo entre caballeros...
El ministro de guerra miró a la joven intrigado, pero antes de que ninguno pudiera decir nada la princesa dijo.
— Señorita Dayana, no creo que sea propio de una dama ver esa clase de prácticas...
— Disculpe, pero no le veo lo malo. De hecho siempre me ha interesado saber más del tema.
Sarah miró a su hermano como pidiendo ayuda y este dijo.
— Lo que mi hermana quiere decir es que en los campos de entrenamiento solo se encuentran hombres, al ser ustedes dos señoritas puede interpretarse mal...
— Aun así no entiendo lo malo, iremos a ver a su hermano princesa. ¿Quién podría malinterpretar esa situación?
Víctor, Cristian y el ministro Stefan al escuchar las palabras de la joven, vieron que ella tenía un punto y luego de meditarlo por un momento el ministro dijo.
— Muy bien señorita Lauren, puede acompañarnos a el campo de entrenamiento, pero no nos culpe por lo que verá allí. Nosotros no solemos jugar con nuestras espadas.
Sarah al ver lo que su amiga había conseguido, decidió seguirlos, pero aun así no estaba muy convencida de ir. Era la primera vez que visitaba ese sitio de sus tierras, puesto que su madre siempre le había dicho que ese no era lugar para ella.
Al llegar tanto Sarah como Dayana se quedaron mirando a un lado del campo y los tres jóvenes se dirigieron a cambiar sus prendas. La princesa al ver que había muchos soldados sin camisa miró a Dayana y prácticamente en susurros dijo.
— Nos meteremos en problemas si seguimos aquí.
Dayana al oírla dijo.
— ¿Princesa no le gustaría ser una mujer fuerte, no depender siempre de que alguien vaya a su resguardo o que la defiendan? Sé que usted es una joven delicada y una dama en todo el sentido de la palabra, pero muy pronto será la madre de este imperio y estoy segura de que va a necesitar saber como defenderse. Una emperatriz frágil cae muy rápido, si quiere mantenerse en el cargo y ser feliz al lado de su Alteza, debe aprender a defenderse no solo política y civilizadamente, sino que también física, una mujer fuerte domina imperios. Recuerde siempre eso.
Sarah miró en silencio a Dayana y al ver que la joven tenía razón en sus palabras dijo.
— No quiero ser una mujer débil, pero tampoco quiero ser considerada como alguien malvado.
— Sé que no, pero es mejor proyectar una imagen fuerte e indomable, que ser una mujer frágil e indefensa.
— Veo que no me equivoque con usted. Cuando la vi defenderme con tanta pasión, supe en ese momento que usted podría ser una buena influencia, me gustaría que me ayudara a ser a sí de fuerte. No se dejó intimidar por las señoritas de la corte y logró que su Alteza me defendiera.
Dayana al ver que la princesa la miraba con admiración dijo.
— Sí bueno, eso no se consigue de la noche a la mañana. La confianza en ti mismo viene desde adentro, créase un poco más, fue elegida por algo para ser la futura emperatriz. No agache su cabeza frente a nadie, y demuéstreles a todos por qué usted será la emperatriz. A una mujer fuerte no se le cuestiona nada.
Sarah cada vez quedaba más asombrada por las palabras de la jovencita, a pesar de que ambas tenían la misma edad, Dayana parecía ser una mujer muy sabia, pronto vieron venir a los tres jóvenes con sus ropas de entrenamiento y una vez listos todos empezaron a luchar entre ellos y algunos guardias.
La princesa en varias ocasiones quiso ayudar a su hermano, puesto que había recibido algunos golpes, pero este pronto se recuperaba y seguía luchando. Luego de una hora de entrenamiento los tres jóvenes se acercaron a las chicas y el primero en hablar fue Víctor.
— ¿Qué le pareció el entrenamiento señorita Lauren?
Dayana al ver la sonrisa en su rostro sonrió de igual manera y dijo.
— Sí quiere que le sea sincera, los tres tienen muy buenas habilidades, pero...
Al escuchar esto Víctor, Cristian y Stefan miraron a la chica y dijeron al mismo tiempo.
— <<¿Pero?>>
— Usted se murió como mínimo tres veces en esta práctica, el joven conde como unas siete, y el ministro... — Lucía estaba hablando sin mirar sus rostros, pero en cuanto los vio guardo silencio y después agregó — Lo que quiero decir es que prometieron un combate verdadero y al final terminó siendo un juego de niños. Tal vez en un futuro pueda ver un combate de verdad.
Sarah al ver lo que la señorita había dicho, sonrió algo apenada y dijo.
— Creo que nosotras ya nos íbamos...
Sin más tomó el brazo de su amiga y sacándola de ahí corrió prácticamente para que no las mataran, no sabía si su nueva amiga era imprudente o solo quería provocar a su hermano.
Pronto llegaron a el salón donde se encontraban su padre y el duque terminando de hablar de algunos negocios. Luego de estar por un rato más la familia completa partió nuevamente a la posada donde se estaban quedando, Pero el barón había prometido volver al día siguiente, puesto que con el nuevo negocio que le había propuesto el duque, llevaría tiempo y mucha organización de ambos...