Amar Entre Dos Mundos. 1

Katy es una joven de veinticinco años, una joven maestra de nivel inicial que ama a los niños, su forma de ser es tan agradable y dulce que sus alumnos la adoran. Físicamente tiene una apariencia única. Es alta, su cabello es oscuro como la noche, pero sus ojos violetas son sin lugar a duda algo excepcional que cautivan a todo el mundo; posee un cuerpo que parece esculpido por los mismos dioses, pero su forma de vestir es sencilla y nada reveladora. Ella intenta por todos los medios ocultar sus bellos atributos, ya que está de novia con Bruno; un hombre posesivo y muy celoso, que no desea que otros hombres admiren su belleza. Ella tiene un aura tan peculiar, es hermosa, dulce y su sonrisa es tan sensual por naturaleza, que muchas veces le propusieron hacer campaña publicitaria o alguna foto de catálogo, pero ella rechaza cada una de las ofertas para evitar discutir con su novio. Katy no tiene nada que envidiar a las modelos top de las revistas y lo sabe, aunque a veces le gustaría por un tiempo cambiar su trabajo, usar ropa elegante, maquillaje, conocer el mundo y sobre todo tener dinero para costear su boda, ya que trabaja todo el día para ahorrar cada centavo y nunca es suficiente.

Ellos se conocieron cuando ambos eran un par de adolescentes. Katy ayudaba a su madre a atender una tienda familiar que se ubicaba a unas cuadras del colegio y él pasaba todos los días a comprar golosinas, solo con la intención de cruzar unas palabras con la muchacha tímida que permanecía detrás del mostrador. Desde ese momento la atracción que ambos jóvenes sentían era inevitable y con el tiempo se volvió en un amor de ensueño. Katy recuerda con nostalgia esos días donde sus mejillas se sonrojaban cuando Bruno rozaba su mano para recibir el cambio o le decía algún piropo cerca del oído.

⎯ Preciosa, dime como haces para no derretir los chocolates con tu presencia. A mi ya me has derretido el corazón desde que te conocí.

⎯ ¿No sé de qué habla?

⎯ Sabes que me gustas.⎯ le susurra en el oído.⎯ Acepta salir conmigo, solo una vez.

⎯ No puedo, no lo conozco.

⎯ Eso lo podemos solucionar.⎯ él extiende su mano y ella la toma tímidamente sintiendo su cuerpo temblar.⎯ Mi nombre es Bruno, tengo diecisiete años y estoy en el último año escolar.

⎯ Mi nombre es Katarina, pero todos me dicen Katy y tengo dieciséis años.

⎯ Muy bien Katy, ya nos conocemos. Ahora ¿aceptas salir conmigo?

⎯ De acuerdo.

⎯ Muy bien, nos vemos esta tarde, en la esquina del colegio. No faltes.

Y así… Todo comenzó, se encontraban en la tienda, en la plaza e iban al cine todos los viernes a ver la película de estreno e incluso él fue su acompañante en el baile de graduación y hacían todo junto sin dejar de divertirse y quererse en todo momento. Todo marchaba bien hasta que al entrar a la universidad a ella la comenzaron a cortejar varios jóvenes y Bruno se volvió inseguro y decidieron formalizar su relación, entonces se comprometieron, pero ya de eso pasaron varios años y aún no se han casado.

Actualmente, Bruno está desempleado, su profesión es la de fotógrafo profesional para eventos, cumpleaños, bautizos y bodas, pero hace mucho que no ejerce; ya que se dio cuenta que es aburrido y la paga no es buena. Katy cree que es por culpa de su carácter y ambición que perdió su antiguo puesto en una compañía de organización de eventos. Él desea convertirse en alguien importante sin hacer el mínimo esfuerzo y por tal motivo su jefe no aguantaba más su falta de profesionalismo y lo despidió. Al principio Katy entendía su falta de interés en hacer siempre lo mismo y que la paga sea tan baja, pero al menos tenía como solventar sus gastos, pero ahora Bruno pasa todo el día frente a la computadora buscando “el empleo ideal” pero que al parecer nunca llega. Katy no quiere discutir más con él y solo espera que pronto encuentre algo que hacer, así vuelve a ser el hombre amoroso que la conquistó.

Katy está tan enamorada que lo apoya al ciento por ciento, pero el amor no es suficiente para pagar las cuentas y los gustos de su amado son bastantes costosos.

Ella con su sueldo alquila un pequeño departamento en una zona costosa y exclusiva, para que él se sienta cómodo, ya que se mudaron juntos hace un par de meses, más precisamente desde que el perdió todo, por no poder pagar las cuentas que se fueron acumulando y no quiso perder su estatus social. Los amigos y colegas se burlan de Bruno, todos saben que es un mediocre que solo juega a ser un hombre adinerado que se aprovecha de su novia pero Katy no le da importancia a los rumores.

⎯ Amor no le hagas caso a esos tontos, tú no eres un mediocre y yo te amo.

⎯ Lo sé, pero los escuche hablar mientras fui al baño y ellos se burlan de mí.

⎯ Entonces quiere decir que no son tus verdaderos amigos.

⎯ Katy ¿Cómo puedes decir eso?⎯ recrimina Bruno enojado.⎯ Ellos son los únicos amigos que tengo.

⎯ Lo siento.⎯ ella intenta abrazarlo.

⎯ No.⎯ él se aleja y la rechaza.-⎯ Mejor iré a caminar un rato. Necesito estar solo.

⎯ Amor, no te enojes. Lo dije sin pensar.

⎯ Ese es tu problema, nunca piensas.

Bruno salió del pequeño departamento dejando a su novia sentada en el sofá sin entender por que él actuaba tan raro últimamente, sabía que estaba bajo mucho estrés por no tener empleo, pero no era motivo para ser tan frío y distante con ella. Al otro día Katy se despertó temprano, Bruno no estaba en la cama y la nostalgia de la discusión de la noche anterior se hizo presente, de mala gana se alistó para ir a trabajar y al salir de la habitación y él estaba en el comedor frente a la computadora con dos tazas humeantes de café  y un par de galletitas en la mesa, ella lo vio por un momento y en su rostro se dibujó una sonrisa, él estaba con un brillo especial en sus ojos y cuando la vio se levantó del asiento y la besó como nunca antes.

⎯ Perdón amor, anoche fui un idiota, tienes razón solo tú eres mi verdadera amiga.

⎯ No tengo nada que perdonarte.

⎯ Te amo pequeña.

⎯ Yo también te amo.

Él la vuelve a besar y al separarse le indica que tome asiento.

⎯ Ven te prepare el desayuno.

⎯ Gracias.

Luego de desayunar Katy se dirigió a la parada de autobuses y tomó el micro, su rutina comenzaba como todos los días y se sentía feliz de haber hecho las paces con Bruno.