Capítulo 13: Preludios

Jordan acababa de entrar en la antesala cuando Evan salió del apartamento. El tono gris oscuro y azul de su vestimenta le daba una apariencia relajada pero sofisticada; los anillos en sus dedos relucían, y Jordan se encontró a sí mismo reconociendo, una vez más, la capacidad de Evan para lucir cualquier prenda. Evan esbozaba una sonrisa ligera.

- Se acaban de ir los que vinieron a ayudarme -mencionó casualmente, con una expresión relajada y sin rastro de las habituales gafas que ocultaban sus ojos.

Mientras descendían en el ascensor, Jordan, movido por un impulso, rompió el silencio.

Tu nombre... ¿Es por Holden Caulfield?

Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Evan.

- Por supuesto que lo es. ¿Leíste el libro?

Jordan asintió, aunque ya conocía la respuesta debido a una búsqueda previa en internet.

- Sí, es increíble. Pero, ¿por qué elegiste ese nombre en particular?

- Porque leí el libro muy joven, y tenía que escoger un nombre artístico a los dieciséis. Era mucha presión, y bueno, me sentía identificado con Holden, claro, todos nos sentimos identificados con Holden a los dieciséis.

Una risa escapó de Jordan.

- ¿Entonces te arrepientes de esa elección?

- No, ya que –respondió Evan sacudiendo la cabeza-. Me lo he apropiado y, sinceramente, creo que suena genial.

- ¿Y por qué no usaste tu nombre real? Evan es un lindo nombre –indagó Jordan.

Evan le regaló una sonrisa que a Jordan le pareció la más dulce que había visto en su vida.

- Gracias, a mí me gusta mi nombre, pero en este medio es importante separar tu personaje público de tu identidad real. O sino, te va a absorber. Fue el consejo que recibí de alguien increíble, y lo agradezco. Me ayuda a mantener la cordura.

Al llegar al auto, encontraron a Sander y Basil esperándolos. Sander se asombró al verlos interactuar tan cordialmente, abrió la puerta para Evan y lanzó una mirada pícara a Jordan.

La fiesta era en una amplia y elegante residencia; Evan se mezcló con facilidad entre la multitud, encontrándose de nuevo con Danielle, y otras figuras que comenzaban a ser reconocibles para Jordan. Entre la conversación y la música, Sander se inclinó hacia Jordan, señalando discretamente a los asistentes.

Ella es actriz -murmuró, indicando a una mujer junto a Evan-. Y él es actor también, señaló a otro hombre- y esos de allí son modelos. Sé que puede ser un poco abrumador, pero empecé a investigar un poco después de la última vez.

Mientras la fiesta continuaba, Jordan observó a un joven alto y apuesto que se acercaba a Evan. Hubo una conexión instantánea, algo que parecía trascender la simple amistad. Durante gran parte de la noche, permanecieron juntos, conversando y riendo, hasta que, finalmente, Evan se excusó y se dirigió a una zona más privada de la casa con él.

Jordan no pudo evitar sentir una extraña mezcla de emociones: aquel chico parecía el complemento perfecto para Evan, el tipo de persona con la que, socialmente, se esperaría que estuviera. Pero esta idea despertó en Jordan una curiosidad que no pudo negar, una especie de interés incómodo que se colaba, inadvertido, en sus pensamientos.

Unos días más tarde, Jordan se encontró guiando a Evan a través de una multitud a la salida de un evento. Tenía puesta cuidadosamente su mano en la espalda de Evan, mientras su otro brazo se mantenía elevado. De repente, el ambiente cambió inadvertidamente cuando una voz, cargada de furia, cortó el aire. Jordan percibió el peligro antes de verlo, su cuerpo actuó instintivamente, y antes de darse cuenta, su mano encontró el brazo de un hombre, cuya intención era clara en su trayectoria hacia Evan. Con un movimiento fluido y decidido detuvo la amenaza, torciendo el brazo del atacante, quien colapsó al suelo bajo la fuerza de la maniobra.

El caos siguió, las voces se elevaron en un crescendo de confusión y miedo. La adrenalina inundó a Jordan mientras él y Basil, conducían a Evan fuera del tumulto ágilmente y hacia la seguridad del auto. Los gritos del hombre aún resonaban tras ellos; vociferaba y lanzaba acusaciones contra Evan, señalándolo de hipócrita, hablando de mentiras y decepciones; exigiendo una honestidad y transparencia que, desde su perspectiva, Evan les debía a sus seguidores. El murmullo de la multitud, entre asombrada y horrorizada, llenaba el espacio que dejaban atrás.

Una vez dentro del auto, la atmósfera era densa. La máscara de indignación y enojo que cubría el rostro de Evan, no lograba disfrazar del todo el miedo y la vulnerabilidad.

- Algunas personas están jodidamente locas, maldita sea –su voz cargada de frustración y rabia.

A su lado, Jordan no pudo evitar sentirse igualmente afectado. Pensaba en lo expuesto que estaba Evan, no solo como figura pública, sino como persona, sujeto a la mirada y al juicio constantes. Lo dominaba una inesperada indignación en nombre de Evan. No era solo la invasión del espacio personal lo que lo irritaba, sino la expectativa irrazonable de algunas personas de que Evan les debía cada detalle de su vida. Aunque su papel era protegerlo físicamente, en ese momento, Jordan sentía un impulso más profundo de defender no solo la seguridad de Evan, sino también su derecho a la privacidad, ese por el que parecía pelear tanto.

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Comments

nanay

nanay

celos de tus ojos cuando miras a otra chica, tengo celos

2024-05-04

1

nanay

nanay

Jordan: ese debería ser yo XD

2024-05-04

1

nanay

nanay

ya besense plis

2024-05-04

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