Un Amor Forjado En El Fuego

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Kima Uxia, también llamada la rosa espinosa del ducado Uxia. Desde su nacimiento, lady Kima fue una niña amada, una niña de privilegio envuelta en sedas y arrullada por los susurros de la alta sociedad.

Es la segunda hija de los duques Rowan Uxia e Isabelle Aurea de Uxia, su cuna fue de oro macizo y su destino trazado con tinta de ambición. Los primeros años de la joven  fueron un ballet de tutores privados, lecciones de piano que resonaban en los salones ducales, clases de equitación en los vastos terrenos del ducado, clases de etiqueta, política, geografía, economía y un dominio impecable de varios idiomas extranjeros. Su mente, aguda y rápida, absorbía el conocimiento como una esponja, y su gracia natural la hacía destacar en cada baile y reunión.

 Sus abuelos, los antiguos marqueses Aurea la adoraban con una devoción casi ciega, colmándola de joyas, caprichos y alabanzas que rara vez eran contrarrestadas por la disciplina, aún así la niña era amable, respetuosa y correcta. Cada uno de sus logros, por pequeño que fuera, era celebrado como una hazaña digna de la realeza. 

Sin embargo, la actitud amable y respetuosa de la niña cambió  al cumplir sus quince primaveras,   cuando la delicada flor de Kima comenzó a mostrar sus espinas más afiladas. La adulación constante y la ausencia de límites por parte de sus abuelos  forjaron en ella una convicción inquebrantable de su propia superioridad. Su belleza, que florecía con una intensidad deslumbrante, se convirtió en otra arma en su arsenal.

 A los dieciocho, ya era una figura imponente: alta, esbelta, con una cabellera oscura que caía en cascadas brillantes y unos ojos azules que podían congelar o fascinar a voluntad. Muchos jóvenes nobles intentaban cortejarla pero eran rechazados, humillados e insultados por la jóven, entre ellos el joven Carwyn Nomdedeu,  segundo hijo de un marqués.

A sus veintidós años, Lady Kima es la encarnación de la elegancia y la crueldad sutil. Sus modales son impecables, su dicción perfecta, su conocimiento de la etiqueta, inigualable. Pero bajo esa fachada pulcra, reside un corazón frío y calculador. Su sonrisa, rara vez genuina, es más una herramienta para conseguir lo que desea. Su rasgo más prominente es su arrogancia, pues  cree firmemente que el mundo gira a su alrededor y que las reglas de la moralidad común no aplican para ella. 

Es una joven presumida hasta el tuétano, convencida de que no hay nadie en el reino que pueda igualar su linaje, su fortuna o su belleza. Su vanidad es un espejo constante, y el reflejo que ve en él es siempre el de una perfección inalcanzable para los demás. Es una déspota en su pequeño universo. Sus sirvientes tiemblan ante su mirada, y sus doncellas son despedidas por la menor imperfección. Sus órdenes son leyes, y su palabra, aunque a menudo caprichosa, es final. No conoce la empatía, y la idea de la compasión es tan ajena a ella como la pobreza.

Su pasatiempo favorito es la humillación de los inferiores. Ya sea un sastre que se atreve a sugerir un diseño diferente, o un campesino que cruza su camino en el pueblo, Kima encuentra un placer perverso en recordarles su lugar. Sus comentarios son punzantes, sus miradas despectivas, y su risa una burla helada que resuena en los corazones de aquellos a quienes desprecia.

Su objetivo principal en la vida es un matrimonio de estatus. No busca el amor, sino el poder, la influencia y la validación de su posición. Su mirada está puesta en príncipes, duques de reinos vecinos o en su defecto el heredero de una fortuna tan vasta que su nombre resuene en todas las cortes. Cada encuentro social es una oportunidad para evaluar a los candidatos, descartando sin piedad a aquellos que no cumplen sus estrictos y elevadísimos estándares. Para ella, el matrimonio es una transacción, un escalón más en la escalera hacia la cima del poder y la admiración.

KIMA: Arregla muy bien mi vestido, si se arruga serás azotada y tendrás que pagarlo._(ordenó a su doncella)

La chica nerviosa asintió y se dispuso a arreglar el vestido mientras que la joven leía algunas cartas de su grupo de amigas.

KIMA: (( Espero que ese banquete no sea tan insoportable y pueda encontrar a alguien de estatus))

Saliendo de sus pensamientos, la chica bajó al comedor dónde se reunió con sus padres y hermano.

ISABELLE: Mañana es el banquete del solsticio, espero que se sepan comportar y tu Kima haz el favor de mantener la compostura y no insultes a los jóvenes.

UXIA: Es la última advertencia que te damos, vuelves a cometer una falta de ese tipo y serás castigada severamente.

FILLY: Padres, en lugar de advertirle deberían castigarla, hace dos días volvió a insultar al joven Nomdedeu._(Comentó el hermano mayor)

ISABELLE: Kima Uxia, ya eres una mujer de 22 años, comportate como tal y deja esas tonterías de estatus social, el joven Nomdedeu es un buen chico.

KIMA: Madre, por favor, ese solo es el segundo hijo de un marqués, no tiene nada que me pueda beneficiar.

FILLY:  Tu arrogancia y prepotencia tampoco nos benefician y aquí estás.

UXIA: Kima, una falta más y saldrás del registro familiar. No seguiré tolerando tu mal comportamiento y si tus abuelos se entrometen también serán reprendidos y deberán asumir las consecuencias de sus actos. ¿Entendido?

KIMA: Entendido._(contestó de mala gana)

Luego de esto, la familia siguió su cena en silencio. Al terminar la joven se despidió de su familia y fue a su habitación para terminar de elegir los accesorios que usaría en el banquete.

KIMA: (( Esos perfumes ya huelen horrible, tendré que comprar otros))._(tirando los perfumes a la basura)

La chica siguió dando órdenes a sus doncella mientras revisaba los nombres y estatus de algunos invitados a la fiesta.

KIMA: (( Al parecer si irán nobles importantes…… ¿Un segundo príncipe?..... Es perfecto, si lo conquisto podría ser la segunda princesa de ese reino tan hermoso y ser una gran dama respetable en todos los reinos, tener riquezas y sirvientes a mi disposición))._(pensaba con emoción determinada)