1ra parte de "Solo soy un detective"
Alexis Mefhisto, nombrado como el mayor criminal del planeta se encuentra en los últimos instantes de su existencia. Rodeado de la fuerza del país y parado en la alcoba de un gran edificio, su final está más que claro. Sin algún lugar a donde escapar, decide acabar su historia de la mejor manera y, a la vista de todo mundo, salta del gran edificio abrazando el vacío. Pero, para su suerte, algo raro pasa: ¡No muere, sino que es transportado a otro mundo!
En un lugar dónde él nunca existió ¿Qué podría hacer el que alguna vez fue el maestro del crimen?
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Prólogo - La caída del criminal.
"La vida solo es una, por lo que hay que aprovecharla y hacer todo lo que tengamos a nuestro alcance, antes que el destino termine con ella" Eso es lo que dijo alguna vez una persona sabia, según él, la vida es tan frágil como impredecible. Un buen día estarías saliendo de tu casa para dirigirte a tu escuela o trabajo, y al siguiente estás de camino hacia el crematorio ya que ayer un camión te pasó por encima. Puede que haya otra vida después de la muerte, pero nunca sabremos eso hasta que estemos en nuestra recta final, cuando estemos a punto de pasar a mejor vida, a un paso de desaparecer de este mundo, y tristemente, no se podrá saber la respuesta ya que no hay vuelta atrás.
Charcos y pavimento, una combinación abundante en los ambientes urbanos cuando la lluvia se postra sobre estos lugares, y más en el barrio de Ikebukuro, dónde miles de personas caminan sacudiendo el exceso de agua en sus sombrillas, o incluso exprimiendo sus mojadas prendas; junto la brillante luna y las luces de los locales, se encuentra un paisaje ajetreado, pero aún así, tranquilo.
La noche transcurre con normalidad, y los charcos reflejan en la calle el paso de los vehículos. En el último piso de un rascacielos ubicado cerca del centro del barrio, un hombre mira por la gran ventana contemplando el paisaje, y a la vez, alguien desde otro edificio cercano lo observa.
—Lo tenemos, está en el Grill Tower —dijo el hombre mientras seguía observando.
Una persona del otro lado de la radio asiente y toma un teléfono, llama a un número, el cual tiene registrado como "Gran Agente"
—Todo tuyo Agente, no dejes que escape.
La persona del otro lado no dice nada y cuelga. En cuestión de segundos, las tranquilas calles se convierten en un patio de carreras para los coches de policía, que junto a grandes furgonetas con una cantidad absurda de personas armadas rodean por completo el rascacielos. Sobre los edificios cercanos se postran docenas de francotiradores, vigilando cada movimiento en cada ventana y por supuesto, en aquel hombre.
Un hombre de cabello azul, ojos violetas, camisa blanca con corbata y unos tirantes que se recargan sobre sus hombros y se abrochan a su pantalón baja de una patrulla y se acerca a la puerta principal del rascacielos, mira el edificio de principio a fin con seriedad, fijando al final su mirada en la ventana donde se encuentra el objetivo de la misión.
—Acabemos con esto, demonio.
El Agente mira a un oficial dándole una orden con tan solo mover su cabeza. Inmediatamente, hombres totalmente armados bajan de las furgonetas y rápidamente se postran detrás del principal encargado de la operación. Sin más, todos entran apuntando y asegurando el lugar. Para su sorpresa, el primer piso estaba vacío.
—Señor, el primer piso está despejado —dijo un oficial.
El Agente a cargo asiente y con su mano apunta hacia arriba indicando a dónde ir, rápidamente todos se mueven y suben las escaleras. Al llegar al segundo piso, se encuentran con otro lugar totalmente vacío.
—Este piso también está vacío, señor.
El Agente se detiene a pensar el significado que podría tener esto.
«Otro piso vacío, ¿Qué retorcida estrategia tienes en mente ahora? Maldito criminal»
—Señor, el escuadrón 4 aseguró el sótano, sin presencia de personal y tampoco bombas ocultas.
Entre el silencio del lugar, los altavoces de todo el edificio se encienden, poniendo a todos los presentes alerta. Segundos después, una voz resuena en todo el lugar.
—¡Muy buenas noches, invitados armados! En este momento se estarán preguntando porque no hay ni una alma en los primeros pisos. Bueno, la respuesta es muy simple, y es porque este lugar está abandonado, no hay nadie más que ustedes y yo. Por lo que entenderán lo que significa, no pierdan el tiempo y vengan a por mi. No sé preocupen, los ascensores no tienen bombas, así que usenlos sin problema. Los esperaré con las puertas abiertas, y sobretodo a ti, Agente.
Los altavoces se apagan y todo vuelve al silencio, el Agente chista la lengua y mira el ascensor. Con una voz firme y clara, le ordena a su hombres:
—¡4 Hombres conmigo, los demás agrúpense afuera, busquen alrededor alguna salida oculta que pueda usar ese maldito!
Inmediatamente todos los hombres a excepción de 4 salen y empiezan a buscar por las afueras. Los que quedaron dentro caminaron al ascensor y, aunque con desconfianza, subieron y pulsaron el último botón, donde se encontraría aquel hombre.
En la base de operaciones, ubicada muy lejos de la zona de la misión, un recluta mira por las cámaras de la ciudad como casi todas las fuerzas policiales del lugar se ubican en un solo lugar. Se pregunta porqué se necesita tanto para esta operación en especial, el líder nota de reojo su curiosidad.
—Te veo confundido, recluta, ¿Qué es lo que no entiendes? —preguntó el comandante con total serenidad.
—No es nada comandante... Es solo que me pregunto porqué se necesita tanto personal para esta operación —respondió el recluta.
—Si mal no recuerdo, acabas de entrar este día... ¿Cuál es tu nombre?
El principiante se pone firme y se presenta.
—¡Soy el agente Jonny Higins, del escuadrón 9!
—Ya veo, eres el aspirante a capitán del escuadrón 12 ¿verdad?
—Así es señor, sin embargo... Me ordenaron que me quedara aquí ya que es mi primer día y la operación se podría tornar peligrosa para un recién ingresado...
—Entiendo, fue la decisión correcta, tienes suerte.
—¿Porqué comandante? ¿Es tan peligroso lo que hay en ese rascacielos?
—Por supuesto, al fin y al cabo, estamos hablando del mayor criminal que ha existido.
—¿Mayor criminal? Entonces... Se refiere a...
—Si, aquel que es dueño del bajo mundo, y que ha destrozado la estructura de incontables naciones en muy poco tiempo. Empezó como un delincuente más hace 12 años, un pequeño grupo criminal, pero un año después empezó a poner el mundo de cabeza poco a poco, llegando a lo que es ahora. Actualmente, no hay ningún comercio clandestino que no esté en su poder.
El elevador llega a su destino y todos bajan rápidamente de el, justo en frente suyo se encuentra una gran puerta, del otro lado, está aquel que cazaban.
—El mayor criminal que ha existido...
El Agente abre la puerta de una patada y se encuentra con el hombre, mirando a través de la prominente pared de cristal detrás del escritorio de la sala. Los demás oficiales se ubican alrededor del individuo, apuntando sus armas a sus puntos vitales. Aún con todo eso, este les sigue dando la espalda, mostrando total tranquilidad.
—Despues de tanto tiempo, ha llegado tu fin, Alexis Mefhisto —dijo el Agente.
El hombre se da la vuelta y mira a todos aquellos que estaban en su despacho con una sonrisa, característica de él.
—¡Hola Seigi~! Cuánto tiempo sin verte, ¿Linda noche no?, ¿Cómo te encuentras?, ¿Ya conseguiste tu titulo de mejor agente? ¿O es que Satou te arrebato el título? —exclamó el criminal con un tono burlesco.
—Tan irritante como siempre, maldito payaso. Si Satou se hubiera quedado con el título, no estaría yo aquí. Las órdenes son claras: mandar al mejor agente para la captura del mayor criminal. No te resistas y solo acepta tu destino.
—Vaya ¡Felicidades! No esperaba menos de Seigi Masamune, el novato de 17 años que en su primera misión tuvo la capacidad de casi estropear uno de mis planes, y que desde ese tiempo estuvo decidido en hacerme la vida imposible en cada lugar que estaba. En esos fabulosos 3 años que llevaba haciendo lo que tenía en mente sin ninguna oposición, tú fuiste el primero que me hizo pensar un poco más para dejarte atrás. Aaahh que recuerdos, ¿Hace cuánto de eso? ¿9 años? Hombre, el tiempo pasa volando en verdad.
—Estás hablando mucho, ¿Intentas ganar tiempo, maldito?
—¿Ganar tiempo? Para nada, solo me puse a recordar el pasado, y acabo de recordar cuando crearon un nuevo rango solo para mí. Hace mucho que no escucho ese apodo... "Criminal Z" ¿Hace cuánto que me llaman así? ¿4 años, 5?
—¿A qué quieres llegar con todo esto?
—A nada hombre, solo estoy repasando mi información. Humm... Según recuerdo, poco antes de mi llegada a este pequeño mundo se empezó a usar un nuevo sistema de juicio, aprobado y utilizado en todas la partes de mundo: categorizar a los criminales por letras partiendo desde la C, siendo el rango más bajo, dado solo a robos y delitos de aficionados; siguiéndole el rango B, para crímenes de mayor escala, como asaltos más organizados y esas cosas; después el rango A, en está categoría ya estaban los desgraciados, tu sabes, terroristas, narcotraficantes, ese tipo de alimañas; luego el rango S, el segundo más alto en el sistema, dónde están los lunáticos anarquistas que podía destruir una nación, y creo que aquí ya no tenían permitido vivir, por ser tan desgraciados supongo; y por último el rango Z, en este rango solo estoy yo, que he puesto todo el mundo de cabeza, dios, diciéndolo así sueno increíble.
A la escena, encima del rascacielos se podía ver la llegada de algunos helicópteros, unos de la prensa, y otros seguramente con personal militar.
—Tal parece que los medios de comunicación ya llegaron para llevar el chisme a todo el mundo, aunque la verdad ya se estaban tardando, pero bueno, ¿Ni siquiera me darán derecho a un abogado? quiero ver si puedo bajar aunque sea un poco la condena que me darán.
—Haz cometido tantos crímenes que ni la pena perpetua bastaría para pagarlos. Una vez fuera serás llevado directamente a la silla eléctrica, aunque también tengo todo el derecho de rellenarte de plomo si tratas de huir, así que no ofrezcas resistencia y levanta las manos.
—Es una decisión bastante severa, aunque la verdad no me sorprende, al fin y al cabo, soy el mayor criminal que ha existido, no hay manera en la consideren dejarme vivo, pero no te preocupes, no pienso oponer resistencia, aún si lo hiciera, no podría huir muy lejos, estoy rodeado de helicópteros y vehículos de policía, ya no tengo adónde ir.
—Te veo bastante tranquilo sabiendo que son tus últimos momentos, y no solo ahora, sino desde hace dos años, aunque estuvimos destruyendo todos tus negocios, no hiciste absolutamente nada.
—Ahh cierto, mis negocios... Empezaron a desmantelar cada base ilegal que tenía por todo el mundo hace dos años, siendo sincero, me aburrí de estar como loco por todo el mundo, y encontré un mejor entretenimiento sin la necesidad de salir de casa. Los últimos dos años solo me la pasé viendo anime y leyendo manga, por supuesto, en páginas ilegales. ¡Jamás pensé que las series animadas fueran tan entretenidas y divertidas!, de hecho, ¡Te recomiendo un anime muy bueno! Trata de un adolescente que tiene la habilidad de anular cualquier acontecimiento paranormal con su mano derecha, la habilidad creo que se llama imagine break...
—Aún en tus últimos momentos, no dejas de decir estupideces, tu cinismo nunca dejó de sorprenderme, Alexis Mefhisto.
—¡Pero si no es broma!, en serio la recomiendo, está bastante entretenida. Bueno, aunque ahora que lo pienso a ti te quedaría mejor una série que haga que tú nivel de glucosa aumente ya que veo que no has recibido mucho amor en tu vida, Jeje...
—Mi vida amorosa está completamente bien, espera, ¡¿Que demonios te interesa?! ¡Ahhh!... bueno... Aunque debo decir que me alegra oír que los últimos dos años te portaste relativamente bien, te fuiste alejando de ese mundo oscuro y cruel, espero y estés arrepentido y que en tu otra vida vayas por el buen camino, y si allí nos volvemos a ver, desearía que seamos ami...
—De eso nunca, ni loco, ni en mis peores pesadillas —exclamó el criminal inmediatamente con un rostro de asco.
—Aún si hubiera otra vida después de esta, nunca sería tu amigo. Me desagradas, esa cara de "bueno desde nacimiento" que tienes nunca me da náuseas, sé de ti desde hace 9 años, y desde entonces no me agradas en lo absoluto.
—Eres un maldito... Trato de guiarte por el buen camino... ¿¡Y tú lo que haces es decirme que me odias!?
—No es que te odie, bueno, no tanto... Tu forma súper idealista de ver este mundo tan podrido choca con mi manera de ver la vida, lo digo en serio ¿Nunca deseaste matar a tu vecino por ser una patada en las bo....
El Agente levanta su arma y apunta directo al corazón del criminal.
—¡Ya basta de palabrería! Alexis Mefhisto, el único criminal Z, quedas sentenciado a muerte, camina lentamente hacia mi con las manos arriba.
—¡Espera un momento!, ¿Acaso crees que me dejaré entregar sabiendo que me van a fundir el cerebro en una silla? No no, eso ni loco.
—¡Dijiste hace unos momentos que no pondrías resistencia! ¡No me saques de quicio y ven hacia acá ahora!
—Fui el mayor criminal que haya existido en la historia, me niego acabar simplemente en una silla sin que nadie recuerde mi muerte. Hmm... ¡Ahhh! ¡Ya se que puedo hacer!
Alex sale hacia la alcoba de la habitación y contempla una vez más el paisaje mientras disfruta de la brisa nocturna del exterior. Apenas pone un pie fuera, las luces de los helicópteros lo iluminan. Tranquilamente, el hombre se acerca a la orilla, se sube y empieza a caminar por el borde de la alcoba. El Agente inmediatamente sale tras él.
—¿¡Que crees que haces!? ¡Baja de alli y ven aquí!
—Sabes, aproveché a lo máximo está maravillosa vida que me tocó, seguir el camino del crimen fué lo mejor que haya hecho —mira hacia arriba y observa todas las luces que lo iluminaban —a mi manera... Cambié el mundo. Pero todo lo bueno tiene que terminar algún día, y quiero que mi fin sea aquí mismo, y no en una maldita prisión de quinta.
—¡Deja de hablar, no me obligues a dispararte y acabar contigo!
—Jaja... Sé muy bien que no puedes hacer eso.
—¿Quieres comprobarlo? Responde el Agente, apuntando con firmeza su arma hacia el criminal.
—Estoy seguro que ninguna bala saldrá de tu pistola, por qué simplemente no puedes matarme. Para tí, la ley es la que juzga, aún con un bastardo como yo, prefieres no mancharte las manos. La verdad es que nunca entenderé ese ciego respeto en la justicia, aún al borde de la muerte, no juzgarás... Enserio, no te entiendo para nada.
—Esas tontas palabras no harán que te deje ir, más vale que vengas ahora sí no quieres que uno de nuestros francotiradores acabe contigo.
—Lo sé, pero mi intención no es bajar mi condena, además, no sé en qué manera puede disminuir una condena de muerte, supongo que me darán con menos voltios o algo así, aunque prefiero un disparo que una maldita silla.
Mientras camina por el borde de la alcoba, uno de los francotiradores dispara hacia un costado de Alex, era un disparo de advertencia, el siguiente tiro iría directamente hacia él.
—Vaya que se están esmerando en agarrarme con vida, pero como dije, no me voy a entregar. Es mejor que esto acabe ahora mismo.
El auricular táctico del Agente se enciende y recibe un mensaje del personal de abajo.
—Señor, de esa altura no hay manera en que sobreviva aún si ponemos un colchón debajo.
El Agente hace una mueca de frustración, Alex se detiene y echa un vistazo a la calle que se encontraba debajo de él. La altura era tan alta que los vehículos de policía se veían como pequeños puntos en la calle. Detrás suyo, el Agente le apunta firme, directo al corazón.
—Está es la última advertencia, baja de allí o sino tendremos que acabar contigo.
—Hablas demasiado, Seigi.
—¡Hablo en serio, baja o te mato aquí mismo!
Los dos hombres se miran fijamente con total seriedad, los ojos del agente mostraban total seguridad, si el criminal no bajaba de allí, acabaría con él en ese mismo instante. Después de unos segundos, Alex suspira.
—Aahh... Tal parece que aquí termina mi legado, fue una vida estupenda, en verdad. Antes de morir procederé a decir mis últimas palabras.
En ese momento, Alex procede a sacar un control remoto del bolso de su chaqueta, era el control de los altavoces del edificio, todas se encendieron para emitir las últimas palabras del criminal. Todos los helicópteros ponen total atención a lo que está pasando.
—Quiero que el mundo escuche mi último aliento fuerte y claro...
El criminal respira profundo y llena sus pulmones con aire fresco.
—¡JODETE, SEIGI MASAMUNE!
—¡Maldito desgraciado!
El criminal se deja caer al vacío, el Agente trata de alcanzarlo, pero no pudo lograrlo.
Alex empieza a caer, con total tranquilidad. Mientras caía, el hombre reflexiona.
«Ah, que bien me sienta la brisa nocturna del aire, espero ser recordado como la peor mancha del mundo. De no ser así... Este ciclo de mierda jamás terminará»
Alex tenía el suelo a pocos metros de su cara, ya podía sentir el pavimento en su rostro, pero eso nunca pasó, el nunca alcanzó a tocar el suelo, para rematar y como si de un chiste se tratase, ya era de día, y seguía con vida.
—... ¿Eh? ¿Ya es de día? Más importante que eso ¿¡Estoy vivo...!?
Fin del prólogo.
Espero la segunda parte💗
Vivió una vida horrible... y a pesar de eso... decidió quedarse por y para sus hijos...
Me acabo de dar cuenta de algo
¡¿Ella no se llama igual que-?!
¡¡No me digas esooo!!
Es horrible la cruedad de ese hombre para agredir a su familia de esa manera... y sin remordimiento alguno...