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PREFIERO SER UNA SUSTITUTA.

PREFIERO SER UNA SUSTITUTA.

Status: Terminada
Genre:Posesivo / Arrogante / Traiciones y engaños / Sustituto/a / Amor-odio / Enfermizo / Completas
Popularitas:2.4M
Nilai: 4.9
nombre de autor: Frida Escobar

"Después de un accidente devastador, Leonardo Priego se enfrenta a una realidad cruel: su esposa está en coma y él ha quedado inválido. Con su hija de 4 años dependiendo de él, Leonardo se ve obligado a tomar una decisión desesperada; conseguir una sustituta de su esposa. Luna, una joven con una vida difícil acepta, pero pronto se da cuenta de que su papel va más allá de lo que imaginaba. Sin embargo, hay un secreto que se esconde en la noche del accidente, un secreto que nadie sabe y que podría cambiar todo. ¿Podrá Leonardo encontrar el amor y la redención en esta situación inesperada? ¿O el pasado y el dolor serán demasiado para superar? La verdad sobre aquella fatídica noche podría ser la clave para desentrañar los misterios del corazón y del destino".

NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Secretos y Apariencias.

Llego a casa empapada. La lluvia sigue cayendo con fuerza mientras subo las escaleras, el agua escurre por mi ropa y deja un rastro en el suelo. Entro a mi habitación… y me detengo de golpe. Sentada en mi cama, con esa sonrisa arrogante y las piernas cruzadas, está Estrella.

—Mírate nada más —dice con desdén, recorriéndome de arriba abajo—. Así jamás vas a conseguir un esposo. En cambio, yo ya tengo varias propuestas... pero hay una que vale más que todas: Limber. Se peleó por mí. ¿Puedes creerlo? Cuando antes solo te miraba a ti… solo te buscaba a ti.

—Qué bien por ti. Ahora, sal de mi habitación. Quiero descansar.

Se levanta con esa forma teatral tan suya, pasando demasiado cerca de mí.

—Cuando Fernando me lo proponga, te dejaré libre el camino con Limber —susurra—. Así al menos podrás decir que estuviste con el único hombre que te quiso... aunque dudo que te haga caso. No estás a su altura.

Camina hacia la puerta y, como en un mal chiste del destino, resbala con el agua que gotea de mi ropa. Grita como si se hubiera caído de un segundo piso.

En segundos, aparece mi madrastra con el rostro descompuesto de rabia.

—Solo vine a contarle mi buena noticia y me empujó —se queja Estrella con voz melosa—. ¡Mírala! ¿Quién sabe con quién andaba o qué andaba haciendo para llegar así?

—Estrella, me importa poco si te casas con un príncipe o con un mendigo. No me importa tu vida. Por mí, puedes irte de esta casa que mis padres construyeron con tanto sacrificio —le digo con fuerza contenida.

Entonces viene la bofetada. El golpe seco me gira el rostro.

—Esta casa ahora es mía —gruñe mi madrastra, acercándose a mí con esa mirada que tantas veces me ha hecho querer huir.

Pero no esta vez. Me mantengo firme. Estrella se levanta con una sonrisa torcida, disfrutando el espectáculo. Sin pensarlo mucho, la empujo hacia la puerta y la saco.

—No por mucho tiempo —le grito antes de cerrar la puerta de golpe. Le pongo seguro. Sé que intentarán abrir, pero lo olvidan: yo cambié la cerradura cuando ellas no estaban. Esta es mi habitación. Mi única frontera. Mi refugio.

Voy al baño, me cambio la ropa mojada y saco lo poco que me pagaron hoy. Mañana iré al banco a guardarlo. Al acostarme, mis ojos se fijan en la foto en la mesita de noche. Miro a mis padres, sonrientes, jóvenes… y hoy es uno de esos días en los que no soporto ver a mi padre. Tapo su rostro con el borde del portarretratos y me dejo caer en la cama, intentando dormir con el nudo en la garganta.

Despierto con la alarma. Me visto con rapidez, meto mi ropa de trabajo en una mochila, y salgo sin hacer ruido. Desde que Estrella está aquí, no pienso volver por las tardes. Mejor de la escuela me voy directo al trabajo.

Después de las clases, paso por el banco y dejo lo que tengo. El dinero es poco, pero para mí significa mucho. Camino al club, me cambio y entro al salón de servicio. Todo está lleno como de costumbre.

Llevo la orden a una mesa y siento una mirada pesada sobre mí. Cuando dejo las botellas, salgo rápidamente y, sin querer, choco con alguien alto.

—Lo siento, señor —digo alzando la vista.

—Fernando Linares, mucho gusto —dice él, y me congelo. Su nombre lo he escuchado muchas veces... en los labios de Estrella.

—Mucho gusto. Me llamo Lulu.

—Yo te dije mi verdadero nombre. ¿Por qué no me dices el tuyo?

—Ese es mi nombre.

—No te queda. No con ese rostro tan hermoso.

Aprieto la charola con fuerza. No tengo tiempo ni energía para este tipo de juego.

—Que tenga buena noche, señor Linares.

Camino hacia la barra, pero antes de salir, me llaman: debo llevarle otra botella al “señor Linares”. Cuando entro al salón privado, está solo.

—¿Qué botella quiere? —pregunto.

—La que tú me recomiendes. Y quiero tu compañía.

—Aquí hay personal para eso. Yo solo sirvo las mesas.

—Cobra lo que quieras. Solo quiero conversar.

—No es posible —respondo secamente—. Le pediré al barman la mejor botella para usted.

Voy, la traigo, y se la sirvo con rapidez, evitando mirarlo directamente. Que no me reconozca. Que no me recuerde si llega a casarse con Estrella. Si lo hace, ellas nunca se irán de la casa.

—¿Eres muy joven? —pregunta de pronto.

—Cuando hay necesidad, la edad es lo de menos.

—¿Eres menor?

—No.

—¿Te dan las propinas que dejo aquí?

—Sí. Gracias.

—Vengo hace años y recién el año pasado te vi por primera vez. Creí que eras hija de alguna trabajadora.

—Ya terminé mi turno, con su permiso.

—¿Te aburro?

—Mi novio me espera afuera.

—¿Ah, sí? ¿Y dónde está?

—Gracias por la bebida. Buenas noches.

Salgo. Me cambio, me despido del jefe y salgo a la calle. Llovizna. No pasan taxis. Camino unas cuadras. Un auto baja la velocidad. No necesito mirar para saber quién es. Me quito los audífonos al sentir que alguien me toca el hombro.

—¿Te llevo? Yo te retrasé, al fin y al cabo.

—Gracias, pero no. Vivo cerca.

Se ríe. Su carcajada me dice que no me cree.

—¿Aquí? Aquí solo viven los ricos. ¿Y tu novio? ¿Se esfumó?

Me detengo. Me giro.

—No quería ser grosera, pero veo que insiste. Usted es un extraño. Jamás me subiría al carro de un desconocido. Fui amable, pero ya fue suficiente. Y si quiere quejarse con mi jefe, adelante.

Un taxi se detiene como si la suerte me respondiera. Subo sin mirar atrás.

Cuando llego a casa, algo no cuadra. Un carro demasiado familiar está frente a la entrada. La cerradura fue cambiada. Doy la vuelta hasta el lado oculto donde está una vieja escalera cubierta de enredaderas. Papá la dejó ahí por si alguna vez necesitaba entrar sin hacer ruido. Subo, me meto por la ventana.

Mi cuarto está hecho un desastre.

La puerta está rota. Entraron por la fuerza.

Mi pecho arde.

Bajo hecha una furia, pero las voces en la sala me detienen.

—Señor Linares, lo esperábamos con ansias. Mi hija tiene días hablándole de usted —dice mi madrastra con esa voz fingida que da náuseas.

—Madre, qué vergüenza, no diga eso —dice Estrella, suspirando con falsa modestia.

—Iré por los bocadillos —dice mi madrastra, pero al salir, me encuentra. Nos miramos fijamente. Me agarra del brazo, pero no cedo. Me zafé con fuerza.

—Tenemos que hablar.

—¿De qué? ¿De cómo me sacaron de mi casa? ¿De cómo irrumpieron en mi habitación, rompiendo mi puerta?

Ella me mira, desesperada por primera vez.

—Baja la voz. Te daré la llave nueva. Llamaré al cerrajero… ¿sí, mi niña? No te alteres…

Su voz melosa me deja en shock.

Y entonces lo entiendo.

Estrella y el señor Linares están de pie en la puerta de la sala. Nos miran.

La máscara de mi madrastra se ha resbalado… justo frente al hombre que puede decidir su futuro.

Y en ese momento, Fernando Linares me mira… como si acabara de ver un fantasma.

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Neccybeth Rojas Gonzalez
jajaja ay no Ricardo contigo no se puede de verdad te pasas me imagino a Leonardo rojo de La rabia contigo no se puede Ricardo estuvo buena esa jajaja
Aylu Natali
Jaja ojala Leo t diera celos para q veas... Le ocultast el embarazo, 3 meses d vida d su hijo y ahora lo haces sufrir con no casarte... 😅🥴
Stella Romero
pero si le dio su virginidad como va a pensar que se metió con su padre
jacqueline mercedes Velásquez Freite
Leonardo toda mujer piensa en noviazgo en matrimonio en familia en felicidad
jacqueline mercedes Velásquez Freite
Leonardo tu y tus cosa la pobre luna pasando pena🤣🤣🤣🤣🤣🤣😛
Aylu Natali
Jajaja encima es ella quien se ofende con la pregunta! Ayyyyyy
jacqueline mercedes Velásquez Freite
que viva el amor y la familia 😍❤️😘
jacqueline mercedes Velásquez Freite
que impresión tan grande
jacqueline mercedes Velásquez Freite
este viejo de verdad esta castrado casi medio muerto y todavía a quiere a luna para el verdad que esta bien enfermó
Neccybeth Rojas Gonzalez
de verdad q está espectacular ls novela no he dejado de leerlo me encanta todo... bien escrita con buena gramática hay intriga hay misterio espectacular autora muchas gracias
Griselda Ramirez
hermosa novela gracias y éxitos y bendiciones
jacqueline mercedes Velásquez Freite
que belos todos unidos como familia
jacqueline mercedes Velásquez Freite
viejo asqueroso te lo mereces
jacqueline mercedes Velásquez Freite
el viejo es un pedófilo enfermo la loca son tal para cual
jacqueline mercedes Velásquez Freite
que enredo todo conocen al niño menos el papá
Jeanett Morales Mondragon
será la mejor mamá para la pequeña
Libros Odi
genial me encanta la trama
jacqueline mercedes Velásquez Freite
que suspenso
Jeanett Morales Mondragon
pues a lo mejor una amante o la entenada
jacqueline mercedes Velásquez Freite
luna tienes a leonaldo al límite
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