CAPITULO #1

Karina Rodríguez de Álvarez es una mujer de 28 años con una carrera de admiración y contabilidad, felizmente casada con Juan Álvarez tienen 10 años de casados y tienen dos hermosos hijos Ian de 10 años y Emma de 5 años.

Ellos son oriundos de Venezuela para ser más preciosos de Maracay, por la situación del país ellos se fueron a Estados Unidos hace ya 8 años para buscar una vida mejor y ofrecer una mejor estabilidad económica.

Para la pareja no ha sido nada fácil, pero han logrado salir adelante durante este tiempo ella consiguió un trabajo como asistente del gran CEO Matthew McCallister de las empresas McCallister que es una empresa que abarca varios sectores, como lo son moda, turismo y automotriz.

Es un gran imperio y la paga es muy buena tanto como para tener a sus hijos en buenos colegios y vivir en una zona modesta.

Juan, por otro lado, trabaja con una empresa de construcción, ya que es ingeniero civil y le muy bien en ese empleo aunque no gana lo mismo que Karina le da el dinero suficiente para vivir cómodamente junto a su familia y ayuda a pagar gastos de la casa.

Matthew McCallister es un hombre de 34 años con un carácter muy fuerte le gusta que las cosas se hagan a la perfección y no tolera los errores, está comprometido con Rachel Davis un modelo de talla internacional y su boda está por celebrarse en una semana, él la ama profundamente y quiere todo con ella.

Es único hijo y, por lo tanto, heredero del gran imperio McCallister sus responsabilidades son muy grandes, pero aun así ha llevado a la empresa que su padre fundó a lo más alto durante los años que él ha estado en la presidencia.

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Es lunes por la mañana y suena la alarma de Karina 5 AM se levanta se da una ducha y baja para hacer el desayuno de los niños y su esposo antes de irse al trabajo, mientras ella prepara el desayuno Juan levanta y ayuda a los niños a que estén listos para ir a la escuela.

Juan: Vamos niños tienen que estar listo en 10 minutos para que no se les haga tarde.

Niños: ¡Si papá!.

Los niños se sientan en la mesa a desayunar mientras Karina sube a la habitación y se arregla para ir al trabajo y como es de esperarse tiene que ir impecable, ya que siento una empresa que maneja el sector de la moda no puede ir con cualquier cosa puesta.

Ropa de Karina.

Ian: ¡Mamá te ves muy hermosa!.

Emma: Si, mamá parece una reina.

Juan: Tengo una esposa bastante hermosa.

Karina: Basta que me hacen avergonzar saben que los piropos hacen que me sonrojen.

Juan: Es que te ves tan hermosa con las mejillas rosas que es inevitable no hacerlo mi amor.

Todos terminan de desayunar y Juan se adelanta mientras que Karina lleva a los niños a la escuela antes de ir al trabajo y es que si tiene auto apenas tuvieron la oportunidad compraron uno y en su mayoría lo usa Karina, ya que Juan tiene transporte y decidió que es mejor que ella lo use.

Al terminar de llevar a los niños a la escuela llegó a la empresa, su jefe aún no llegaba, pero no faltaba mucho para eso.

Su jefe tiene el último piso para el solo, junto a su secretaria y asistente.

Ya la secretaria estaba en su lugar y es nada más y nada menos que la mejor amiga de Karina Ángela.

Ángela: Querida Karina, que bueno que llegaste este piso da miedo con la soledad que posee.

Karina: Ángela eres una cobarde ja, ja, ja.

Ángela: Puede ser, pero no quería que el jefe llegara y solo estuviera yo aunque nunca a pasado, pero igual me daba miedo sabes que como se pone ese hombre cuando se molesta.

Karina: Tranquila, ya dentro de una semana será la boda del jefe y nosotras vamos a tener unos días un poco menos fuertes, ya que él se va de luna de miel por dos semanas.

Ángela: Si, esa boda es la más esperada por todos los medios y por trabajar con él podemos estar presentes y tengo que admitir que estoy emocionada aunque aún no tengo el vestido.

Karina: Yo tampoco, ¿ Qué te parece si vamos está tarde por él? Los niños salen a las 3 y después de buscarlos podemos ir por el vestido.

Ángela: Me encanta tu idea además tengo rato que no veo a esos dos terremotos tuyos ja, ja, ja.

Karina: Si no les dieras dulce cada vez que los ves no se pondrían así.

Mientras ellas conversaban iban arreglando todo para la llegada de su jefe que sería en unos minutos.

Karina al tener 5 años trabajando para Matthew sabía cómo le gustaba todo y una de esas cosas era que le gustaba un café con leche con un poquito de azúcar.

Karina: Voy a llevar el cafè a la oficina del jefe.

Ángela: Está bien amiga, voy a ir a la sala de juntas para tener todo listo para la junta de las 10.

Karina: Ok.

Karina entra a la oficina de su jefe y acomoda todo su escritorio que como es común está hecho un desastre, porque si ese hombre es todo un empresario y lo que quieran, pero hace regadero de papeles por todos lados.

A terminar de acomodar todo y poner el café en su lugar la puerta es abierta por un imponente hombre de tez canela, ojos azules y un cabello perfectamente peinado con un delicioso perfume que vuelve loca a cualquiera, pero para Karina ya es algo común y como toda mujer casada no siente su corazón latir por otro hombre que no sea su esposo.

Karina: Buenos días, jefe, ya le acomodé los papeles que requieren su firma de manera urgente, su café está en su sitio y Ángela está ordenando la sala de juntas para la reunión con los británicos a las 10.

Matthew: Todo perfecto como siempre, gracias Karina.

Karina: a la orden jefe, me retiro para seguir con mis labores.

Matthew: Ok.

Sin más cada uno se fue a sus labores.

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Del otro lado de la ciudad Juan está encerrado en un baño de la oficina con la secretaria de administración.

Juan: Eres una mujer ardiente ya quiero estar dentro de ti.

Lorena: Yo también lo deseo.

Después de tener sexo sin control cada uno sale como si nada.

Lorena: ¿Cuándo vas a dejar a tu esposa?.

Juan: Muy pronto, solo estoy esperando que me nombren ingeniero en jefe para dejarla, esa mujer con los años se ha vuelto una rutina, no tiene el fuego que tú tienes.

Lorena: Verás que conmigo el fuego nunca faltará y sé dé buena fuente que te van a ser jefe dentro dé una semana así que espero tenerte ese fin de semana entre mis sábanas.

Juan: Ahí me tendrás querida.

Cada uno se fue a su sitio de trabajo como si nada hubiera pasado, sin ningún tipo de remordimiento solo un alma ruin y podrida es capaz de llegar a esos extremos sin una pisca de dolor en su conciencia.

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