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Capítulo 1
El bullicio de la ciudad en la noche era caótica, la vida para muchos empezaba al llegar el anochecer.
Algunas personas disfrutaban de la larga noche reunidos en clubes, bares, con la grata compañía de sus amigos o parejas; los desafortunados vagaban por las calles buscando sobrevivir un día más; y algunos trabajarían durante toda la noche para ganarse el sustento.
En medio del bullicio de la ciudad, un joven se encontraba en cuclillas apoyando su espalda sobre la pared mientras leía con interés un pequeño libro.
Tomaba un corto descanso de su trabajo en uno de los clubes más importantes de la ciudad, puesto en cuclillas fuera de la puerta trasera con la compañía de los botes de basura.
"Wow, haría lo que quiera con tanto dinero, compraría muchas cosas", expresó maravillado el joven mientras leía el libro.
"¿Cómo es que estos tipos tienen tanto dinero?", continuó expresando maravillado.
El libro en cuestión, era el escrito de una novela.
Cierto día mientras volvía de su trabajo por la mañana, una adolescente quien corría apresurada chocó contra él, pidiendo disculpas, la adolescente volvió a correr con prisa, pues se veía apurada.
En el choque, la adolescente había dejado caer un libro de su mochila, así que él tomó el libro y corrió detrás de la muchacha para devolvérselo, pero ella ya había desaparecido entre la multitud que caminaba ajetreada dirigiéndose a sus respectivos trabajos.
Pensó en que hacer porque tal vez la adolescente necesitaría el libro para continuar sus estudios, se encontraba cansado, ya que recién había salido del trabajo y solo quería volver para descansar.
Ojeo el libro para ver si tenía escrito el nombre de la muchacha y así poder devolvérselo, más no hubo nada.
No tomó mucho interés a lo que tenía escrito, puesto que no había terminado la secundaria y no entendería los temas de los que trataba el libro.
Pero su interés se mostró cuando vio escrita la palabra dinero y propiedades, con curiosidad, leyó una parte del libro en medio de la calle.
"¿Alfa?", pronunció con confusión.
Había varias palabras desconocidas para él, pero le gustó que este ser llamado alfa parecía tener mucho dinero.
No leía con frecuencia, pero era fácil deducir que el libro trataba sobre una novela ligera.
El título en la portada no podía verse, ya que estaba muy bien cubierta, tal vez la muchacha lo leía entre clases y lo cubrió para no ser notada, pensó.
Cerró el libro y volvió al edificio en donde alquilaba una pequeña habitación para continuar leyendo la novela.
Aun con cansancio, el joven leía cada página con interés.
Parecía ser una historia de fantasía con seres extraños, alfas, omegas y betas, no tomó mucho interés a este asunto y solo se enfocó en todo el dinero, riquezas, propiedades, que tenía aquel ser llamado alfa, un hombre adinerado.
La trama trataba sobre una pareja casada que al parecer tuvieron un matrimonio arreglado, una pareja sin amor, y al parecer aquel alfa tenía un amante a quien consentía con todo tipo de obsequios, existen parejas así en todo el mundo, pensó el joven.
No le molestó el hecho de que la novela tratara de una pareja casada entre hombres, ya había visto muchas cosas hasta este punto de su vida, así que no era una sorpresa.
Leyó una y otra vez las partes que detallaban los obsequios dados por el alfa a su amante, obsequios tan costosos y fuera de su imaginación.
Incluso aquel alfa le había entregado una tarjeta de crédito ilimitada a su amante para que lo usara como quisiera.
Eran esas partes de la novela lo que le gustaba leer, el cómo aquel amante compraba lo que quisiera y los regalos que le daba aquel alfa, no podía evitar imaginar que es lo que haría él mismo con tanto dinero.
De esa manera, leía el libro en sus tiempos libres del trabajo y cuando volvía a su habitación después de la larga jornada.
Ahora iba a la mitad de la historia, sentado en cuclillas fuera de la puerta trasera del edificio en el que trabajaba, solo le quedaban unos minutos para terminar su descanso, así que se apresuró a terminar el capítulo que estaba leyendo.
En esta parte se mencionaba al esposo omega de aquel alfa, un hombre simple quien no gastaba una sola moneda del dinero de su esposo quien le había dado una tarjeta de crédito igualmente.
"Que tonto, debería aprovechar a comprar lo que quisiera", opinó el joven con molestia.
"Yo lo haría", añadió.
Mientras leía, llegó a una parte interesante en donde se hablaba del divorcio de la pareja, quedó asombrado por la gran cantidad de dinero que recibiría el esposo omega tras el divorcio.
"Wow, viviría tranquilo el resto de mi vida con todo ese dinero"
Llegado el final de su descanso, el joven guardó el libro dentro de su mochila para continuar leyéndolo en cuanto volviera a su habitación.
Los sucesos inesperados suelen ocurrir de repente.
Justo antes de entrar por la puerta, se oyó un gran alboroto proveniente de lo profundo del callejón.
El joven se acercó un poco para ver lo que sucedía, pleitos como estos siempre traía problemas al club en donde trabajaba.
Se acercó con cautela dispuesto a pedir ayuda a sus compañeros de trabajo si el pleito se agravaba, la confrontación no parecía ser grave, pero se detuvo al notar que uno de sus compañeros era quien era atacado por tres hombres.
Tenía la intención de ayudar, solo que en el momento en que su compañero notó su presencia, gritó con fuerza mientras lo señalaba.
"¡Es él!, ¡él tiene el dinero!", gritó llamando la atención de los tres hombres.
Los atacantes voltearon a verlo y uno de ellos caminó rápidamente hacia él para agarrarlo antes de que el joven pudiera reaccionar.
"Dice que tú tienes nuestro dinero, sé cooperativo y danos el dinero sin dar problemas", mencionó el hombre.
"No sé de qué hablas, no tengo tu dinero", contestó el joven.
El hombre se frotó la cara con frustración, agarró al joven con fuerza y lo arrojó sobre el piso propiciándole una fuerte patada en el estómago.
"Será mejor que me des mi dinero, no soy alguien muy paciente", recalcó el hombre de aspecto desagradable.
El joven sostuvo su estómago con dolor, aquella patada lo había dejado sin aliento.
"Hermano, revisa su mochila", dijo otro de los hombres.
La mochila fue vaciada con brusquedad, un viejo teléfono celular, unas cuantas monedas, una desgastada chaqueta, y un pequeño libro, era todo lo que cayó de la mochila.
"¡Aquí no hay nada, solo basura!", gritó el hombre con furia.
"Escúchenme bien, si ninguno de ustedes me da mi dinero ahora, acabaré con ambos", amenazó el hombre quien le había dado una patada.
Su compañero quien también estaba sobre el piso volvió a señalarlo con la mano temblorosa.
"Él... él tiene el dinero", dijo con descaro.
El joven solo lo miró con desconcierto, no lo conocía muy bien, pero quería ayudarlo y se vio envuelto en esta situación siendo acusado por su compañero.
Ya más enojado, el hombre agarró al joven por el cabello haciendo que se pusiera de pie.
"¿Dónde está mi dinero?", preguntó con impaciencia.
"No lo sé, yo no sé nada", respondió el joven.
"Ja, estoy perdiendo la paciencia", resopló el hombre.
Esta situación empeoraría si no hacía nada, a lo lejos se podía oír las voces de las personas quienes caminaban cerca, tomando valor, el joven empezó a gritar con todas sus fuerzas pidiendo ayuda, una acción que provocó que fuera golpeado por los hombres.
En medio de los golpes, se pudo oír los pasos de varias personas acercándose, el joven pensó que todo terminaría, no le importaron los dolores por los golpes, estaba aliviado, pero su alivio duró poco cuando sintió un objeto afilado ingresar a su estómago.
Los hombres huyeron del lugar antes de ser vistos dejando al joven herido sobre el piso.
Su compañero quien lo había inculpado, se puso de pie y salió corriendo sin siquiera mirarlo.
Con una sonrisa en sus labios, el joven se sintió patético por haber intentado ayudar a aquel quien lo traicionó y abandono.
La herida en su estómago dolía demasiado, posó su mano sobre ella solo para sentir salir el líquido espeso sin detenerse.
"Supongo que todo termina así", se dijo a sí mismo.
Su cuerpo ya estaba débil, no tenía más fuerzas para mantener los ojos abiertos, estaba cansado, solo quería dormir.
Cerró los ojos para descansar, esta vida había sido demasiado difícil para él, y estaba bien terminar de esta manera.
Lo último que pudo oír fueron los gritos de varias personas y cayó en un profundo sueño.
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Una cómoda cama, suaves y cálidas cobijas, el joven omega que ya hacía acostado sobre la cama estiró todo su cuerpo cómodamente.
Frotó sus ojos antes de despertar, levantó las cobijas, salió de la cama y caminó hacia la gran ventana para abrir las cortinas y permitir que los rayos del sol entraran a la habitación.
La vista afuera era hermosa, un gran jardín repleto de plantas y rosas.
"Es hermoso", dijo el joven con una sonrisa.
Caminó por la habitación observando cada detalle en ella, una gran habitación con una amplia cama en medio; un closet lo suficientemente grande como para que tres personas durmieran dentro, pero que se encontraba vacía sin muchas prendas de vestir.
"¿Es esta la vida después de la muerte?", se preguntó.
Lo último que recordaba era estar acostado sobre aquel frío piso mientras se desangraba.
Si este era el paraíso, entonces viviría bien.
Se colocó las pantuflas y salió de la habitación, la casa era enorme igualmente, bajó por las escaleras dispuesto a salir al jardín, pero se detuvo al ver el marco de foto que estaba sobre una repisa.
La fotografía de una pareja casada, dos hombres, ambos sin expresión alguna en un evento tan importante.
Dejó el marco sin importancia, levantó la vista y se encontró con su propio reflejo en el espejo, un rostro un tanto diferente, tampoco le dio importancia; pero lo que le sorprendió fue que ese rostro era el mismo que del hombre en la fotografía.
"¿Eh?, ¿cuándo me case?", se cuestionó.
Pensó en los últimos acontecimientos de su vida, en ningún momento firmó un papel desconocido que lo llevara a un matrimonio, a menos que haya estado inconsciente.
"¿Señor?", llamó una voz desconocida.
El joven volteó a ver a la mujer que sostenía una bandeja repleta de medicamentos junto con un vaso de agua.
"Debe tomar sus remedios", dijo la mujer.
El joven se acercó a tomar uno de los frascos de medicamentos y leyó lo que tenía escrito.
Medicamento especial para omegas.
"¿Omega?"