Kate

Eran cuatro letras, no era tan difícil. Era de noche, el cielo estaba claro por el brillo de la luna y las estrellas iluminando igual. Dejé abiertas las ventanas, ya que, la temperatura había subido un poco.

No podía dormir, la razón era ella, no dejaba de pensar en ella y meditar sobre cual sería su nombre. Talvez, ¿Elsa? Flor, July o Emma.

Mi teléfono timbró. Lo tomé y desbloqueé la pantalla, allí había un mensaje de un número desconocido.

«Hola, soy Love. Lucas me dio tu numero, ¿Llegaste a adivinar mi nombre?»

«Hermoso nombre, nunca se me pasó por la cabeza». Respondí. Puse el teléfono en la mesita de noche y cerré los ojos para descansar.

«Ya lo sabía, pero, en todo caso llámame por mi segundo nombre, Kate; buenas noches»

Le envié un sticker y suspiré. Me acosté en la cama y cerré los ojos nuevamente.

Al día siguiente nos volvemos a encontrar en la parada de autobús. Ya era algo normal, pero, me encantaba ver cada día sus distintos peinados y accesorios que llevaba. Por eso me sorprendió verla con unos lentes.

—¿Usas lentes? —Le pregunté con curiosidad.

—Sí, tengo astigmatismo, es leve. —Me explicó.

—Te queda bien. —Me sorprendí. Había hablado en voz alta.

—¿Ya les pagaste a tus amigos?

Miré hacia otra parte y aclaré mi garganta.

—Lo entregaré este fin de semana.

—¿No tienes? —Negué sonriendo.

—Sí tengo, solamente el plazo era para el fin de semana. Y tampoco me da ganas de entregarlo ahora.

El autobús llegó, esta vez subí de primero y me senté cerca de una de las ventanas, ella se sentó a mí lado. No quise ponerme los audífonos pensando que sería de mala educación.

Cuando llegué al salón de clases noté que Chris y Evan habían cambiado de asiento con unas chicas. Eso me hizo sentir mal, yo no buscaba alejarlos, solamente, quería que cambiaran sus comportamientos, yo también lo haría… no me comprendieron.

—Quita esa cara, está bien que se alejen. —Lucas comentó furioso. A él también le estaba afectando la actitud de Chris y Evan. Jonathan seguía en su mundo, él siempre había sido más de juegos, series animadas y eso. Antes lo considerábamos el friki de nuestro grupo, a él no le molestaba eso e igual se burlaba de los frikis.

—Creo que lo arruiné, solamente estaba pensando desde la perspectiva de ellas, siento que no lo pasaron bien.

—Tienes razón, lo pensé mucho anoche e incluso hablé con mi madre. Ella me dijo que debía pedirles perdón a esas chicas. —Lucas suspiró mientras se sentaba encima de la mesa.

—Mierda, que horrible. —Lucas asintió. Jonathan alzó la vista y nos miró a ambos.

—¿También tengo que pedir perdón? —Miré a Lucas y luego nos reímos. Al menos no era tan despistado esta vez.

—Si quieres hacerlo. Piensa sobre ello. A veces lo mejor es pensar con la cabeza de arriba. —Le dijo Lucas. Al aula fueron llegando más alumnos, así que, dimos por terminada la conversación.

Me aburrí mucho con las clases de física, además, me dio dolor de cabeza por prestar demasiada atención. En el comedor, me senté con Jonathan en frente mientras que Lucas fue a comprar. Él mismo se había ofrecido para traer nuestros pedidos.

Estaba mirando a los demás estudiantes cuando mis ojos cayeron sobre ella, se encontraba sola en una mesa. ¿No consiguió hacer amigas? Bueno, apenas era su primera semana en esta escuela. Guau, todo había sucedido tan rápido que no me había dado cuenta de que apenas la conocí, no había pasado tanto tiempo como yo lo había sentido.

Tuve las ganas de acercarme a ella y almorzar juntos pero, no me atreví, sentía que no tenía el derecho.

Lucas regresó con los almuerzos, se sentó y nos entregó lo nuestro. Mientras Lucas y Jonathan hablaban, yo comí en silencio sin decir nada.

El teléfono sonó, me sorprendí tanto que casi dejé caer el pedazo de bizcocho. Debía cambiar ese tono, o sinó me daría un infarto.

Tomé el teléfono y salí afuera, contesté.

—Hola, mamá. —Dije con tranquilidad. No estaba enojado y tampoco había razón de estarlo. Anteriormente había hecho un berrinche estúpido. —¿ Cómo estás?

—Bien, pensé que no me querrías hablar. Me alegra escuchar tu voz, ¿Te estás adaptando bien con tu madrastra y hermanito?

—En serio lo siento, estaba molesto porque tomaron una decisión sin escuchar mi opinión, pero, olvídalo. Sonia es buena conmigo y Atan es un niño encantador. ¿Está yendo todo bien en el trabajo?

—Me alegro de que todos se lleven bien. El trabajo es como siempre, cansado y agotador. Bueno, me tengo que ir pero, volveré a llamarte mañana, ¿sí? —Sonreí muy feliz y le respondí en afirmación.

Ella colgó, yo volví adentro y seguí almorzando.

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