Decisiones

El día estaba nublado, debido al anuncio de un ciclón se cancelaron las clases, el país era bastante tropical, con muchos cambios climáticos que sucedían de la nada. Mientras miraba las primeras gotas que iban cayendo a través de la ventana, oí el teléfono sonar y cuando descolgué la llamada se trataba de Lucas.

—¿Qué quieres?

—Hablar, estoy afuera de tu casa —me asomé por la ventana cuando escuché eso, él se encontraba allí abajo abrigado con un abrigo impermeable de color azul. Me acerqué al armario, luego tomé un abrigo sin prestar mucha atención y bajé las escaleras.

—¿A dónde vas?, está nublado afuera. —Sonia estaba sentada en la sala, su mirada era confusa.

—Lucas está afuera, iré a dar una vuelta y regreso antes de que la lluvia se haga más fuerte.

Ella asintió, me despedí balanceando mi mano antes de salir afuera. Lucas esperaba justo en la parada de autobús, ese sitio se había vuelto mi favorito y no era por otra razón sino Kate, me gustaba verla cada mañana que tocaba ir a la escuela, amaba esos peinados que se hacía y la belleza de su sonrisa, era algo que no sacaba fácilmente de mi cabeza y más en las noches cuando su imagen me arrebataba el sueño.

—¿Qué pasó? —Empezamos a caminar bajo esa leve llovizna sobre la acera, en la calle algunos autos transitaban pitando sus bocinas. Miré unos segundos el cielo grisáceo, por alguna razón sentía que lo que él me diría sería una mala noticia, su semblante era distinto al Lucas habitual.

—Logré hablar con Amy, una de sus amigas me dio su dirección —se quedó en silencio unos segundos, algo que me pareció más de un minuto. —Ella obviamente está molesta conmigo, no me echó la culpa pero se decepcionó cuando le pedí que abortara…

Detuve mis pasos de sorpresa, observé a Lucas algo confundido, sentía que él se había adelantado una parte de la historia.

—Ah, me olvidé decirte sobre el embarazo, pero se entiende… digamos, que estuvieras en esa situación, o sea obviamente considero a un feto como a una vida, sin embargo no estoy dispuesto a hacerme cargo de una responsabilidad tan grande —su mirada se hizo más distante de lo que ya era. —No quiero ser considerado alguien malo por tomar la decisión más lógica, estamos acabando la secundaria, ¿qué harías tú?

Lucas claramente se notaba nervioso, realmente me preocupaba y claro ambos tenían algo de culpa, pero sentía lástima porque Lucas parecía querer cambiar y pues digamos que tener un hijo lo complicaba todo. Si estuviera en su lugar a menos que la otra parte, quien era la que iba a cargar con el peso durante nueve meses decidiera no tenerlo, mi opinión siempre sería hacerme cargo de mis responsabilidades. Pero no iba a decirle lo que tenía que hacer, lo mejor era darle un consejo.

—Creo que sabes mi postura en esos temas ya, así que simplemente piensa bien y habla con tus padres, tal vez ellos puedan ayudar, no sé…

—Quería hablar con mi mamá pero sentí algo de vergüenza, además con que cara, ella está criando a mi hermanita que también es una recién nacida.

Suspiré algo preocupado, en ese momento las gotas de lluvia se hicieron más intensas y tuvimos que refugiarnos frente a un colmado.

—¿Qué te dijo Amy exactamente?

—Cuando le conté sobre lo que pensaba dijo que no esperaba esa respuesta, pero como no quería la responsabilidad lo mejor era que no me acercara a ella, dijo que lo tendría y que jamás me pediría ni un peso para los gastos del bebé…

—Mierda, ni sé cómo darte una idea para mejorar las cosas. —Toqué su hombro suavemente dándole de alguna forma mi apoyo o esa era mi intención.

—Yo no quiero que esto termine mal con ella, aunque ya está horrible. —Carcajeó sin gracia y yo solté un leve suspiro.

Al día siguiente la lluvia seguía cayendo bastante fuerte incluso más que el día anterior. Mientras el sonido de la lluvia se convertía en una música relajante para mis oídos, jugaba una partida con los chicos y también con Kate, quien ya le había pasado su ID a Jonathan, se llevaban bastante bien y por eso la escuadra estuvo completa esa vez. Me sorprendieron las habilidades de Kate, era demasiado buena jugando.

Ese día transcurrió rápido, habíamos hablado por llamada de discord para comunicarnos mejor y de cierta manera creo que mi relación con Kate avanzaba mejor. En la noche, me quedé hablando con ella por llamada, Kate amaba mucho el anime y aunque no era algo que llamaba mi atención la escuché atentamente en todo momento, se me hacía divertido escucharla hablar de sus gustos. Al principio era algo tímida con eso pero de a poco se fue soltando y hablaba con más naturalidad conmigo.

Y de esa manera el tiempo pasó más rápido de lo esperado, una semana después me hallaba sentado esperando afuera de la oficina del director, él había mandado a llamarme para quien sabe que cosa. Me sentía algo frustrado, siempre que tenía que convivir con él se me dificultaba y seriamente estaba intentando poder conversar con él, pero éramos dos polos completamente opuestos, su carácter era demasiado tosco y yo era alguien relajado, se podría decir; no combinábamos para nada.

Una de las maestras de coordinación abrió la puerta diciéndome que ya podía pasar, luego ella se alejó por el pasillo y yo cerré la puerta luego de entrar.

—Siéntate —ordenó. —¿A qué universidad vas a ir?, no pareces intentar ir exactamente a uno, tus notas…

Suspiré molesto. Durante todo el tiempo que estuve en esa escuela él jamás se preocupó por mi, de hecho hace poco tuve más conciencia de que era mi padre, debido a que mi mamá me mandó a vivir a su casa.

—Mis calificaciones son pasables, no entiendo porque te preocupas por eso. ¿Eso era todo? —Él me miró fijamente unos segundos, luego se pasó una mano por el rostro.

—¿Podrías dejar esa mala actitud?, no se puede hablar contigo, tal vez no debí dejarte con Lidia…

—¡No te atrevas a faltarle el respeto a mi mamá!, ella me crió excelentemente, me crió tan bien que jamás necesité de un padre y jamás deseé tener uno, deja de meterte en mi vida.

Me levanté molesto, él intentó retenerme en esa oficina pero no le hice caso y salí dirigiéndome al comedor de la escuela, mi cabeza estaba dando vueltas y sentía una horrible picazón en la garganta.

¿Por qué quería arruinar mi vida?, incluso si me sentía solo cuando llegaba a casa, siempre mi mamá venía a darme un beso de buenas noches, nunca se le olvidaba. No me importaba cocinarme aunque me saliera todo salado o desabrido, simplemente estaba bien estando con ella, ¿por qué escuchó a ese hombre?

Además, si quisiera hablar conmigo debió hacerlo en la casa, ¿en la oficina de la escuela?

Tropecé cayendo al suelo, no era mi día, pronto sentí las lágrimas resbalándose por mi mejilla. No quería verme tan vulnerable en un sitio como ese, miré fijamente al suelo sintiendo vergüenza de levantarme y que se vieran esas gotas saladas.

—¿Ethan?, ¿estás bien?

Reconocí la voz de Kate entre tantos pensamientos que no me dejaban oír lo que había a mi alrededor.

—Oye, ¿Qué tienes?

Ella me sostuvo la mano y me jaló intentando levantarme del suelo, al final me levanté sin mirarle a los ojos, ella no dijo nada y se puso en marcha, dejé que me guiara mientras seguía más perdido entre tantos sentimientos que poco a poco me asfixiaban.

Luego de unos minutos estábamos en la azotea, ella se sentó dentro de una de las tiendas de campaña y yo en una vieja butaca que había allí. Nos quedamos en silencio varios minutos, ella parecía darme mi tiempo para calmarme.

—¿Puedes decirme que sucedió?

—Sobre eso, simplemente una discusión con mi papá, supongo que a veces suelo llorar cuando algo me molesta —me reí sin ganas, ella asintió.

—Me preocupé mucho hace poco, parecías estar teniendo una crisis ansiosa.

—Ah, eso es algo normal, simplemente sucede cuando estoy enojado o algo, luego pasa.

—Deberías ir a terapia, a mi eso me ayudó, aunque a veces el insomnio regresa y esas parálisis del sueño, pero no son tan frecuentes como antes. —Asentí tranquilo, ella sonrió y luego cambió de tema. —Oye, ¿Qué le pasa a Amy?, no soy muy cercana así que, no sé como preguntarle, se nota muy decaída y parece más alejada ahora.

Me quedé callado unos segundos, no sabía si sería bueno hablar sobre esa situación. Nunca me había imaginado que Kate se fijara en los demás compañeros, pero simplemente era alguien tímida que no se acercaba a los demás.

—Ah, supongo que es algo más privado. —Ella se recostó dentro de la tienda, luego suspiró profundamente.

—¿Los chicos están en la cafetería? —ella se sentó rápidamente.

—Oh, se me olvidó, le dije a Jonathan que iba a buscar mi teléfono para jugar una partida. —Me reí por los gestos que ella estaba haciendo.

—Jonathan y tú si que están viciados de los juegos.

—Sí, aunque Lucas no se sumó porque anda deprimido también, ¿por qué están deprimidos todos?

Negué con la cabeza poniéndome de pie, y aunque estaba algo nervioso aún, intenté seguir mi día con normalidad.

—¿Vas abajo?

—Creo que me voy a saltar las clases —ella me miró unos segundos y luego se unió a mí.

—¿No sabes dónde hay una sala de juegos?

—Cuando mueras te voy a enterrar con una consola de juegos —ella carcajeó mientras me seguía bajando las escaleras.

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