El plan

...Capítulo XVIII...

— Entiendo—. Respondió Liam, para luego preguntarme — ¿Pero no vas a huir toda la vida o si?—.

En ese instante no supe que responder, era obvio que no quería huir más, que deseaba tener una vida como una chica normal, quería salir tranquilamente por las calles sin miedo a que me secuestraran o me mataran.

Me quedé en silencio por un largo rato, hasta que respondí con sinceridad. — ¿Que puedo hacer?, no quiero seguir escondiéndome, quiero que todas las personas involucradas paguen, pero no sé que hacer—.

Mi mente estaba vuelta un desastre, pero Liam ya tenía un plan, había llamado al encargado del caso y le había explicado sobre sus sospechas acerca de Cook, en dado caso que él, comenzara a preguntar acerca de mí o de Liam.

El día transcurrió como siempre, pero mi mente tenía los nervios de punta, cualquier sonido me hacía saltar de terror, me daba miedo hasta ir al baño.

A la media noche el teléfono de Liam sonó, efectivamente, como Liam se lo había imaginado, Cook empezó a hacer preguntas acerca de mí y del caso.

Luego de colgar la llamada, mis nervios se habían intensificado, Liam me miró con ojos de compasión y me dijo que tenía que hablar conmigo, por supuesto que me asusté, pero tenía que ser fuerte.

Nos sentamos en el sofá y comenzó a contarme del plan, Liam y el encargado de mi caso, habían tramado un plan para agarrar al comisario, en dado caso de que estuviera involucrado, aunque yo sabía que si lo estaba, pero no sabía si iba a morder la carnada.

El plan consistía en darle toda la información real del lugar, quien era yo, porqué estaba en esa casa, quien me custodiaba, donde estaba ubicado el lugar, entre otras cosas.

Con esta información se pretendía lograr un solo objetivo y era, agarrar a Cook cuando estuviera a punto de callarme o agarrar al Dios del Edén, cuando también quisiera cerrar mi boca.

Era más que obvio que irían a buscarme, porque por ese motivo, Cook estaba buscando toda la información acerca de mi paradero.

Sin embargo; Liam y yo no íbamos a estar solos, íbamos a estar rodeados de varios hombres, hasta que Cook o el Dios del Edén, vinieran por mi.

Aunque los hombres rodeaban la casa y habían varios en todo el lugar, estaban tan bien camuflados, que ni siquiera yo los percibía, habían hombres en el jardín, en el techo, en el patio trasero y en otros lugares de la casa.

Por seguridad, yo casi siempre me quedaba en la habitación, por otro lado, Liam se encargaba de la supervisión de todo el interior de la casa y de que yo me sintiera tranquila.

Las semanas pasaron y nada había pasado, en ese instante yo no sabía si sentirme tranquila o preocupada. Tenía miedo de que los oficiales que custodiaban el lugar, se cansarán y decidieran irse.

Exactamente un mes después de nuestro encuentro, específicamente a las 3 a.m, un fuerte ruido se escuchó en toda la casa.

Ya todos estábamos preparados, sin embargo; de igual manera mi corazón se aceleró, quedé aturdida por un momento, hasta que salí de mi asombro y seguí con el plan.

Me pare de la cama y entre al armario, cuando se trazó el plan, mi método de escape iba a quedar en el clóset, por lo que debajo de él, hicieron una puerta que me llevaba al pequeño sótano de la casa, ahí debía esperar hasta que todo se resolviera.

En esa ocasión me sentía nerviosa y frustrada, porque mientras arriba se escuchaban ruidos y detonaciones tras detonaciones, yo solo podía esconderme y rezar para que todo saliera bien.

Luego de un tiempo, Liam bajó a buscarme, su brazo estaba lleno de sangre por lo que yo me asusté inmensamente.

— ¿Que sucedió?, ¿tu brazo?, ¿estás bien?, ¿fue él?—. Lancé una pregunta detrás de otra, por los nervios no me percaté de que hacer tantas preguntas y en ese momento era algo inoportuno, pero aún así, Liam me respondió.

— Estoy bien, solo es un pequeño roce, más tarde iré a que me revisen, él no vino, pero tenemos algo mejor, ¿tú cómo estás?—. Preguntó mirándome de arriba a abajo.

Yo respondí que estaba bien, en realidad no tenía ni un rasguño y como podría, si mientras arriba se enfrentaban, yo estaba escondida.

— Dos de las agentes que estaban de guardia se quedaran contigo, yo iré a tratarme la herida para luego ir a la comisaría, ¿no te molesta quedarte con ellas o si?—. Preguntó Liam tentativo.

— No, no me molesta, pero... ¿Puedo acompañarte?—. La verdad es que no me quería quedarme en esa casa y también estaba preocupada por él.

— No es apropiado en estos momentos, Cook no vino y aunque creemos que atrapamos a alguien mejor, él aún sigue suelto, no se atreverá a venir aquí después de lo que acaba de suceder, no es estúpido, él debía sospechar y por eso no vino—. Me informó pensativo.

— ¿A quién atraparon?—. Pregunté con curiosidad.

— Creo que tenemos al cabecilla de la organización—. Me dijo algo emocionado.

— ¿Qué? ¿al Dios del Edén?—. Respondí incrédula, automáticamente mi corazón se aceleró y mi piel se empezó a tornar pálida.

Ese hombre me había hecho pasar por tantos tormentos en mi vida, que con solo oír su seudónimo, mi cuerpo temblaba sin parar, ese demonio era el terror que aún no había superado, no podía dormir bien, no podía salir tranquila, no podía vivir una vida normal, siempre en mi mente estaba el terror de que viniera por mí.

Dicen que a veces, para superar los temores, hay que atacarlos de frente, tú contra tu miedo, mirarlo de frente y que éste supiera que ya no puede contigo, que eres más fuerte, que ahora tú tienes el control, sin embargo; en el momento en que supe que a lo mejor, él podría estar en la policía y que podría pagar por lo que hizo, mis temores volvieron, no sabia si podía tener la fuerza de enfrentarlo.

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