La propuesta del emperador

La mañana siguiente al baile, Seraphina despertó con una extraña mezcla de emociones. Los pensamientos del duque Alaric aún rondaban su mente. Había algo en él que la había intrigado, aunque sabía que no podía permitirse el lujo de involucrarse emocionalmente con nadie. Su objetivo era claro: la venganza. Sin embargo, mientras se vestía con un elegante vestido de brocado, una inquietud la acompañaba. Sabía que la atención del duque podía ser tanto un arma como un riesgo.

El desayuno transcurrió en silencio en el ala este de la mansión de su familia. El rumor del evento de la noche anterior ya estaba en boca de todos, y Amelia, como siempre, había sido una fuente fiable de información. La doncella, con su mirada perspicaz, comentó que varios cortesanos habían notado la cercanía entre Seraphina y el duque Alaric, lo que generaba comentarios curiosos, pero, más importante aún, atrajo la atención de alguien más.

"Mi señora," dijo Amelia mientras servía té, "parece que el joven emperador no está nada contento con la atención que recibiste anoche."

Seraphina frunció el ceño, aunque internamente no estaba sorprendida. "¿El emperador? ¿Qué se dice exactamente?"

"Al parecer, él esperaba tener más tiempo contigo durante el baile," explicó Amelia con una ligera inclinación de cabeza. "Algunos lo vieron mirarte con frecuencia, pero nunca tuvo la oportunidad de acercarse a ti. Otros creen que el duque Alaric hizo su jugada para interponerse."

Seraphina respiró profundamente. Esto complicaba las cosas. Evitar al joven emperador Cassian había sido su estrategia desde el principio, pero ahora, con su atención fija sobre ella, debía ser más cuidadosa. No podía permitir que los celos o la competencia entre los hermanos pusieran en peligro su plan.

A media tarde, mientras Seraphina leía en la biblioteca, uno de los criados anunció que tenía una visita inesperada. Su corazón dio un vuelco cuando escuchó el nombre.

"Su Majestad, el emperador, solicita su presencia, mi señora."

El emperador. La sangre le heló por un momento. Seraphina cerró el libro con calma y se levantó, ajustando su postura. "Dile que lo recibiré en el salón."

El criado se marchó rápidamente, dejando a Seraphina con apenas unos minutos para prepararse mentalmente. Sabía que este encuentro llegaría tarde o temprano, y había ensayado en su mente cómo manejarlo. Tenía que ser cuidadosa y sutil. No podía rechazarlo abiertamente, pero tampoco podía permitir que él creyera que tenía alguna posibilidad con ella. El destino que había conocido en su vida pasada dependía de evitar cualquier vínculo con él.

Cuando el joven emperador entró en el salón, su porte altivo y la aura de poder que lo rodeaba eran innegables. Vestía una túnica de terciopelo rojo con bordados dorados, símbolos de su posición y autoridad. Su cabello oscuro y perfectamente peinado resaltaba su atractivo, y sus ojos, que habían sido cálidos y encantadores cuando lo conoció por primera vez en su vida anterior, ahora parecían ocultar algo más profundo, quizás un indicio de la ambición que lo impulsaba.

"Lady Seraphina," dijo con una sonrisa encantadora, inclinando la cabeza en un gesto de cortesía. "Gracias por recibirme con tan poca antelación."

"Es un honor, su Majestad," respondió Seraphina, haciendo una reverencia formal. "No esperaba su visita, pero siempre es bienvenida."

El emperador se acercó a ella, sus ojos fijos miró los de Seraphina como si intentara leer más allá de su expresión cortés. "Debo decir que estuviste magnífica en el baile de anoche. No pude evitar notar que pasaste mucho tiempo con mi hermano, el duque Alaric."

Seraphina mantuvo una sonrisa controlada, sabiendo que cada palabra a partir de ese momento sería crucial. "El duque Alaric es un hombre muy interesante, y disfruté mucho de nuestra conversación. Pero no fue mi intención ignorar a otros presentes, su Majestad."

El emperador entrelazó las manos detrás de su espalda, caminando lentamente alrededor de la habitación. "Entiendo, aunque me hubiera gustado tener el placer de una conversación contigo. Me temo que mis deberes como anfitrión me impidieron hacerlo."

"Es comprensible," respondió Seraphina con suavidad, pero sin inclinarse hacia ningún tono que pudiera sonar demasiado cercano o complaciente.

El emperador se detuvo, girándose hacia ella con una expresión más seria. "Seraphina, he estado pensando mucho en ti últimamente. Desde que te vi, he sentido una conexión especial entre nosotros. Hay algo en ti que me atrae, una fuerza que no puedo ignorar."

Seraphina sintió su pulso acelerarse, pero no de la forma en que él habría deseado. Era la misma sensación de peligro que había sentido en su vida anterior, la misma manipulación sutil envuelta en palabras dulces. Tenía que desviar sus intenciones sin provocarlo.

"Su Majestad," dijo con una voz clara y controlada, "me honra profundamente que piense tan bien de mí. Pero temo que me atribuye más de lo que soy. Solo soy una mujer simple, que busca cumplir con su deber en la sociedad ".

El emperador se acercó un paso más, con una mirada intensa. "No seas tan modesta, Seraphina. Eres mucho más que eso. Tu presencia en la sociedad no ha pasado desapercibida, y creo que podrías tener un lugar aún más importante. Tal vez a mi lado."

Seraphina contuvo la respiración por un segundo. Esta era la proposición que había temido, la que había anticipado desde el momento en que abrió los ojos en esta segunda vida. Pero no podía rechazarlo de forma directa, no sin arriesgarse a enfurecer al hombre más poderoso del reino.

"Su Majestad," comenzó, manteniendo la compostura, "me siento profundamente halagada por sus palabras, pero mi corazón aún no está preparado para tales decisiones. Soy joven y todavía tengo mucho que aprender. No quisiera apresurarme en algo tan importante."

El emperador la observó en silencio por un momento, como si evaluara la sinceridad de sus palabras. Finalmente, sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos. "Entiendo tu prudencia, Seraphina. Es una cualidad admirable. No te presionaré, pero te pediré que consideres mis palabras. Hay tiempo, después de todo."

Seraphina inclinó la cabeza ligeramente, agradecida de que no la hubiera presionado más en ese momento. "Agradezco su paciencia, su Majestad. Siempre consideraré con seriedad sus palabras."

El emperador asintió y, tras un breve silencio, añadió: "No quiero entretenerte más esta tarde, pero espero que en un futuro cercano podamos continuar esta conversación. Hasta entonces, Seraphina, recuerda que mis puertas están siempre abiertas para ti."

"Es un honor, su Majestad," dijo Seraphina con una reverencia profunda mientras el emperador se retiraba, dejándola sola en el salón.

Cuando la puerta se cerró tras él, Seraphina se permitió respirar profundamente. Sabía que había logrado desviar el peligro, pero no indefinidamente. El emperador era un hombre persistente, y su propuesta de cortejo no era algo que dejaría de lado fácilmente. Tendría que ser aún más cuidadosa en los días que vendrían.

Sin embargo, mientras observaba la luz del sol filtrarse por las ventanas, sintió una chispa de esperanza. Había rechazado al emperador sin provocar su ira, y la atención del duque Alaric le ofrecía una vía alternativa que podría ser más ventajosa de lo que había anticipado.

El juego de poder apenas comenzaba.

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Comments

Jehiel Ortiz Cruz

Jehiel Ortiz Cruz

/Toasted//Gosh//Cry/Ay mamá Carlota , ahora sí pobre muchacha!!!

2024-11-27

0

Aranza Aguilar

Aranza Aguilar

cómo que la prota tiene miedo xq no le dijo algo así como que su corazón ya estaba ocupado el mal se corta de tajo

2024-11-08

2

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