Para Emma Blake, una joven decidida y de fuertes convicciones, casarse con un hombre como Nicholas Marshall, el imponente magnate empresarial, jamás estuvo en sus planes. Sin embargo, el destino y una jugada cruel del poder los ha unido en un acuerdo imposible de rechazar: un matrimonio por conveniencia que podría salvar la vida de su familia y las finanzas del imperio Marshall.
Nicholas es frío, calculador y tiene una reputación impecable en los negocios, pero detrás de su fachada de acero esconde secretos oscuros y una necesidad insaciable de control. Para él, este matrimonio no es más que un trato, una forma de proteger su legado familiar
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Capitulo 12
El sol apenas comenzaba a asomarse por las ventanas del dormitorio cuando Emma escuchó el sonido de su teléfono vibrando sobre la mesa de noche. Se estiró con pereza, sin imaginar que ese pequeño objeto contenía una verdad capaz de cambiarlo todo. Al mirar la pantalla, su corazón se detuvo por un segundo. Era un mensaje de una fuente anónima, algo que nunca le había sucedido antes.
“Hay algo que debes saber sobre la familia de Nicholas. Algo que él te ha estado ocultando.”
Las palabras la dejaron helada. Emma se incorporó rápidamente, sus dedos temblando mientras abría el archivo adjunto. Era un documento oficial, una serie de transacciones ocultas que implicaban no solo a Nicholas, sino a toda su familia en negocios turbios, actividades que rozaban la ilegalidad.
“Esto no puede ser verdad,” susurró para sí misma, con la mirada fija en la pantalla, intentando asimilar lo que veía.
El ruido de la puerta al abrirse la sacó de su trance. Nicholas apareció, su presencia dominante llenando el espacio, pero algo en su mirada la hacía sentir que también estaba al tanto de lo que ella acababa de descubrir.
“Emma…” su tono era grave, pero sereno, como si ya supiera lo que ella había visto. Como si lo estuviera esperando.
Ella levantó la mirada, su corazón palpitando con fuerza. “¿Por qué no me dijiste nada de esto? ¿Cómo pudiste ocultarme algo tan grave?”
Nicholas cerró la puerta con un suave clic, cruzando la habitación hasta quedar frente a ella. La tensión en su rostro era evidente, pero había algo más. Algo oscuro y cargado de secretos.
“No quería involucrarte en los asuntos de mi familia, Emma. No quería que pensaras menos de mí... de nosotros.”
“¿Pensar menos de ti?” Su voz era una mezcla de incredulidad y furia contenida. “¡Esto no es un simple error! ¡Estamos hablando de fraudes, de negocios sucios! ¿Cómo esperabas que yo no me enterara?”
Nicholas se frotó la sien, como si intentara encontrar las palabras correctas para calmar la tormenta que se avecinaba. “Mi familia ha hecho cosas que no apruebo. Cosas que, cuando me di cuenta, ya estaban demasiado arraigadas. Pero he intentado mantenerte al margen, protegerte de todo esto.”
Emma sintió un nudo formarse en su garganta. ¿Protección? ¿O simplemente había estado intentando mantenerla en la oscuridad?
“¿Y qué hay de nosotros, Nicholas? ¿Qué significa esto para nuestro matrimonio? ¿Cómo puedo confiar en ti después de algo así?”
El silencio que siguió fue como un golpe en el pecho. Nicholas la miró con una mezcla de dolor y resignación. “Emma, nunca he dejado de intentar cambiar las cosas. Estoy trabajando para salir de esas sombras, pero... hay más en juego de lo que imaginas.”
“¡Eso no es suficiente!” exclamó, levantándose de la cama, incapaz de contener la rabia y la confusión. “¡No puedes decirme que todo está bien mientras tu familia está envuelta en... en esto! ¡No después de todo lo que hemos pasado!”
Nicholas extendió una mano hacia ella, pero Emma retrocedió. No podía soportar su toque en ese momento. Sentía que el frágil lazo que habían comenzado a construir estaba al borde de desmoronarse.
“¿Cómo esperas que siga confiando en ti si ni siquiera puedo estar segura de quién eres realmente?” Sus palabras cortaron el aire como un cuchillo. “Siempre supe que había secretos entre nosotros, pero esto... esto es demasiado.”
Nicholas apretó los puños, luchando por mantener la calma. “Emma, te juro que todo lo que he hecho ha sido para protegerte. No quiero que nuestra relación se destruya por los errores de mi familia. Pero necesito que confíes en mí, aunque sea difícil en este momento.”
Ella lo miró, sus ojos llenos de lágrimas que se negaba a dejar caer. “No sé si puedo, Nicholas. No después de esto. ¿Qué más me has estado ocultando?”
El silencio que siguió fue más ensordecedor que cualquier grito. Ambos sabían que, a pesar de todo lo que habían compartido, esta revelación había sacudido los cimientos de su matrimonio de una manera que ninguno de los dos podía prever. El vínculo que habían comenzado a construir ahora pendía de un hilo, frágil y quebradizo.
Emma giró sobre sus talones, incapaz de soportar la tensión un segundo más. Salió de la habitación sin mirar atrás, dejando a Nicholas solo con sus propios demonios.
Mientras se alejaba, su mente era un torbellino de dudas y miedos. ¿Qué futuro podía tener su matrimonio cuando la verdad había revelado un lado de Nicholas que ella jamás había imaginado?