Karina y Matthew son de mundos diferentes, ya que él es el dueño de una de las empresas más fuertes de todo Estados Unidos y ella es su asistente y mano derecha, pero el mundo de ambos se derrumbara de manera similar destruyendo el mundo que ellos creían perfecto y se demostrará que el hilo rojo del destino puede jugar de diferentes formas para unir a las almas gemelas.
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CAPITULO #11
El tiempo pasó y el horario de trabajo con el, ya era hora de irse a casa.
Ian: ¿Matthew puede venir con nosotros a cenar Mamá?.
Karina: El señor está muy ocupado no creo que tenga tiempo para venir con nosotros.
Emma se regresó a la oficina de Matthew al escuchar a su mamá hablar, a los niños les agradaba Matthew y el como los trataba, en el poco tiempo de convivencia han hecho una conexión inexplicable y les gusta pasar tiempo con él.
Emma: Matti, ¿Puedo hablar algo contigo?.
Matthew: Claro princesa, Dime que se te ofrece.
Matthew sentó a la niña en su regazo esperando la respuesta que le daría la pequeña niña.
Emma: Matthew, ¿Quisieras cenar con nosotros?.
Mamá dice que eres un hombre muy ocupado y que no quiere que te molestamos, pero la verdad es que mi hermano y yo no sentimos muy bien a tu lado.
Matthew: Me encantaría ir a cenar con ustedes, tengo que confesar que también me gusta pasar tiempo con ustedes son bastante peculiares y no me da tiempo de pensar en otras cosas.
Emma: Gracias Matti, por querernos.
Matthew: Ustedes se dejan querer, vamos a hablar con tu mamá.
El tomo a Emma y la llevo en brazos hasta el escritorio de Karina.
Matthew: Vamos a cenar, Karina dile a Ángela para ir todos juntos, los niños quieren que yo comparta con ellos y la verdad es que me gusta hacerlo.
Karina: Señor, ¿está seguro de eso?.
Matthew: Si la verdad es que pasar tiempo con ustedes me gusta y Ángela es tu amiga y colega y por qué no invitarla también.
Además de no ir contigo terminaría por ir a un departamento vacío y eso me haría pensar y la verdad no es algo que quiera ahora.
Karina: Está bien, vamos a casa, yo voy a hacer la cena junto a Ángela y usted puede jugar con los niños.
Matthew: Me parece Perfecto.
Ángela se sorprendió cuando Karina le dió la invitación para ir a su casa y compartir con Matthew, ya que ella solo lo ha visto en su faceta de jefe, pero en vista de todo lo que ha pasado entiende que la Soledad a veces no es buena amiga.
Karina y Ángela prepararon la cena mientras Matthew jugaba con los niños y la verdad no se esperaba divertirse tanto, Ian le mostraba sus programas de seguridad y otros de virus el niño era un haz es todo lo que a tecnología se tratara y por ende le confesó a Matthew que le hackeo el celular a su papá y pudo corroborar lo que ya sabía y era que su papá tenía una amante.
Ian: Nuestro padre nos ha cambiado por una mujer y eso es algo que no voy a perdonar tan fácilmente.
Matthew: No sé que decirte la verdad no esperaba que un padre tuviera el corazón tan frío como para no llamar a sus hijos.
Emma: Yo creo que ya no nos quiere y si él no nos quiere, nosotros tampoco.
Dijo la niña con enojo al voltear vio algo que había hecho en la clase de arte.
Mira Matti esta escultura de arcilla la hice yo en mi clase de arte.
Matthew: Es hermosa, la verdad es algo que colocaría en la sala de mi casa.
Emma: Pues siendo así te la regalo.
Matthew: ¿De verdad me la puedo llevar?.
Emma: Si, te la estoy regalando por valorar mi arte.
A diferencia de mi hermano que le gusta la tecnología a mí me gusta el arte, la música y por supuesto la historia.
Mi mamá a veces nos cuenta historias de cuando vivía en Venezuela con mis abuelos, la verdad me gustaría conocerlos en persona, pero lamentablemente no se puede por qué estamos muy lejos.
Mi mamá dice que dónde viven mis abuelos es una sábana y hay muchos animales así como en tu casa donde fuimos ayer.
Matthew: La verdad niños no sé que decirles, yo no he vivido nada de lo que ustedes viven o han vivido, no sé qué decir.
Ian: No tienes que decir nada, nos escuchas y eso para nosotros ya es mucho, mamá nos escucha, pero no queremos atormentarla con ese tipo de cosas.
Emma: Ella se pondría más triste de lo que está ahora y no queremos eso.
Matthew: Bueno, niños puedo ser un amigo en quien confiar y pueden decirme lo que quieran, cuando quieran y voy a estar para ustedes.
Karina: Chicos la cena está lista!!
Karina grito desde la sala.
Matthew: ¿Su mamá siempre grita así?.
Ian: Digamos que es algo de cultura siempre que hablamos con la familia en Venezuela ellos siempre gritan, claro que no todos.
Y cuando se enoja es mucho peor por eso trata de no hacerla enojar fuera del horario de trabajo por no creo que te salves.
Matthew: Voy a tomar en cuenta tu consejo.
Ellos bajaron a la sala y se sentaron y Ángela no dejaba de mirarlo como si tuviera algo en la cara.
Matthew: Sé que es raro verme aquí y compartir con ustedes sin ser el jefe, pero por Dios no me mires como si fuera un bicho raro Ángela.
Ángela: Lo siento señor es que de verdad es raro.
Matthew: Cuando no estemos en la oficina me llamas por mi nombre.
Karina: Matthew, hicimos pasta en salsa con albóndigas y jugo de naranja natural con pan de ajo.
Matthew: Eso suena delicioso, saben aunque ustedes no lo crean es muy raro comer comida casera.
Ángela: Pero tú eres rico deberías de tener quien te cociné.
Karina: Ángela como dices esas cosas.
Matthew: Tranquilas, la razón es que no es lo mismo comer algo por alguien al que tú le pagas a tener este tipo de comidas que la hacen con cariño.
Ángela: Ahhh!! Vez nuestro jefe no es tan gruñón fuera de la oficina.
Karina: ÁNGELA!!
Ángela reía pues su amiga la reprendía delante de todos y los niños solo ríen.
Karina: Vamos a comer.
Todos se sentaron y empezaron a comer aunque era un poco extraño aún para Karina compartir la mesa con su jefe él lograba que no hubiera tensión o alguna incomodidad y ella notaba que él se llevaba muy bien con los niños así como ellos con él.
Matthew: Niños el sábado vamos a ir al veterinario para llevar a manchas.
Emma: ¿Está enfermo?.
Matthew: No princesa, es para que verifiquen que todo esté bien con el animalito.
Emma: Ya me habían asustado.
Karina: Ya le compré muchas verduras y frutas para que tenga para la semana, pero no todo el tiempo Matthew podrá llevárselo a la oficina así que vamos a tener que ambientar la habitación de los peroles.
Matthew: ¿Peroles?.
Karina: Si, así es como le decimos en Venezuela a las cosas que no usamos, pero guardamos en una habitación.
Ángela: Créame je... Digo Matthew con Karina usted va a aprender muchas palabras venezolanas a mí me ha tocado aprender por qué si no viviría en un umbral de desconcierto.
Karina: No seas exagerada por favor.
Matthew: Ya lo veremos, ¿cuándo quieres sacar las cosas de ahí?
Karina: Estaba pensado hacerlo el fin de semana si no te molesta seguir cuidando al conejo en tu oficina hasta tenerle su propia habitación.
Emma: Yo quiero decorarla.
Ian: Yo también, tiene que tener un hermoso cuarto.
Karina: Está bien, niños déjenme buscar por internet para buscar todo lo necesario para tener el cuarto de manchas en buenas condiciones para el animalito.
Ángela: Yo también quiero ayudarlos, hacer esto los 5 va a ser divertido, además hasta ahora en la agenda no hay nada que no dañe el plan.
Matthew: Eso espero porque la verdad me la paso muy bien con ustedes.
Ian y Emma: Nosotros también.
Karina: Ya veo que ustedes pueden convertirse en cómplices y les voy diciendo de una vez que dentro de la oficina es mi jefe y le debo respeto, pero fuera de él no me voy a quedar callada si veo que quieren hacer cosas sin mi permiso, no se me ha olvidado lo que hicieron hoy eso es de delincuentes.
Ángela: ¿Hablas de los 60 millones?.
Karina: Si, me imagino que Ian le dijo que podía hacerlo y Matthew lo reto y bueno causo un caos en el área de seguridad.
Matthew: Pero si no hubiera Sido Ian, hubiera perdido 60 millones de dólares porque mi equipo no es tan seguro como yo pienso que es, gasto millones de dólares para tener una buena seguridad y resulta que él lo hizo en media hora.
Y solo usando mi computadora.
Karina: El punto aquí no es si la empresa tiene o no la seguridad que pagas, aquí hablamos de no hacer más lo que se hizo hoy.
¿Entendido Ian?
Ian: Si mamá.
Karina: Que bueno, pero ya basta de regaños y que tal si nos comemos un postre.
Todos: Siiii!!
Karina saco de la nevera una deliciosa tarta de chocolate que todos devoraron con gusto, poco a poco se van llevando mejor y la confianza va creciendo, confianza que va a ser crucial para el futuro.