terminada
Bella es hermosa.
Bella es inteligente.
Bella es sexy.
Bella es deseada.
Bella es amada.
Bella solo tiene que creerlo.
Derechos de autor reservado
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Capítulo # 1
Una chica se encontraba sentada detrás de un escritorio mientras tecleaba en el computador, terminando los últimos detalles de la propuesta que tenía para ofrecerle a sus próximos clientes. De pronto la puerta de la oficina se abrió y por ella se asomo una chica castaña.
- ¿Jefa, necesitas algo más? ya me voy. - hablo la chica, la mujer detrás del escritorio levanto la mirada.
- ¿Ya te vas? ¿Qué hora es? - cuestionó y miro su reloj. - ¡Dios es tardísimo! - exclamó. - Se supone que debo pasar por el regalo de Lincon y de ahí ir a su apartamento. - dijo y procedió a guardar el documento y apagar la computadora.
- Ay jefa cuando te concentras en el trabajo te olvida de todo. - comento la chica.
- Sí, pero para eso te tengo a ti, mi fiel y leal escudera. - comento sonriente mientras tomaba su abrigo. - Vamos.
Las dos mujeres salieron de su oficina y caminaron hacía las escaleras, mientras lo hacían, se despidian del resto de los trabajadores.
- ¿Y usted y su novio están de aniversario? - cuestionó la secretaria.
- No, él está cumpliendo años. - explicó la mujer. - Afortunadamente tuve tiempo de ir a la peluquería y arreglarme un poco este cabello. - dijo tocándose un mechon de cabello rojizo.
- Ah ya. - dijo la secretaria mientras llegaban al estacionamiento. - Bueno jefa nos vemos mañana, suerte en su cita.
- Gracias Natalia, que tengas buenas noches, ya sabes mañana temprano.
- Así es, ya verá esas personas firmaran con nosotros. - dijo la chica entrando a su auto.
La pelirroja se adentra de igual manera al suyo, se colocó el cinturón de seguridad y arrancó el auto, minutos después se estaciono fuera de una tienda de ropa y entro a ella.
- Buenas tardes, hice un pedido por su página de internet ayer, me informaron que estaría listo para estás horas. - le hablo a la dependienta.
- Buenas, ¿ A nombre de quién está el pedido? - pregunto la dependienta.
- Bella Anderson.
- Muy bien. - la mujer tecleo en el computador y sonrió. - Su pedido está listo. - comento. - Espere un momento ya se lo traigo. - la chica dió la vuelta y desapareció detrás de una pared,
minutos después salió con una bolsa en mano y se la entrego a Bella.
- La factura está adentro, fue un gusto atenderla, esperemos que vuelva pronto. - se despidió la mujer.
- Gracias.
Bella salió del lugar y se dirigió nuevamente a su auto, esperaba que a Lincon le gustará su regalo.
...............
Bella levanto la mano para tocar la puerta, pero se acordó de que su novio siempre dejaba las llaves bajo el tapete que estaba a sus pies, dió un paso atrás y levanto un poco el objeto y sí, hay estaba la llave, sonrió y la tomo, luego abrió la puerta, camino unos pasos y entonces escucho unos ruidos que hicieron que la sonrisa se borrará de su rostro, aquellos ruidos eran gemidos y suspiros.
¡No, esto no puede ser! se dijo. Debo de estar imaginando cosas.
La chica siguió caminando, dispuesta a comprobar lo que se imaginaba, lo hizo en silencio, con su corazón martillado en el pecho, las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos y tuvo que esforzarse para no dejarlas salir.
Ni siquiera tuvo que abrir la puerta de la habitación, pues esta ya lo estaba, Bella tomo valor y dió un paso adelante para comprobar el engaño de su novio.
Ahí estaba el m desnudo, con una mujer encima de él, la cual movía sus caderas, mientras él tocaba sus senos, pero lo que más impacto a Bella fue que ella conocía a esa mujer. Bella dejó caer la bolsa de regalo y los amantes se percataron de su presencia e interrumpieron el acto.
- Ustedes dos.. ustedes. - musito sin dar crédito a lo que veía, su novio y su prima en la cama. - ¡Ustedes son unos malditos! - exclamó dejando que los hechos se instalarán en su mente. - ¡Tú, eres una zorra!- le gritó a la chica - ¡Y tú un poco hombre, no vales nada, después de todo lo que echo por ti! ¿Así me pagas? - gritaba enojada.
- Ay prima ya deja el drama. - hablo la mujer envolviéndose en una sábana colocándose de pie.
Bella miro a su prima incrédula, ellas nunca se habían llevado bien, pero jamás creyó que fuera capaz de esto.
- Te estabas revolcando con mi novio Tiffany tengo todo el derecho de estar enojada y hacer drama, ¿Cómo puedes actuar tan desvergonzada? - pregunto molesta.
- No entiendo que te sorprende Bella, ¿De verdad creíste que un hombre como Lincon te iba a ser fiel? Solo míralo y mírate. - dijo la chica con despreció,. - No eres más que una gorda asquerosa. - Escupio - Dile Lincon, como te sientes cuando la tocas. - la chica miro al hombre que hasta ahora no había dicho nada, Bella hizo lo mismo, el hombre se levantó de la cama y camino hacia su amante y la abrazo.
- Asqueado. - comento y Bella sintió su corazón romperse. - Me repugnas, tocarte me da asco, ¿Por qué crees que solo emos estado tres veces desde que salimos? La sola idea de tener que acostarme contigo me enferma, tanto que las pocas veces que lo hicimos tuve que drogarme para hacerlo.
Las palabras de los dos lastimaron el corazón de la chica, además acabaron con la poca autoestima que había ganado los últimos meses, las lágrimas cayeron de sus mejillas sin poderlo evitar mientras escuchaba esas hirientes palabras.
- ¿ Si es así, entonces por qué te acercaste a mi? ¿ Por qué? . - pregunto entre llantos.
- Por qué necesitaba a una tonta que me mantuviera, mis padres me quitaron todo, me dejaron en la calle, tú fuiste la solución a mis problemas económicos, pero ya no te necesito, mis padres ya recapacitaron, así que lárgate gorda, no quiero volver a verte. - habló el tipo mirándola con disgusto.
- Así es, prima, desaparece de su vida y entiende de una vez, ningún hombre se va a fijar en semejante bola de grasa, ningún hombre te va a amar. - dijo su prima con desprecio.
Sin decir nada, Bella salió corriendo del apartamento, aquellas palabras habían herido profundamente su corazón, se sentía una completa idiota, una ilusa, ellos tenían razón, ¿Cómo pudo pensar que un hombre como Lincon se fijaría en ella? Debió darse de cuenta antes, ellos tenían un año de relación y en ese año solo habían tenido sexo tres veces, le dolió profundamente haberse entregado a ese maldito, él había sido el primer hombre con el que se había acostado, ella se entregó en cuerpo y alma creyendo que las palabras de Lincon era verdaderas, ahora sabía que todo había sido una mentira. Ahora, sabía que ningún hombre iba a amarla, a desearla, ella era una gorda horrible en la que nadie se fijaría.