Fuera de la habitación, los demás miembros de la familia Tarásov esperaban ansiosos en los elegantes sillones de la sala de estar. La incertidumbre pesaba en el aire mientras aguardaban noticias sobre Elda. Finalmente, el médico salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Los ojos expectantes se posaron en él, esperando obtener información sobre el estado de Elda, pero no le competía a el por palabras de Ras, así que solo les dijo que podían entrar y hablar directamente con el familiar de la pasiente, Aleksander le dijo que le aria llegar el pago y que conocía el camini por el tunel establecido. Entraron a la habitación y vieron todos por primera vez a un Rasvan Kovacs con lágrimas en los ojos postrado en la orilla de la cama acariciando amoroso el sorteo de Elda.
Ras se levantó y se acercó al grupo, anticipando las preguntas que vendrían. — "Elda necesita tiempo para recuperarse. Las heridas físicas no son graves. Lo más crítico es el aspecto emocional. Necesitará apoyo continuo y cuidado el tiempo que necita", informó Ras evaluando las expresiones preocupadas de los Tarásov.
Ras, luego se dirigió a Eleonora con una mezcla de preocupación y curiosidad. —"Eleonora, ¿puedes contarme qué fue lo que sucedió exactamente? Quiero entender mejor lo que llevó a esta situación".
Eleonora, con la mirada fija en el suelo y un tono cargado de pesar, comenzó a relatar la historia de su madre. Detalló cómo la traición de su padre y el descubrimiento de su infidelidad llevaron a su madre a tomar la trágica decisión de suicidarse. Mientras hablaba, Eleonora recordaba el dolor de su propia pérdida y la conexión que intentaba establecer con Elda.
—"Cuando estaba compartiendo esa parte de mi vida con Elda", continuó Eleonora, "noté que ella estaba como perdida en sus pensamientos. Intenté hablarle, pero no respondía. Fue entonces cuando se desmayó".
Ras escuchó con atención, reconociendo la complejidad de las emociones que se entrelazaban en ese momento. La conexión entre las historias de Eleonora y Elda se volvía más evidente, revelando cómo el dolor del pasado puede resonar de maneras inesperadas en el presente.
—"Entiendo", dijo Ras con comprensión. "Ambas han pasado por situaciones difíciles. Ahora, mi prioridad es apoyar a Elda en su proceso de recuperación".
Eleonora, con la confianza que existía entre ella y Ras, decidió abordar directamente la situación. —"Ras, necesito saber qué está pasando exactamente con Elda. No entiendo cómo llegamos a este punto".
Vladimir, atento a cada palabra, mostraba un interés particular por conocer la verdad detrás de su misteriosa diosa griega Elda, cuya presencia había despertado su curiosidad desde el momento en que la vio.
Ras, sin titubear, compartió la dolorosa verdad. —"La encontramos en su tienda de la casa de mi hermano Dragos. Elda intentó quitarse la vida cortándose las venas. La traje a Rusia para ayudarla a superar este oscuro capítulo en su vida".
La revelación resonó en la habitación, dejando un silencio pesado. Eleonora, sorprendida por la conexión entre las historias de su madre y Elda, asimilaba la realidad de lo que estaba ocurriendo. Vladimir, por su parte, observaba con una expresión seria, reconociendo la gravedad de la situación.
—"Ras, ¿crees que podemos ayudarla a superar esto?", preguntó Eleonora, buscando una respuesta esperanzadora en medio de la oscuridad que envolvía a Elda.
Ras, intentando asumir toda la responsabilidad, respondió a Eleonora: —"No vine a su casa para que fuera responsabilidad de ustedes o ser una carga ayudar a Elda, pero..."
Antes de que pudiera continuar, Aleksander intervino con determinación: —"Ras, eres parte de nuestra familia. Y si una de nuestros hermanos necesita ayuda, es nuestra responsabilidad brindársela. Estaremos aquí para Elda, para ti, como lo estaríamos para cualquier otro miembro de la familia".
Eleonora asintió con firmeza, agregando: —"Ras, te consideramos uno de los nuestros. No estás solo en esto. Haremos lo que sea necesario para asegurarnos de que Elda reciba la ayuda que necesita".
—"Entonces, lo mejor será que ambos se queden aquí en la mansión", declaró Aleksander. —"Tendremos a los mejores especialistas cuidando de Elda, y entre todos garantizaremos su bienestar".
Ras, aunque inicialmente renuente a aceptar la ayuda, comprendió que están bien recibir ayuda a diferencia de el solo. Asintió finalmente, agradecido por el respaldo que recibía en ese momento crítico.
Todos salieron de la habitación, dejando a Elda bajo de la enfermera. Se dirigieron a la sala de estar, donde la atmósfera pesada del momento exigía una bebida reconfortante. Optaron por un clásico ruso: el vodka. Sacaron una botella de vodka premium, acompañada de pequeños platillos de caviar y pepinillos encurtidos.
Mientras servían las bebidas, Ras, Aleksander, y Vladimir comenzaron a discutir sobre asuntos de negocios. La conversación se volvió un delicado equilibrio entre la rutina de la mafia rusa y la vida "normal" que Vladimir intentaba mantener fuera de esos oscuros caminos.
Vladimir, con su trabajo aparentemente estable fuera de la mafia, compartía información sobre sus proyectos y compromisos. La sala, iluminada por la luz tenue, se llenó de una mezcla de complicidad y cautela, pues cada palabra pronunciada en esos momentos podía tener consecuencias más allá de la mansión Tarásov.
Ras, conocedor de los riesgos y las dobles vidas que a menudo se tejían en la mafia, guiaba la conversación con habilidad. Aunque los negocios eran el motivo principal de su reunión, la sombra de la preocupación por Elda flotaba en el aire, recordándoles a todos la fragilidad de las conexiones en ese mundo peligroso.
Mientras Eleonora se retiraba para visitar a Elda, la conversación en la sala de estar se centró en la doble vida de Vladimir. Con cautela, Vladimir compartió que tenía un trabajo como ingeniero de software en una empresa de tecnología, un ámbito en el que la informática y la programación eran altamente valoradas en la Rusia contemporánea.
Ras, con una expresión de interés, preguntó más detalles sobre el trabajo de Vladimir. Este reveló que estaba involucrado en proyectos de ciberseguridad, un campo en constante crecimiento en Rusia debido a la creciente amenaza de ataques informáticos tanto nacionales como internacionales.
El contraste entre el mundo del crimen organizado y el de la tecnología resultaba intrigante para Ras. Mientras la mafia rusa manejaba sus propias transacciones clandestinas, la habilidad de Vladimir para navegar en la esfera de la ciberseguridad ofrecía una perspectiva única y valiosa.
La sala de estar, iluminada por la luz tenue de las lámparas y el brillo de las bebidas, se convirtió en el escenario donde los secretos se compartían con cautela. Mientras tanto, Eleonora, en la habitación de Elda, se encontraba en silenciosa contemplación, esperando que la joven despertara y encontrara consuelo en medio de la tormenta emocional que la envolvía.
En medio de la madrugada, Elda despertó en su habitación, desorientada, triste y preocupada, notando la presencia de un hombre sentado en un elegante sillón. La figura, apenas visible en la penumbra, habló con calma, asegurándole a Elda que no tenía que preocuparse, que él estaba allí para protegerla y ayudarla.
Elda, confundida y aún entre los velos del sueño, trató de entender quién era ese hombre. Al intentar levantarse en la cama, el misterioso visitante se puso de pie con gracia y se acercó para ayudarla.
—"Tranquila, no te hagas daño", dijo el hombre, revelando su rostro a la luz de la luna. Era un completo desconocido para Elda, un hombre apuesto que, a pesar de la oscuridad, mostraba una tranquilizadora sonrisa.
—"No entiendo... ¿quién eres?" preguntó Elda, observándolo con cautela.
El hombre se presentó como Vladimir, explicando que él le había pedido a Ras le permitiera velar por su bienestar. Aunque para Elda el nombre no le resultaba familiar, la amabilidad en las palabras de Vladimir y su aparente interés por su seguridad comenzaron a desvanecer la tensión.
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Updated 49 Episodes
Comments
Lorena Larios
Elda ya encontraste a tu media naranja
2024-06-15
1
Maria Hernandez
ese es tu Romeo Elda
2024-02-02
2