Era sábado, me había acostado en el suelo de mi habitación sufriendo por el aumento de la temperatura. En la tarde tenía una salida con Kate, iríamos a una sala de juegos a pasar el rato. Como no había mucho que hacer estaba muy aburrido, ver vídeos cortos me comenzaba a cansar, la mayoría de contenido en internet se volvía cada día más repetitivo, por esa razón simplemente escuchaba los resúmenes de películas.
Estaba solo en la casa, mi papá se marchó muy temprano en la mañana, Sonia y Atan estaban en el hospital, él tenía una cita con el pediatra, tal vez le tocaba vacunarse, realmente no pregunté sobre eso.
No podía llamar a Lucas porque se encontraba intentando arreglar las cosas con Amy y Jonathan aparte de estar obsesionado con los juegos, también andaba muy enamorado y no le importaba abandonar a sus amigos para ir a ver a su prometida. Bueno, lo entendía, yo igual haría lo mismo.
Cuando llegó la hora de la salida me encontraba completamente listo, momentos antes me había duchado y puesto ropa cómoda para combatir el calor. Kate pasó a buscarme, abrí la puerta encontrándola llevando un vestido estilo campana, la observé con detenimiento, se veía hermosa como siempre. Ella me saludó con una amable sonrisa, mientras ella me preguntaba cómo estaba me dediqué a cerrar la puerta con llave.
Como la sala de juego estaba a minutos comenzamos a caminar, ella me comentó sobre un juego que había comprado el día anterior, era un juego de matar zombies, a ella le gustaban esos tipos de juegos, mientras más armas mejor.
—Después de jugar deberíamos ir a comer, se me olvidó almorzar. —Ella estaba caminando mientras daba saltitos emocionada.
—Está bien, ¿Hasta que hora tienes permitido llegar? —ella me miró alzando varias cejas, luego mostró su sonrisa brillante.
—¿Me quieres secuestrar?
—No, —me comencé a reír. —Pero conociendo cuanto valen los órganos humanos, me la pienso.
Ese día fue bastante divertido, Kate me parecía adorable mientras jugaba concentrada, realmente me enamoraba más cada vez que la iba conociendo. Ella me contó que sus padres pronto estarían divorciados oficialmente, su padre ya había dejado la casa yéndose a quien sabe dónde.
—¿Lo estás llevando bien?, —ella bajó la mirada con algo de tristeza.
—No es eso, sabes que mi mamá no es mi madre biológica, por ello tendría que irme con mi papá —ella dejó salir un suspiro. —Él seguramente vaya a regresar al antiguo barrio en donde vivíamos, pero prefiero irme lo más lejos posible de ese sitio. —Ella se estaba algo preocupada. Yo por otra parte estaba algo triste con la noticia, no quería que Kate se fuera, pero no era como si eso se pudiera evitar.
Ella tomó el vaso con refresco llevándoselo a la boca, movió los labios de manera confusa.
—Supongo que voy a quedarme con mi mamá, aunque eso será difícil conociendo a mi papá… en fin, voy a tener que enfrentarlo.
—Ten cuidado —ella asintió. —Kate, espero que puedas quedarte.
—Lo voy a hacer, ya me acostumbré a este barrio, sería extraño irme a otra parte. Además, las cuevas de por aquí son hermosas.
Asentí con una sonrisa. Antes de regresar compramos algunos dulces en una tienda cercana, en el trayecto nos mantuvimos en silencio, ella caminaba a mi lado mirando al frente con bastante interés.
Cuando estuvimos en la parada de autobús cerca de ambas casas, me despedí de ella dándole un abrazo y antes de entrar vigilé que Kate llegara segura.
—¿Dónde estabas? —mi papá se hallaba esperándome molesto en la sala. Sonia estaba al lado suyo con una expresión preocupada. Suspiré entrando a la casa, cerré la puerta y estaba dispuesto a ignorarlo, sin embargo él se atravesó en mi camino.
—Te pregunté dónde estabas, —observé el reloj en la pared, apenas eran las nueve de la noche. Chasqueé la lengua viéndole directamente.
—¿Por qué tengo que decírtelo?
—¡Por qué soy tu padre y estás en mi casa!
Arrugué las cejas cuando lo escuché gritar, era el colmo. Él fue el que me trajo a la fuerza a esa casa desconocida y se atreve a exigir derechos de un papá, claro, se le olvidó que desapareció casi la mayor parte de mi vida.
—¡No eres mi padre, ojalá pudiera quitarme tu sangre de las venas!, ¡Tú fuiste el que me arrastró a esta casa sin mi consentimiento!
—Ey, deja al chico, no deberías hablar de ese modo con él. Ethan es un buen muchacho…
—¡No te metas!, —Sonia se sobresaltó un poco. —¡A tu madre le faltó mano dura!
Apreté los puños con rabia, estaba harto de ese hombre, era un entrometido.
—Mi mamá no tiene nada que ver en esto, no la menciones. —Caminé hacia las escaleras sin ganas. —Si quieres seguir discutiendo solo, hazlo, yo tengo sueño.
—¡Samuel, ven acá!
No le hice caso y subí rápidamente las escaleras encerrándome en mi habitación. Había pasado bastante tiempo desde que escuché mi segundo nombre, Samuel. Mi mamá era algo creativa a la hora de poner nombre, bueno, últimamente todas las madres ponían unos nombres…
Me acosté boca arriba encima de la cama, saqué el teléfono de mi bolsillo revisando rápidamente los mensajes, había uno de Lucas y algunos vídeos enviados por Jonathan al grupo, ese último era obviamente sobre algún juego nuevo o un edit de alguna de sus series favoritas.
«Man, estoy saliendo con Amy».
—¡Qué mierda! —volví a leer el mensaje una y otra vez intentando comprender cómo las cosas llegaron a ese punto, pero no pude. Y Lucas era un maldito loco que siempre se saltaba las explicaciones, simplemente lo soltó sin pensar que me podría causar un infarto.
Presioné la tecla de llamada, quería contexto, una aclaración.
—Hola, Ethan, ¿Qué fue?
—¿Cómo qué, qué fue? —Tomé aire antes de volver a hablar. —Maldito degracia’o, ¿En serio estás saliendo con Amy?
La llamada se quedó en silencio unos segundos, parecía reflexionar sobre lo que iba a decir.
—Sí, digamos que nos estamos juntando. Lo pensé y quiero hacerme cargo del bebé, obviamente nuestros papás nos van a ayudar.
Me quedé un momento procesando esa información sin saber como responder. Sin importar la economía por así decirlo, siempre sería una mala idea juntarse sin haber terminado la secundaria y graduarse; pero estaba dispuesto a ayudarlos como podía, eran mis amigos y no pensaba dejarlos solos en esa situación.
—¿Se van a quedar donde?
—Por el momento vamos a centrarnos en terminar la escuela, luego nos juntaremos oficialmente.
—Marica, más te vale que seas fiel, o te dejo con una sola descendencia.
Él carcajeó al otro lado del teléfono.
—Eu, más respeto.
—No confío en tu historial —dije burlándome de él.
—Si ves que estoy a punto de cagarla, dame un par de galletas para que piense mejor. —Seguí riéndome junto con él. La llamada finalizó luego de que le diera varias opciones de nombres, anteriormente no parecía el más feliz por ser padre (y se comprendía por la edad), en ese momento el estaba muy emocionado por la llegada de esa nueva vida.
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Comments
Dulce Cira
Está historia es muy tierna y refrescante me gusta muchísimo 😀❤️
2024-09-27
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