Andrew Quintana, es un hombre de treinta y cinco años. Guapo, alto de muy buen ver, pero sobre todo millonario, tiene una reputación impecable. Muy pocos conocen a lo que realmente sé dedica, detrás de esa figura intachable, se esconde un verdadero hombre despiadado sin el más mínimo sentimiento, los que realmente lo conocen saben de lo que es capas, de hacer cuando se meten con él.
En una persecución, tratando de atrapar a su peor enemigo, recatada a una chica que lo hará perder la cabeza, poniendo su vida y su casa patas para arriba.
Acompañame en está nueva historia, a descubrir de que es capas de hacer este hombre y quienes la chica que lo hará perder la cabeza.
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capítulo. 11. descubriendo secretos
Cuando regresó y me comenzó a curar las pequeñas heridas, yo solo me le quede viendo sin decir nada.
No podía creer que ese hombre gruñón, mando y hasta amargado estuviera ahí casi a mis pies.
Cuando levante mi vista, vi que ella me estaba viendo fijamente, nuestras miradas se cruzaron o más bien la mía con al de ella, por un instante.
Puede darme cuenta de que tiene un lindo color de ojos que por un momento me hicieron ponerme nervioso. Sabes que tiene un color de ojos muy hermosos. Fue lo único que pude decirle, parezco un reverendo estúpido.
Si, lo sé. Dice mi padre, que su madre tenía el mismo color de ojos que yo.
Bueno, ya está, la próxima vez que estés en la cocina prende la luz, Pelirroja.
No eres más que un viejo amargado y sangrón.
Sí, di lo que quieres pecosa.
Vete al diablo.
Sí, lo soy.
Este, está más loco que una cabra vieja, primero hace una cosa, y después actúa de otra. Me quede ahí por un rato más sentada, viendo al loco ese que se dirigió a su habitación.
No puedo negar que a pesar de que se ve que es algo mayor, se ve muy bien, digamos que si es algo guapo.
Pero es un sangrón, engreído, lo único que no lo he visto es sonreír, eso si cuando está enojado tiene una mirada fría, que causa miedo.
Al día siguiente me levante un poco más tarde, la noche anterior llegue de madrugada estaba cansado, así que iría un poco más tarde a mi empresa.
No tengo nada que preocuparme, para eso está Luis él se encarga de todo, cuando baje a desayunar enseguida Diana me servicio el desayuno. Donde está la pelirroja.
En la cocina desayunando con algunos de los chicos.
Dile que venga.
Enseguida señor.
Me molesta que alguien que vive en mi casa se relacione con mi gente, poco después la vi que venía, si hay algo que odio es ver a alguien sin zapatos, eso para mí, eso es sinónimo de pobreza. Y así está, esta pequeña pecosa, sin zapatos.
Después de ver lo que venía comiendo no lo podía creer, de donde salió esta mujer. Siéntate y acompáñame.
Solo lo vi que estaba con cara de idiota, no sé si me estaba viendo a mí o mi plato de comida. O porque estaba sin zapatos, pero en mi casa mayormente así ando.
Me senté y seguí comiendo.
Solo eso piensas comer.
Si, que tiene de malo comer arroz con verduras es más saludable que comer carne cruda.
Tienes que buscar la manera de hacerme enojar verdad pelirroja. Esta vez pensé que me respondería por haberle dicho pelirroja, solo vi que me viró los ojos en blanco con una mueca sin decir nada.
Después de terminar de desayunar me fui para mi empresa en compañía de mis hombres. A pasado casi un mes desde que la pelirroja está en mi casa, a veces pienso que fue un error haberla traído de ese pueblo.
La debí de ver dejado, que alguien la encontrará y tal vez le salvara la vida, pero más loco estaba en el momento que la hice pasar por mi prometida, me está volviendo loco, no se queda callada, siempre me tiene que estar respondiendo.
Eso me molesta, pero otras veces es agradable hablar con ella, no se nada de su vida, porque no me atrevo a preguntarle, lo único que sé es lo que Luis me cuenta de ella.
No quiero saber nada más sobre ella, porque en menos de un año se irá, las veces que he estado cerca de ella, me pone demasiado nervioso, hace mucho que nadie me hace sentir así.
Lo que me molesta mucho, ver que Luis está siempre con ella, más ahora que le dio por inscribirla en clases en línea, para que siga estudiando.
Luis me animó a que yo siga estudiando mientras estoy aquí. Y como falta mucho así que aprovecharé ese tiempo.
Siempre quise seguir estudiando, pero debido a la situación económica en mi casa no pude seguir estudiando.
Luis me ha ayudado bastante me compro una laptop, como no sabía usarla me tuvo que enseñar. Viene casi todos los días para ayudarme con mis tareas.
Que ya se va el profesor a dar clases. Me tomo por sorpresa lo que Andrew me dijo, es como si estuviera molesto por algo. A que se debe tu enojo Andrew, sabes que estoy ayudando Alondra con sus clases.
Pues ahora con ese pretexto te la vives metido en mi casa.
No me estaba gustando su actitud, de Andrew, así que pensé en hacerlo enojar, así salgo de duda. Bueno si tanto te molesta que yo vaya a tu casa, entonces iré a buscar Alondra y la llevaré a mi casa, y allá la ayudaré con sus tareas.
Vi como su semblante cambió rápidamente, así que le seguí diciendo. Pues alondra es muy hermosa y me gusta estoy pensando en decírselo.
Luis me hizo enojar de inmediato con lo que me dijo, que salí de mi oficina hecho una furia.
Andrew, Andrew por más que lo niegues Alondra te gusta, hay Andrew, Andrew.
Mientras esperaba que Luis llegara, fui al despacho del loco ese por unos libros que necesitaba. Después de tanto buscar por fin encontré los que estaba buscando, pero llamo mucho mi atención uno, lo jale, y no pude casarlo era como si estuviera atascado.
Así que lo jale más duro, sorpresa que me lleve, se abrió una puerta en una de las paredes. Demonios que diablos es esto.
Y como la curiosidad es grande me acerque poco a poco hasta que entre para ver que había ahí, me quede con los ojos cuadrado, era una habitación que estaba repleta de dólares, y armas que en mí había visto tanto dinero junto.
Me quede atónita al ver tanto dinero junto, no sé cómo es que mis ojos no sé me salieron.
Luis Ortega.