Capítulo 6: Luego la noche

A pesar de aún no haber recibido el entrenamiento necesario, Jordan condujo para llevarlos a una exclusiva tienda de ropa. Durante el camino, Evan se tomó el tiempo de aclarar que había decidido llamarlo a él, porque no deseaba perturbar la noche de Basil en casa, explicación que Jordan encontró totalmente innecesaria. “Claro, era una mejor alternativa perturbar mi noche”, pensó. Pero decidió permanecer en silencio nuevamente.

Al llegar a la tienda, fueron recibidos por una mujer mayor, que saludó a Evan con una familiaridad que Jordan no esperaba.

- Espero que tengas algo lo suficientemente bueno para que valga la pena haber venido a esta hora –expresó Evan sonriendo con una mirada de complicidad compartida.

La mujer los condujo al interior del recinto y empezó frente a Jordan una función que consistía en tres personas escogiendo y presentando ropa ante Evan, mientras él, con total concentración y seriedad, analizaba cada prenda y compartía sus opiniones con la mujer. Ian y Susan observaban con atención. El segundo acto radicaba en Evan probándose uno a uno los atuendos seleccionados, mientras Ian y Susan hacían comentarios que sonaban casi como académicos.

Jordan mantuvo una distancia prudente. Anonadado, vio como la ropa parecía cobrar vida cuando envolvía el cuerpo de Evan. Cada prenda se amoldaba a él, haciendo resaltar su figura; cada textura distinta solo conseguía relucir más los atributos del joven, cada nuevo color lograba hacerle lucir aún más hermoso que el anterior… Jordan sacudió la cabeza para dispersar sus pensamientos; concluyó que, simplemente, la ropa había sido diseñada meticulosamente para Evan, para conseguir que quien sea que le observara quedara embelesado por su belleza.

Estando de pie frente a dos grandes espejos, Evan miraba su reflejo cambiando una y otra vez de postura. Su rostro permanecia serio, y las personas a su alrededor se habían quedado en silencio. De repente, se escuchó la voz de Susan, quien, mencionando los detalles del conjunto exhibido en ese momento, se deslindó en halagos sobre lo bien que lucía esas prendas.

- Tampoco tienes que mentir –fue la respuesta fría y cortante de Evan, quien permaneció con la vista fija en el espejo y no se inmutó ni por un instante.

Esas palabras fueron suficientes para que Susan, con gesto de derrota, retomara su estado de silencio. Un pensamiento anterior volvió a aparecer en la mente de Jordan: “algo tan bello por fuera como horrible por dentro”.

Cuando Evan había terminado al fin las pruebas, el equipo de la tienda se dirigió a una habitación distinta. Ian y Susan fueron a aguardar junto a Jordan. Por su parte, Evan recorrió distraídamente el lugar hasta que terminó por situarse cerca del grupo. Mientras sus manos revoloteaban sutilmente repasando la textura de algunas prendas y manteniendo la vista fija en estas, lanzó una pregunta inadvertida:

- Tú eras el que trabajabas en clubes nocturnos, ¿no?

Al no obtener una respuesta rápida, llevó su mirada hasta el rostro de Jordan, quien le veía con una expresión confusa.

- Me enviaron sus currículos, obviamente.

- Ah… -Jordan titubeó un poco- sí, soy yo.

- ¿Y por qué renunciaste para venir aquí? Si es evidente que ese trabajo debía ser mucho más entretenido que esto.

El cuestionamiento tomó a Jordan con la guardia baja. No esperando que Evan demostrara algún interés en su vida, estuvo a punto de ofrecer una explicación sobre su previo despido, pero entonces recordó que, como parte de su mentira compartida con Ezequiel, habían decidido que omitirían ese detalle.

- Claro que lo era –dijo Jordan con voz segura-, pero en este pagaban mejor.

Un semblante de dolor cubrió el rostro de Evan. Inclinó la cabeza y retrajo ligeramente su postura. Pero solo le tomó dos segundos erguirse de nuevo y esbozar una leve sonrisa, acompañada de una risita.

- Ah, al menos eres honesto.

Evan habló en un tono que intentaba parecer despreocupado, pero que no logró convencer del todo a Jordan, quien le buscó el rostro con la mirada tratando de descifrar qué ocultaban esas palabras. En ese momento, el personal de la tienda regresó, y Evan se precipitó presurosamente hacia ellos. Una joven le entregó algunas bolsas, Evan las recibió y dudó un segundo antes de pasárselas a Ian. Con la misma familiaridad del saludo, Evan se despidió de la mujer; dio un agradecimiento general a quienes le atendieron y el grupo abandonó la tienda.

De regreso en el edificio, los tres determinaron acompañar a Evan hasta arriba, siendo que solo a Jordan le correspondía esa responsabilidad. La despedida fue breve, marcada únicamente por un "gracias" por parte de Evan, una palabra sencilla que, sin embargo, siguió resonando en la mente de Jordan.

El camino de regreso fue silencioso hasta que, escogiendo sus palabras con cuidado, Susan empezó a hablar.

- Oye, Jordan… -mantuvo la vista agachada- yo sé que no es mi asunto ni nada, pero creo que deberías… que no deberías hablarle de esa manera. Es decir, no querrás arriesgar tu trabajo.

Percatándose de que más que un reproche, la voz de Susan denotaba preocupación, Jordan respondió con un tono sereno.

- Ah eso... no tienes que preocuparte. Un trabajo no puede ir más allá de mis ideales. Yo simplemente, no puedo ser condescendiente ante actitudes groseras, independientemente de quien las manifieste.

- ¡Pero él no es grosero! –respondió levantando la vista hacia Jordan-, simplemente es… su forma de hablar es peculiar.

- Ya. ¿Llamarías peculiar a la manera en la que te contestó en la tienda?

Susan empezó a hablar, pero se detuvo. Meditó un momento buscando las palabras precisas para poder expresar su postura.

- Mira, sé que de entrada puede parecer así. Pero Evan es una persona con ciertas particularidades, tiene una personalidad fuerte, lo que hace que no ceda tan fácil ante como la gente piensa que debe actuar. Por eso se expresa así, es su forma de comunicarse.

- Existen normas básicas para dirigirte a otras personas con respeto. No se trata de lo que cada quien considere. Negarte a eso es ser caprichoso y deliberadamente desconsiderado. Si es esa su manera de comunicarse, yo tengo la mía para personas así.

Viendo que Jordan permanecía inquebrantable, Susan declinó en su intento de suavizar su percepción sobre Evan. Los tres se despidieron, pero cuando estaban a punto de separarse, como si acabara de percatarse, Susan agregó:

- Es curioso, si lo piensas, ustedes se parecen en eso. Cada uno permanece firme en sus convicciones, sin dejarse influenciar por la presión de los demás… Yo creo que van a llevarse muy bien –concluyó con una amplia sonrisa.

De regreso a su casa, Jordan hizo una parada para comprar comida, la conversación reciente seguía dando vueltas en su cabeza, al igual que, de forma menos consciente, las imágenes de Evan exhibiendo la ropa en la tienda.

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Comments

nanay

nanay

se que quieres, se te notaaaa

2024-05-02

1

Anonymous

Anonymous

Lo vuelvo a decir ✨ Neurodivergente ✨

2024-03-07

2

Anonymous

Anonymous

Amigo, déjame decirte que caiste pero ya durísimo

2024-03-07

1

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