ALPHA EROS

— ¿Vampiros en las cercanías? — pregunta Emily observando atentamente a los lobos recién llegados que estaban entregando la guardia de los perímetros.

— No hemos escuchado de los Vampiros desde hace mucho tiempo, estamos viviendo en paz entre las especies, no entiendo por qué el tratado está siendo quebrantada en el caso de que los Vampiros nos tengan en la mira, no hemos hecho nada para molestarlos, y ellos tampoco a nosotros — murmura Dahyan mientras agacha la cabeza.

— Quizás cuando nos toque guardia conozcamos mejor cuál es la situación, es mejor que continuemos con nuestra conversación, no es nada grave de lo contrario el Alfa ya nos habría puesto en alerta — Piero le da la espalda a los Guardias, Emily y Dahyan imitan su acción. Pero Emily tiene la necesidad de conocer más acerca de este suceso, ella si ha sentido que los Guardias hablaban en un tono preocupado.

Después de una hora de conversación y risas, Emily se había despedido, agradecida de que haya logrado pasar el rato, los hermanos también se sintieron complacidos con ella, la loba había tomado el camino de regreso a la Cabaña, de hecho la noche se sentía más helada que de costumbre, al corazón de Emily le faltaba calidez el recordatorio de la muerte de sus padres aún era muy doloroso para la loba, volver a la Cabaña le resultaba una idea aburrida entonces opto por seguir recorriendo el Bosque.

— Me parece muy misterioso este lugar — entonces la voz de su loba se escucha.

—Hasta que te dignas a aparecer — responde Emily con sarcasmo, su Loba no se había comunicado con ella desde la muerte de sus padres, pero la sentía a través de la conexión y por ella Emily no era débil.

— Estuve tratando de acostumbrarme a este lugar y te doy la razón el bosque es misterioso es como si en ella habitará criaturas que para nosotros sería un peligro, diría que está envuelta en una magia ¿qué opinas del Alfa?

—No tengo una opinión clara está fuera de la manada de día y regresa por la noche según he escuchado — responde Emily avanzando sus pies tocan las ramas secas de los árboles, había llegado a una zona muy silenciosa.

—¿Esto es un Cementerio? — pregunta su loba, Emily se estuvo por delante de un portón, ella sabe que debe de darse la vuelta y volver por su camino, pero su lado irracional tiende a dominar en ciertas circunstancias a la Loba.

— Entrar no es mala idea — susurra Emily.

— Claramente, no es mala idea, es pésima idea, horrorosa, terrorífica — fue la respuesta de su loba, mientras Emily avanza unos pasos más y sus manos se posan en el hierro del aquel portón, pero algo frío se posa en los hombros de ella.

— Detente niña — entonces la voz de una mujer se escucha y Emily se da la vuelta sintiendo el aire frío traspasar su cuerpo.

— ¿Quién es usted? — pregunta Emily con la voz ronca y sus ojos amarillos, su Loba estaba más que presente.

— Soy Bey, una de las lobas más antiguas de este territorio estoy en ella desde siglos — la anciana parecía tener una mirada dulce — es por esa misma razón que te digo que esto que estabas por hacer era una muy mala idea — expuso la mujer.

—¿Qué tan malo? — la respuesta de Emily por supuesto no era la respuesta que la mujer estaba esperando.

— El portón indica el final y el comienzo de un territorio, es un perímetro y nosotros no podemos cruzar el portón, de lo contrario estamos fallando al tratado de paz.

— Entiendo — responde Emily.

— No lo estás entendiendo — opina su loba, provocando que Emily sonriera.

— Por tú bien respeta nuestras reglas de lo contrario la muerte es la única salida para ti.

— No estoy diciendo absolutamente nada, pero dime ¿qué hay al otro lado del perímetro?

— No es asunto tuyo, lo que haya allí está fuera del alcance de tu conocimiento y te lo digo por tu bien ¿Quieres tomar chocolate caliente? Si estoy aquí es para impedir que cometas una equivocación que puede causarte la muerte.

— Lo lamento — Emily fue sincera.

— Vamos a mi cabaña, te contaré allí algo, hay partes del bosque que no son seguras y esta es una de ellas — la anciana Loba se había dado la vuelta alejándose de Emily y por supuesto la loba no duda en seguir los pasos de Bey.

Después de varios minutos han llegado hasta una vieja cábala.

— Eres bienvenida — expuso Bey dirigiéndose hasta el estante en donde estaba una cazuela.

— ¿Siempre vas con desconocidos a la primera oportunidad? — su loba le reprocha a Emily.

— Cierra la boca — espeta Emily y su loba guarda silencio.

— Al cruzar aquel portón en lo profundo del bosque, donde la luz del sol apenas se filtra entre las hojas de los árboles y el aire se torna denso y frío, se erige un antiguo castillo abandonado. Allí, en las sombras de la noche, se encuentran los vampiros, seres siniestros y sedientos de sangre que acechan en la oscuridad — la voz de la anciana toma por sorpresa a Emily — es el territorio de ellos y no podemos cruzar aunque ellos también nos tienen en la mira tampoco cruzan aquel perímetro. Los lobos, habitantes de la región desde tiempos inmemoriales, saben del peligro que representan estos seres que se alimentan de la vida de los demás. En noches de luna llena, cuando el aullido de los lobos resuena en el silencio del bosque, los vampiros se acercan sigilosamente, sedientos de la esencia vital que emana de sus presas.

La tensión entre ambas especies es palpable en el aire, como una electricidad cargada de peligro y misterio. Los lobos se mantienen alerta, con los ojos brillando en la oscuridad, mientras los vampiros acechan desde las sombras, con sus colmillos afilados y sus ojos rojos como la sangre. En tiempos de Guerra, el bosque se convierte en un campo de batalla silencioso, donde la vida y la muerte se entrelazan en una danza macabra. El suspenso se puede sentir en cada rincón, en cada susurro del viento que agita las ramas de los árboles, en cada pisada furtiva que rompe el silencio de la noche. Cada siglo, en medio de la oscuridad y el misterio, los lobos y los vampiros se enfrentan en una lucha eterna por el control de la región. Solo aquellos que sean lo suficientemente valientes y astutos podrán sobrevivir en este lugar donde el peligro acecha en cada sombra, en cada rincón oscuro del bosque, hace 5 días se cumplieron 100 años de la última Guerra, últimamente se nota y se siente que los Vampiros nos están acechando y desconocemos la razón.

— Es decir que la Guerra está cercana nuevamente — Emite Emily con dudas.

— No lo sabemos, pero nuestro calendario de Luna Llena nos indica que el Ciclo de la Paz ha terminado, entrando en luna de sangre, luna Sangrienta, pero mientras no nos ataquen no sabremos exactamente las intenciones de los Vampiros — La loba le pasa la taza de chocolate caliente a Emily.

— ¿Cuántos años tiene el Alfa?— pregunta Emily, preocupada por una posible guerra.

— 99 años Lobunos, Eros no conoce de Guerras es un Lobezno prácticamente mientras que el Rey Vampiro tiene 2000 años, es siniestro y asesino sabe perfectamente como engatusar a sus víctimas, es un líder absoluto — El Tic tac del Reloj llamó la atención de Emily — es hora de irte tengo Patrulla.

— Gracias por el Chocolate — Emily se sintió confundida, pero no protesto no había pasado ni 15 minutos de su venida a esta cabaña y ya la estaban corriendo, la loba salió del Lugar y se dirigió a su cabaña.

Al momento de entrar se encontró con una imponente figura sentada en el pequeño sofá, de hecho le quedaba muy pequeño.

—¿Que estabas haciendo fuera de los Perímetros de mi territorio? — La voz de Alpha Eros se escuchaba muy profunda — Dame una respuesta que me haga cambiar de idea, de lo contrario te mato aquí mismo ¿que estabas haciendo fuera del Territorio? — Emily se sintió confundida estaba con la Loba que dice ser miembro de la manada y una de las más antiguas de hecho estaba en la cabaña de ella — por lo que veo no tienes explicación, fuiste a donde no debías ir.