El baile en el palacio era el evento más esperado de la temporada. Los nobles y cortesanos se preparaban con entusiasmo, ansiosos por mostrar sus mejores galas y disfrutar de una noche de música y danza. Seraphina, aunque reacia a asistir, sabía que no podía seguir evitando todos los eventos sociales sin levantar sospechas. Decidió que asistiría, pero mantendría una distancia prudente del joven emperador.
Esa noche, Seraphina se arregló con esmero, escogiendo un vestido azul celeste que realzaba sus ojos y complementaba su piel. Amelia la ayudó a peinarse, colocando delicadas flores en su cabello, y le ofreció palabras de ánimo mientras la joven se preparaba.
Justo antes de que saliera del tocador que había dentro del palacio."Recuerda, mi señora, mantén la cabeza alta y la mente alerta. Estaré cerca por si me necesitas," dijo Amelia, dándole una última mirada de apoyo.
Seraphina asintió, agradecida por la lealtad de su doncella. Con el corazón firme, se dirigió al salón de baile, lista para enfrentar cualquier desafío que la noche pudiera presentar.
El salón estaba resplandeciente, iluminado por cientos de candelabros y decorado con flores frescas. La música llenaba el aire, y las risas y conversaciones animadas creaban una atmósfera de celebración. Seraphina entró con elegancia, su presencia atrajo miradas de admiración y curiosidad. A medida que avanzaba, mantenía un ojo atento a su alrededor, buscando cualquier signo del joven emperador Cassian.
Mientras recorría el salón, se encontró con Lord Harrington, quien la saludó con una inclinación de cabeza. "Lady Seraphina, qué grato verte esta noche. Espero que estés disfrutando del baile."
"Gracias, Lord Harrington. Es un placer estar aquí," respondió Seraphina con una sonrisa.
Continuaron conversando brevemente antes de que Seraphina se excusara para continuar su recorrido por el salón. Mientras se movía entre los invitados, se percató de la mirada fija de un hombre desde el otro lado del salón. Era el duque Alaric, el hermano mayor del joven emperador. Su mirada intensa y analítica la siguió mientras se acercaba lentamente hacia ella.
Seraphina sintió una mezcla de curiosidad y aprehensión. No había tenido mucho trato con el duque en su vida anterior, pero sabía que era un hombre poderoso e influyente. Cuando finalmente estuvieron frente a frente, Alaric hizo una ligera reverencia.
"Lady Seraphina," dijo con voz profunda y resonante. "Es un honor conocerte en persona."
Seraphina respondió con una inclinación de cabeza y una sonrisa educada. "El honor es mío, duque Alaric. Espero que estés disfrutando de la velada."
"Mucho más ahora que tengo el placer de tu compañía," respondió Alaric, sus ojos nunca se apartaron de los de ella. "He oído mucho sobre ti, pero debo decir que la realidad supera con creces las historias."
Seraphina sintió un leve rubor en sus mejillas, pero mantuvo su compostura. "Eres muy amable, duque Alaric. ¿Te gustaría acompañarme en un paseo por el salón?"
Alaric aceptó la invitación y le ofreció su brazo. Juntos caminaron por el salón, conversando sobre temas triviales pero agradables. Seraphina se sorprendió al descubrir que Alaric era un hombre de conversación amena y con una inteligencia aguda. Mientras hablaban, notó la atención que atraían como pareja, y cómo algunas miradas curiosas y susurros seguían sus movimientos.
A medida que la noche avanzaba, Alaric la invitó a bailar. Seraphina aceptó, y mientras se movían al ritmo de la música, sintió una conexión inesperada con el duque. Había algo en su mirada, en su manera de hablar y en su presencia que la intrigaba profundamente. A pesar de sus intentos de mantener la guardia alta, no pudo evitar sentirse atraída por él.
"Lady Seraphina...," dijo Alaric en un momento de la danza, "me intrigas. Eres diferente a lo que esperaba. Más fuerte, más decidida."
Seraphina sonrió, manteniendo la cautela en su voz. "Tal vez porque he aprendido de mis errores y no quiero repetirlos."
Alaric la miró con admiración. "Una cualidad admirable. Estoy seguro de que tienes muchas historias que contar."
"Y estoy segura de que tú también, duque," respondió Seraphina con una sonrisa. "Tal vez algún día podamos compartirlas."
El baile terminó, y Seraphina sintió una mezcla de alivio y expectación. Alaric la acompañó de regreso a su lugar y se despidió con una reverencia.
"Espero con ansias nuestra próxima conversación, Lady Seraphina," dijo con una sonrisa.
"Y yo también, duque Alaric," respondió ella, observando cómo se alejaba.
Esa noche, mientras regresaba a su habitación de su mansión, Seraphina no podía dejar de pensar en el encuentro inesperado. Sabía que debía mantener su enfoque en su venganza y en sus planes, pero no podía negar la impresión que Alaric había dejado en ella. Mientras se preparaba para dormir, se prometió a sí misma ser cautelosa. No permitiría que sus emociones nublaran su juicio, pero también reconocía que el duque Alaric podría ser un aliado valioso en su lucha.
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Comments
Martina Baza
Dios recién comienza. dejemos que la autora,exprese despacio la trama
2025-01-29
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A Veronica Sulbaran
imagino que los nobles tienen toda su vida social en palacio....
2024-12-30
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Ada Betancourth
no.comprendo nada, porque vive en el palacio
2024-12-30
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