Primera cita

Me encontraba en la fila esperando comprar las palomitas, Kate por su parte había ido al baño. ¿Cómo había llegado a ese momento?, el día anterior mientras estaba haciendo la tarea y conversando por mensaje con Kate, ella me llamó de la nada; descolgué el teléfono y la escuché chillar a través de la línea telefónica.

—¡Adivina!, mierda no sé como no me enteré antes, pero el estreno de la película es mañana, ¿vienes conmigo? —Me quedé en silencio unos segundos, el mensaje había llegado de sorpresa y no sabía como responder y simplemente se me ocurrió preguntar sobre que película hablaba. —Es una nueva película de mi serie favorita, ¿me acompañas?

—Ah, claro. —Sabía lo mucho que ella amaba ese anime, siempre que salía algo estaba eufórica por comprarlo y por ello era indudable que su habitación estaría repleta de figuras de acción y póster de ese anime. Incluso una vez fue con un sombrero de paja a la escuela, ella era todo un caso.

Regresando de nuevo al momento, miré a las personas que estaban a mi alrededor, la mayoría estaba haciendo cosplay de los personajes, incluso Kate se vistió inspirada en unos de los personajes, con un pantalón de mezclilla y una blusa roja de mangas largas, obviamente no podía faltar el sombrero con el listón rojo en la parte de arriba. Mientras seguía pensando sobre la «cita» me sentía más nervioso y me culpé un poco porque no había dado el primer paso antes.

—No pensaba que habría tanta gente, —ella llegó atrás sorprendiéndome un poco, luego agregó. —La película va a iniciar y todavía no se va a acabar la fila.

—Exageras, empieza en quince minutos. —Ella asintió mientras apretaba sus labios.

Después de obtener las palomitas y refrescos entramos a la sala, Kate estaba sentada a mi lado, emocionada mientras miraba las escenas. Mientras los minutos pasaban me comenzó a gustar la voz del personaje que estaba cantando. Cuando salimos ella estaba realmente feliz, comentó que luego vería la película en el idioma original, japonés.

Antes de regresar pasamos por una heladería, ella compró un helado de vainilla y yo uno de ron pasa.

—Mira esto, —Me enseñó una imagen de una tableta gráfica, —me estoy comenzando a interesar en el dibujo, necesito comprar una de estas, dijeron que para empezar están buenas.

—El diablo, diez mil —ella comenzó a reírse.

—Voy a intentar conseguir un trabajo o se lo pido a mi mamá.

—Ah, entiendo. ¿Es para dibujar a ese tal Luffy? —Ella sonrió emocionada, estaba algo obsesionada con ese personaje.

—De hecho ya comencé a practicar en libretas, te las voy a enseñar mañana.

Luego tomamos una omsa para gastar menos en el pasaje, como tardaríamos una hora en llegar a casa, pasamos la mayor parte del tiempo hablando, conociéndonos más poco a poco y eso me encantaba. Siempre me gustaba saber algo nuevo de ella, «sus defectos» que ni parecían ser eso, y su tono sarcástico se convirtió en mi tono de voz preferido.

Ambos nos despedimos luego de llegar a esa parada de autobús, entré a mi casa y saludé a Sonia, que se encontraba viendo noticias en la televisión, subí las escaleras y Atan casi me hacía caer por ellas debido a que saltó sin previo aviso.

—No saltes así, un día de estos me matas.

—Mira, —Me enseñó un carrito de juguete.

—¿Quién te lo dio? —Le pregunté porque era la primera vez que veía ese juguete.

—Mi amigo, es muy amable conmigo. —Sonrió emocionado, se abrazó a mi cuello y lo llevé a mi habitación. Jugué por una hora con él y luego me centré en estudiar, pronto habría un examen y no quería sacar la nota mínima y aunque no era aplicado, siempre me gustaba mantenerme en lo normal, ni tan excelente ni tampoco mal.

En ese momento recibí un mensaje de Lucas, «Hablé con mis padres sobre eso, y bueno dijeron que si Amy quiere tenerlo debería apoyarla».

«¿Qué quieres hacer tú?»

Luego de unos segundos me respondió.

«No sé, estoy completamente perdido pero pensé bastante sobre el bebé y creo que ya estoy claro en ese punto», en la pantalla aparecía escribiendo en la parte de arriba, así que esperé el otro mensaje antes de escribir. «Ah, conseguí un trabajo. Andabas diciendo que querías uno para independizarte, ¿te sigo buscando uno?»

«Claro, el dinero siempre hace falta».

La conversación finalizó luego de que él me comentó que iba a ir a la casa de Amy, ellos tenían que ponerse de acuerdo si estaban dispuestos a criar a ese bebé.

Al día siguiente me enteré de que medio curso ya conocía la situación de Amy, una de sus amigas fue con el cuento; con amigas como esas para que enemigas. Ella se sentó en la butaca que estaba al final de la primera fila, se notaba decaída y un tanto avergonzada por la situación. No era que ella fuera una santa ni nada de eso, pero al parecer antes había juzgado a otras compañeras que se encontraban en un caso similar, entonces la mayoría comentaba que eso era su karma y que le debía pasar porque ella fue muy mala anteriormente con sus comentarios. Incluso algunas de sus amigas se alejaron, la relación con ellas se había roto.

Cuando la campana sonó me acerqué a ella, tenía la cabeza apoyada contra la butaca y por eso no notó cuando llegué cerca de ella.

—¿Amy?, —levantó la cabeza lentamente mirándome con unos ojos somnolientos, al parecer ya comenzaba a tener los síntomas típicos de una embarazada. —¿Estás bien?, ¿Ya comiste?

—No, no tengo hambre y no pienses en eso, a mi no me importa lo que digan. —ella intentaba hacerse la fuerte. Kate entró de nuevo al curso a conseguir su teléfono y miró en nuestra dirección antes de salir otra vez. —¿Ella se molestará contigo?

—¿Ah y eso por? —pregunté algo confundido.

—¿No son novios ya? —abrí los ojos de la sorpresa, luego carraspeé la garganta intentando disimular.

—No, somos amigos, —ella achicó los ojos sin creer. —Es verdad, bueno si me gusta más que una amiga pero no quiero forzar nada. —Ella asintió.

En ese momento alguien empujó la puerta del aula entrando, era Lucas que venía con una bolsa en su mano y en la otra cargaba una bebida.

—Y no digas que no tienes hambre, ya me escapé de la escuela para comprar esto. —Amy arrugó las cejas y yo sonreí al ver que Lucas estaba siendo el mismo de siempre, verlo decaído no me había sentado para nada bien.

—¿Qué es? —ella preguntó abriendo las bolsas, yo por mi parte me levanté y me despedí, no tenía la intención de ser mal tercio. Caminé hasta la azotea encontrándome con Kate y Jonathan viciados jugando una partida, me senté cerca de ella mientras escuchaba el sonido de las armas disparando.

El viento removió el cabello de ella y yo sonreí apartándolo para que ella pudiera ver mejor la pantalla.

—Gracias —su voz era tranquila, miré como movía los dedos sobre la pantalla, era muy rápida; con razón jugaba bastante bien.

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