Capítulo 15

Han pasado unos meses desde que regresé a Vancouver. Durante este tiempo, he compartido momentos con  mis padres, los chicos y, por supuesto, con mi hermano. Principalmente he estado con Maximilian, y puedo afirmar que estoy empezando a sentir algo por él. Aunque es bastante tímido en estas cuestiones. Para entender mejor su actitud, hablé con mis amigos, quienes revelaron que nunca ha tenido novia. Descubrí que la chica que le gustaba anteriormente lo humilló, lo que lo volvió más reservado. Mis amigos saben que me gusta, pero parece que él no lo ha notado.

A pesar de mis intentos de invitarlos a mi casa, aún no han venido debido a imprevistos. Esta vez nos encontrábamos en la casa de Aiden, una amplia residencia de dos pisos. Estábamos viendo una saga de películas de terror.

"Se acabaron las cosas de comer", anunció Aiden.

"Que vaya otro, porque yo no voy a ir", contestó Sam mirando la televisión. No tenía ganas de ir a la tienda, así que tampoco iré.

"Tranquilos, yo voy", dijo Maximilian, levantándose y saliendo. Han pasado 30 minutos, y ya estaba preocupada.

"Chicos, Maximilian está un poco demorado, ¿no creen?" pregunté nerviosa.

"Ella tiene razón, ¿será que le pasó algo?" dijo Omaira. En ese momento, vi a Maximilian entrar temblando de miedo.

"Honey, ¿paso algo? ¿Por qué vienes así?" pregunté preocupada. Revisé si tenía alguna herida, y al pasar la mano por sus costillas, se quejó. "¿Te robaron o te pegaron por gusto?" pregunté. Maximilian susurró que lo asaltaron. Los chicos trataron de tranquilizarlo mientras yo intentaba contener la rabia.

"Hades, ven aquí, te necesito", grité, y enseguida apareció. Omaira estaba preocupada. "¿Thalía, ¿qué vas a hacer?" preguntó.

"Hades, huele a Maxi y llévame hacia la persona que lo asaltó", le susurré, y él se acercó a olerlo antes de mirarme. "¿Lo tienes, amor? Entonces llévame hacia él", dije, y comenzó a caminar.

Me aseguré de que nadie oyera o viera lo que le pedí a Hades. Llegamos a unos callejones oscuros, donde confronté al agresor.

"Ya sé que estás ahí, sal ahora mismo. Quisiera hacerte una pregunta", dije golpeando los contenedores.

"¿Qué quieres, hermosura?" dijo coqueto. Qué asco.

"¿Fuiste tú el maldito que se atrevió a golpear y robar a mi conejito hace unos 20 minutos?" pregunté.

"Ese niño bonito con unas gafas enormes, ¿verdad?" preguntó, y yo asentí. "Pues sí".

"Te metiste con la persona equivocada, y eso no te lo perdono. Dame sus cosas", saqué un arma, él palideció y comenzó a entregar las pertenencias de Maxi. Luego lo golpeé, dejándolo inconsciente.

"Ayúdame, muchacho", dije, guardando el arma y pasando su brazo sobre mi hombro. Comencé a caminar arrastrándolo con Hades.

Al llegar a la casa, todos estaban nerviosos, especialmente Maxi, mi apodo de "conejito" le quedaba perfecto. Parecían no haber notado mi ausencia.Carraspeé, y cuando se giraron para verme, sus ojos se abrieron de par en par.

"Honey, te entrego tus pertenencias", se las pasé a Maxi. "Hay dinero de más, pero no te preocupes, todo es tuyo", murmuré. "Él no despertará en al menos 2 horas. Llamen a la estación, pidan hablar con el oficial Sebastián y explíquele lo que pasó. Él enviará a alguien a buscarlo. Llevaré a Maxi a su casa", indiqué, y los chicos asintieron.

Salimos y caminamos hacia el jeep. Abrí la puerta trasera para que Hades subiera. Di la vuelta al auto y entré. Cuando estuvimos dentro, todo quedó en silencio. Volteé a ver a Maxi y noté que estaba enojado, aunque no sabía exactamente por qué. Comenzó a hablar cuando estábamos a dos cuadras de su casa.

"¿Por qué hiciste eso?", preguntó de repente. Paré el auto y me giré para verlo.

"Nadie se mete con mis amigos, y mucho menos contigo, Honey", dije, mirándolo seriamente.

"Pero, ¿en qué estabas pensando? Podría haberte hecho daño a ti también, o algo peor. ¿Sabes cómo me sentiría si te hubiera sucedido algo? ¿Si te hubieran hecho algo por mi culpa?", estaba empezando a irritarme. Las ganas de callarlo eran grandes.

"Pero no, a la señorita", lo interrumpí, agarrándolo del cuello para besarlo. Sí, señores, me atreví a besarlos. Lo hice con todas las ganas que tenía. Se vio sorprendido por lo que hice, pero después de unos segundos me respondió. Al principio, torpemente, pero luego le tomó el ritmo. Oh, dios, para ser inexperto en estas cosas, besa increíble. Nos separamos por falta de aire. Comenzó a besar mi cuello, comenzó a meter sus manos por mi blusa, solté un gemido por cómo me besaba y tocaba, pero tenía que detenerlo, o íbamos a terminar haciendo algo más.

De repente, el ladrido de hades nos interrumpió y abrí los ojos. Me encontré con su cara sonrojada y excitada, trato de esconder su rostro en mi cuello.

"Honey, esta faceta tuya no la conocía, me encanta, pero en el momento que empezaste a seguir el beso, eres mío al igual que soy tuya", le susurré al oído, y sentí cómo se tensaba.

Me separé de él y comencé a conducir lo que faltaba para llegar a su casa. Su mano estaba en mi pierna, temblaba por los nervios. Al bajar, lo jalé y lo besé nuevamente, esta vez con más calma. Nos separamos y le sonreí. Bajó todo sonrojado del auto, con una gran sonrisa, comencé a conducir hacia mi casa.

Maximilian todavía estaba procesando lo que acababa de suceder. A pesar del asalto, este día se había convertido en el mejor de su vida. Observó cómo Thalía se alejaba

rápidamente en su auto. Al llegar a casa, se encontró con sus padres y su hermanita de 11 años en la sala.

"¿Cariño, y eso que llegaste temprano?" preguntó su madre, Natalia, en cuanto lo vio.

"Me asaltaron, así que alguien me trajo", respondió, pero su mente seguía enfocada en el beso.

"Hijo, ¿acaso te gustó el ladrón? Vienes bien rojo, pareces un tomate", bromeó su papá, Gabriel. Sí, así eran sus padres.

"Claro que no, papá. Es que la chica que me gusta fue a buscar a la persona que me robó. Lo golpeó y me devolvió mis cosas. Creo que incluso me dio más dinero del que robaron", compartió, aún incrédulo.

"Eso quiere decir que tengo cuñada", exclamó Camila, su hermanita.

"Sí, no bueno, quiero decir que no sé", expresó, sentándose en el sofá.

"¿Por qué dices eso?" preguntó papá.

"Cuando estábamos discutiendo, ella me interrumpió besándome. Luego dijo que era suyo desde que le respondí el beso y que ella también era mía, aunque no me quejo", contó sin entender del todo, y susurró lo último.

"Ella lo que hizo fue marcar territorio de una vez", comentó mamá sonriendo. "Te estaba advirtiendo de que no puedes salir con nadie más porque ya eres su pareja", añadió con una sonrisa.

"¿Eso quiere decir que somos novios?", preguntó tratando de entender.

"Exacto, pero tienes que formalizarlo todo pidiéndoselo tú mismo. No solo esperes que ella lo haga. Deja tu timidez a un lado, hijo, y sé feliz", aconsejó su mamá. Asintió, listo para dar ese paso.

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Comments

Amai Encinas Rojas

Amai Encinas Rojas

Ahhhh!!! (gritito de emoción)
AMOOOO!!!! ❤️❤️❤️❤️

2024-05-06

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