Capítulo 3: Sombras tras el escenario

Esa mañana, Jordan llegó en taxi al edificio, subiendo hasta la antesala como le habían indicado. Esperó a Evan, contemplando distraídamente los detalles del lugar. Sander, uno de dos compañeros, bien parecido y con apariencia dura, se unió a él poco después, y ambos aguardaron en silencio hasta que Evan apareció, con su actitud firme y distante, oculto detrás de unas gafas de sol. Sin saludar, extendió la maleta hacia ellos. Jordan permaneció inmóvil mientras Sander se encargaba de la maleta.

Abajo, Basil los esperaba en el auto. Una vez todos a bordo, se dirigieron al lugar de ensayo de Evan.

Los guardaespaldas se instalaron afuera, y pronto inició una conversación casual. Sander preguntó sobre la distancia de sus casas, y Basil compartió que llevaba siete años con la empresa y cuatro trabajando directamente con Evan. Jordan concluyó internamente que él no podría soportar tanto tiempo.

La espera se prolongó hasta que Evan salió del estudio seguido de otras personas. Jordan notó, de nuevo, cómo el estado sudoroso de Evan le sentaba extrañamente bien, pero desvió la mirada esforzándose por no verlo demasiado. Dos jóvenes se acercaron a Evan, conversaron brevemente y luego se despidieron. Evan, sin cambiar su expresión, le pasó la maleta a Jordan con un gesto brusco, él la tomó, y todos se dirigieron juntos hacia el auto.

De vuelta en el apartamento de Evan, Jordan y Sander lo acompañaron hasta arriba. Jordan, siguiendo las instrucciones, dejó la maleta sobre la mesita junto a la puerta. Su vista recorrió fugazmente el amplio apartamento, reparando en la decoración sofisticada, pero no ostentosa. Evan, quitándose la banda del cabello y las gafas, repasó brevemente a Jordan con la mirada de arriba a abajo, y comentó con tono divertido:

- Ah, sí cabías por las puertas.

El comentario desconcertó a Jordan, quien se quedó mirándolo sin saber cómo reaccionar. Evan recuperó su semblante serio.

- Gracias –enunció, con una expresión que indicaba que era hora de marcharse.

Jordan salió sin decir palabra, seguido por Sander, quien se despidió con un "hasta mañana". Mientras se alejaban, escucharon el sonido de la puerta cerrándose con fuerza detrás de ellos.

- ¿Viste ese apartamento? -comentó Sander.

Jordan asintió, pero su mente permanecía enfocada en el comentario ambiguo de Evan. Creía que el tono había sido burlesco y, sin embargo, no estaba completamente seguro de su intención.

Ya en casa, Jordan puso el nombre de Evan en el buscador. Encontró fotos y artículos que cubrían su carrera y cambios de imagen a lo largo de los años. Reparó en su aspecto físico, el cabello que caía armoniosamente, sus ojos cafés claros que tenían un brillo natural, su piel dersa, su figura esbelta. Cada foto reflejaba esa vivacidad y luz que Evan emanaba, y sin lugar a dudas, su atractivo no podía pasar desapercibido.

Pero lo que más le llamó la atención fueron los múltiples artículos sobre "el regreso" de Evan y "el accidente". Leyó sobre el accidente automovilístico en el que Evan se vio involucrado, junto con tres amigas. Él y dos de las chicas sobrevivieron con heridas menores, pero Ania, la mejor amiga de Evan, y el conductor perdieron la vida. Jordan recordó haber oído sobre el suceso en las noticias, pero nunca había seguido de cerca el mundo del entretenimiento.

Profundizando en su búsqueda, encontró más información sobre la relación entre Ania y Evan. Rumores sobre un noviazgo y hasta un compromiso, aunque nada confirmado por ninguno de los dos. Los artículos también especulaban sobre la sexualidad de Evan, con conjeturas sobre su orientación y supuestas insinuaciones de que Ania era una fachada para ocultarla. A pesar de la insistencia de los medios, Evan siempre se negó a hablar de su vida privada, ganándose así la reputación de ser evasivo y hasta descortés.

Jordan se sumergió en los detalles del escándalo que siguió al accidente y la reacción de Evan. A pesar de sus propias heridas y el tiempo alejado de los reflectores, su retorno a la vida pública estuvo marcado por una actitud que muchos consideraron despreocupada e insensible. Su negativa a hablar del accidente y las respuestas mordaces a los periodistas avivaron la controversia. Incluso con su reciente regreso al trabajo, su comportamiento seguía siendo un tema polémico.

Jordan cerró la búsqueda y se recostó, pensativo. Meditó acerca de cómo un evento tan traumático afectaría a cualquiera, pero dada la personalidad de Evan, comprendió por qué su dolor se ponía en duda. Se quedó contemplando el techo, preguntándose qué tan profundo podría ser el sufrimiento de Evan y si, en algún nivel, los rumores sobre su aparente indiferencia tenían fundamento.

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