Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 11
Calvin sabía que tarde o temprano tendría que hablar con él; era mejor resolver ese asunto, pues podría perjudicarlo aún más.
—¿De verdad crees que tenemos algo de qué hablar? No sé por qué estás gastando tanta energía en algo sin importancia, ya que dejaste claro que no significó nada.
—Puede que pienses que no tenemos nada de qué hablar, pero yo sí. ¿Podemos hablar fuera de aquí o en tu sala? —insistió Frank.
—¿Qué más necesita ser dicho? Si quieres explicar que no significó nada, o que fue solo una diversión, ya lo entendí. Así que, ahórrate tu saliva.
Hector, amigo de Calvin, no estaba entendiendo nada sobre lo que estaban hablando, ni quién estaba escuchando aquella conversación. Frank no quería que aquel asunto se propagara, pero Calvin no le daba otra opción sino hablar allí mismo.
—¿Crees que lo sabes todo, Calvin? No sabes cómo me siento o cómo me sentí, y eso es lo que estoy tratando de explicar aquí. Pero solo pareces preocuparte por tus sentimientos y por lo que piensas —se expresó Frank, dejando salir su voz más alto de lo que quería.
Ante lo que Frank habló, a Calvin ya no le importaba si todos sabían lo que sucedió. Si Frank quería echar la suciedad al ventilador, él mismo lo haría.
—¿Soy yo el que está pensando solo en mí? ¿Cómo querías que yo hubiera interpretado lo que hiciste? Yo quería más que una noche contigo, pero por lo que veo, fui solo la puta despedida de soltero.
Cuando Calvin dijo eso de manera nada sutil, quien oía comenzó a entender lo que estaba sucediendo. Hector fue uno de los que quedaron boquiabiertos, y otro colega al lado la cerró.
—Espera, ustedes dos... —Hector no sabía qué decir y quedó apuntando de uno para el otro—. ¿Es lo que estoy pensando? —preguntó, no escondiendo su sorpresa.
Calvin aún miraba a Frank, su expresión mezclando mágoa y rabia.
—Si lo que estás pensando es que él se acostó conmigo y, en la misma noche, se comprometió, entonces estás pensando cierto. Él quería una experiencia diferente antes de comprometerse con la novia.
Hector vio que aquel asunto estaba rindiendo más de lo que imaginaba e intentó amenizar los daños.
—Vamos, personal, no hay nada para ver aquí. Vamos a salir y dejar que los dos resuelvan ese asunto —intentó hacer que todos salieran.
—¿Van a conversar o van a coger? —Uno de los bomberos hizo la broma y salieron riendo.
Aquella era la situación que Calvin quería evitar, pues sabía que no todos respetaban o tenían la mente abierta. Todos salieron, pero Hector quedó en la puerta, aún con miedo de que Calvin perdiera el control.
—¿Cuál es la tuya, Calvin? ¿De verdad crees que yo solo quería una maldita experiencia o una despedida de soltero? ¿No pasó por tu cabeza que, si fuera eso, yo podría simplemente haber contratado a alguien? Así, no necesitaría pasar por una situación como esa.
—Entonces, ¿fue qué? Nadie aquí sabía que tenías una novia. Si yo lo supiera, lo que sucedió no habría sucedido. ¿De verdad crees que voy a creer que estabas atraído o enamorado de mí? —Calvin lo cuestionó, demostrando incredulidad en lo que él hablaba.
—Queriendo creer o no, fue eso, sí, lo que sucedió. ¿Será que no percibiste la forma en cómo te miraba? ¿Cómo siempre buscaba una excusa para tocarte? ¿Será que yo haría todo eso solo para coger una vez contigo? Yo esperaba resolver todo antes, pero no conseguí y creí que podría no tener otra oportunidad de estar contigo.
Calvin sonrió y se alejó un poco, pasando la mano por el cabello.
—Cierto, ¿y cómo quedo yo? Tú hiciste todo eso, sí, dando a entender que también estabas interesado. Porque cuando yo quiero solo un polvo, voy a una discoteca, soy claro con la persona que me dio bola, pero no me quedo coqueteando por tanto tiempo con alguien, mismo sabiendo que estoy a punto de colocar un anillo en otra persona.
Hector oyó la conversación y creyó mejor interrumpir.
—Gente, no creo que ustedes deberían resolver eso aquí dentro. No va a ser más secreto que ustedes dos cogieron, ya que resolvieron discutir desnudos en el baño, pero es mejor no aumentar el chisme. Calvin, conversen allá afuera como dos adultos y resuelvan las diferencias de ustedes, ¿o quieren acabar jodidos y siendo disciplinados?
Frank sabía que Hector estaba siendo sensato y creyó mejor hacer lo que él dijo, ya que Calvin estaba visiblemente irritado con aquel asunto.
—Yo me voy, pero quiero que sepas, Calvin, que me gustas y no fue solo una broma o un vacilón para mí —Frank hizo aquella declaración y salió del área de la ducha, yendo para el vestuario.
Calvin golpeó la pared así que él salió, y Hector intentó calmarlo.
—Calma ahí, negrito, la pared no tiene culpa y ni tu mano —habló y se aproximó a él, sujetando en su hombro—. Porra, tipo, creí que yo era tu amigo, ¿dónde está la hermandad en esas horas?
Hector era negro, un poco más bajo que Calvin, con menos músculos y usaba trenzas en el cabello. Él había entrado en la corporación después de Calvin e hicieron amistad luego de cara, por eso hablaba abiertamente con él.
—No me siento a gusto para hablar sobre eso. Yo no sabía cómo tú podrías encarar eso. ¿No viste lo que dijeron antes de salir? —intentó explicarse.
—Genial, no te quedaste a gusto para hablar conmigo sobre eso, pero hablaste al mismo tiempo, para un montón de bomberos desnudos.
Hector sabía que no ayudaría mucho hablar de aquella forma, pero no conseguía evitar. Lo que él quería mismo era intentar calmar a Calvin, ya que sabía del puñetazo que él dio en Frank y no quería verlo metiéndose en más problemas.
Frank se vistió bajo algunas miradas y sonrisas. Cuando salió del vestuario en dirección a la salida, fue parado por el capitán.
—Frank, ¿podrías dar una pasada en mi oficina antes de irte?
Él confirmó con la cabeza y siguió en dirección a la sala, consciente de que el asunto era sobre él y Calvin. Antes de entrar, miró en una determinada dirección y percibió que Eddie observaba, pareciendo satisfecho con la escena que veía. No tuvo dudas de que él quería que Calvin se jodiera.
Hector