capitulo 7

¡Dios mío, ustedes son mi salvación! – exclamé emocionada, aplaudiendo –. Mis padres solían administrar una de mis tiendas de tecnología, y aunque ahora la empresa está en otro lugar, los productos siguen llegando aquí expliqué, notando que todos me prestaban atención –. Espero que en serio acepten mi oferta. Lorena podría empezar después de dar a luz, y Martín se encargaría de la administración. Serían los encargados, tendrían que ir todos los días, pero no tendrían que hacer mucho. La tienda ya tiene sus empleados, ustedes serían los subgerentes después de mí, y si algo sucede, me tendrían que informar de todo, además de enviar un informe mensual – me senté erguida.

- ¿En serio? – preguntó Martín sorprendido.

- Sí, y como encargado, tendrías un muy buen sueldo – dije –. Podrías dejar de ser taxista y mejorar tu estilo de vida antes de que nazca el pequeño – señalé la notable panza de Lorena.

- Aceptamos – dijo Lorena sin rodeos y yo solo pude sonreír.

- Claro – les di la dirección de la tienda –. Mañana pueden pasar a firmar el contrato – garanticé.

Ellos asintieron y en ese momento las puertas se abrieron y entró Damián como si nada. ¡Dios mío, este chico no aprende modales!

- Les presento a mi hermano menor, que parece que no tiene modales – dije cuando se sentó –. Damián, ellos son Martín, su esposa Lorena y su pequeña Anahí – los presenté.

- Mucho gusto y disculpen por no saludar al entrar – dijo sonriendo.

Ellos lo saludaron y Damián entonces me miró y puso su sonrisa de ángel.

- Damián Alejandro Miller Adams, ¿Qué hiciste? – achiné los ojos.

- Nada – sonrió inocente.

- Alejandro – mi voz salió demandante –, te conozco como la palma de mi mano, dime qué hiciste – demandé.

- Puede que haya entrado a la cocina y Tomás me haya sacado, dándome con el cucharón – se río.

- Ya veo – dije –. De seguro pediste algo y estabas atacándolo para que terminara rápido – él asintió.

En ese momento entró Liana con nuestras órdenes y una hamburguesa para Damián, puso todo en la mesa y cuando se iba a ir se devolvió.

- Casi se me olvida, jefa, antes de irse pase por la oficina. El arquitecto dejó los planos para el nuevo restaurante, y los de la nueva empresa de biotecnología necesitan que les dé su aprobación. También tiene que pasar por los hoteles y la empresa de tecnología para hablar sobre las modificaciones que quiere hacer – asentí.

- ¿Sabes? No entiendo por qué sigues trabajando aquí si eres mi asistente – la miré.

- Sabes que no vives en esta parte del país, me aburro sin nada que hacer, además puedo restregarles a mis amigos en la cara que trabajo en el mejor restaurante y conozco a celebridades casi siempre – agregó.

- Está bien, puedes seguir con tu trabajo – respondí.

- Claro, jefa – se retiró de la sala.

Comenzamos a comer entre risas y todo, al parecer mi hermano y Dulce se hicieron amigos. Terminamos de comer.

- Dulce, estoy considerando llevar a Damián y a su mejor amigo al parque de diversiones para que disfruten un rato antes de irnos. Además, pensé en invitarte. ¿Te gustaría unirte? –ella asintió emocionada– Perfecto. Ahora, pasemos al postre. ¿Cuáles son sus preferencias? –pregunté a todos.

- Yo quiero un helado de chocolate con chispas de colores, galletas de chocolate blanco y mermelada de cereza –dijo Damián, dando aplausos.

- Mi bebé quiere pastel de chocolate con relleno de mango y glaseado de piña –Lorena miró su panza mientras la acariciaba y yo solo reí.

- Yo optaré por el pastel de manzana –habló Manuel.

- Y yo, helado de fresas con chispas de fresas, galletas de chocolate y mermelada de vainilla –Anahí sonrió tímidamente.

- A mí, por favor, un postre de Pavlova –le indiqué a Liana.

Ella tomó la orden y se retiró. Después de unos minutos, los postres llegaron, y mientras disfrutábamos de ellos, compartimos anécdotas graciosas. Al cabo de unas horas, cada uno se despidió para dirigirse a su hogar, dejando establecida la hora y el día en que nos encontraríamos en el parque de diversiones.

El plazo de la semana había llegado a su fin. Era hora de regresar. Al ser sábado, debía reportarme en la unidad militar. Nos encontrábamos en el aeropuerto, esperando el llamado para abordar nuestro vuelo. Durante este tiempo, reflexioné sobre todo lo acontecido en la semana.

El accidente de mis padres los dejó en coma, reencontré a mi hermano, conocí a Martin y su esposa, brindé ayuda a la pequeña princesa, volví a encontrarme con mi tía Diana y a Daniel. Hubiera deseado volver a ver a mi mejor amiga, pero su viaje impidió el encuentro. A pesar de ello, me alegra saber que su vida social ha mejorado y que ya no soy su única amiga. Aunque estuve tentada a pedirle que regresara, decidí no hacerlo, reconociendo que ella también merece un respiro de sus asuntos. Mi tía me informó que se encontraban de viaje para acompañar a una amiga que recientemente perdió a su abuelita, razón por la cual no asistieron a la universidad. Dejé una carta y un pequeño obsequio para ella.

- Por favor, abrochen sus cinturones. Estamos a punto de aterrizar –anunció el capitán del avión.

Salí de mis pensamientos y aseguré el cinturón de mi hermano, quien dormía plácidamente. Todo cambiará con la presencia de Damián en Toronto, y deberé adaptarme a esta nueva realidad sin vivir en la base militar.

...----------------...

Omaira regresó a su hogar después de pasar dos semanas en la casa de playa con sus amigos. La sensación de que debería haber venido antes la persiguió desde su llegada. Mientras deshacía su maleta en el cuarto, un toque en la puerta interrumpió sus pensamientos.

"Cariño, tengo algo que decirte", anunció su madre al entrar.

"Claro, mamá, ¿Qué pasa?" Omaira se sentó en la cama, intrigada.

"Sucedió mucho mientras estabas de viaje", compartió su madre, sentándose a su lado. "Los padres de Thalía tuvieron un accidente", reveló un nombre que Omaira no había escuchado en mucho tiempo.

"¿Cómo están?" preguntó con preocupación.

"Están en coma", respondió su madre.

"¿Quieres que Damián se quede a vivir con nosotros ya que eres su tía?" Omaira respondió, comprendiendo la situación.

"No, él se fue con Dania", reveló de repente.

"¿Qué? ¿Lía estuvo aquí? ¿Mamá, por qué no me avisaste?" Omaira empezó a sentirse alterada.

"Ella estuvo en su casa una semana, vino buscándote, pero le dije que estabas con unos amigos", explicó su madre.

"¿Por qué no me llamaste? Pude haber venido, mis amigos lo hubieran entendido", expresó, visiblemente alterada.

"Omaira, Dania me dijo que te dejara disfrutar y que volvería cuando sus padres despierten. También te dejó esto", le entregó una pequeña caja antes de retirarse.

Omaira se quedó mirándola, sintiendo una mezcla de emociones. Se fue por dos semanas, y su mejor amiga, a quien esperaba ver durante más de cuatro años, vino por una semana, pero no la encontró.

Abrió la caja y encontró una carta con las palabras "Hello Demonia" en la parte frontal. Con manos temblorosas, procedió a abrirla.

Querida [Demonio blanco],

Han pasado demasiados días sin poder verte ni hablarte, y siento la falta que me has hecho. Comprendo que puedas estar molesta porque no te llamé para avisarte sobre mi visita, pero la verdad es que ni yo mismo sabía que vendría. Mi superior solo me informó sobre el accidente de mis padres, me concedieron una semana y mi vuelo salía en cuestión de horas. Al llegar, mi primera parada fue tu casa con la esperanza de encontrarme contigo y abrazarte de nuevo. Sin embargo, tía Diana me informó que te encontrabas de viaje, noticia que me

alegró profundamente. Pensé en llamarte, pero luego reflexioné sobre tu merecido tiempo de diversión y decidí no interferir. Todos merecemos disfrutar, ¿verdad? Quiero contarte que durante mi estadía aquí, he conocido a personas increíbles que se han convertido en amigos. Aunque siempre serás mi mejor amiga, me encantaría que los conocieras algún día. Me desvié un poco del motivo principal de esta carta, pero en estos momentos me río mientras escribo. ¡Pitufa Dos espero que haigas crecido!

Ahora, cambiando de tema, sé que tu cumpleaños se acerca y me encantaría estar contigo, aunque dudo que me den permiso. Por lo tanto, decidí adelantarme y prepararte unos regalos. Sabes cuánto te gusta disfrutar en restaurantes, así que dejé una reserva para ti en "Estrella de los Miller" para tu cumpleaños. Puedes ir con tus amigos, tía Diana y Daniel, quien, dicho sea de paso, se está convirtiendo en todo un galán. No te preocupes por el pago; ya está todo cubierto, así que solo disfruta. Cuando llegues, dirígete a recepción, pregunta por Liliana y dile que tienes una reserva a nombre de Thalía Miller Adams. Recuerda, solo disfruta y no te preocupes demasiado, especialmente cuando se trata de comer. ¡Come como si no hubiera un mañana!

"Demonio", si tus gustos no han cambiado, sé que amarás lo que he preparado para ti en toda la ciudad. La primera pista para descubrirlo está en el lugar donde guardamos nuestros secretos. Espero verte pronto.

Con cariño,

[Demonio negro]

Al concluir la lectura de la carta, una sonrisa se dibujó en su rostro. No solo recordaba su cumpleaños, sino que también le había obsequiado una reservación completamente pagada en el mejor restaurante. La peculiaridad de que el establecimiento llevara su apellido le llamó la atención, pero decidió dejar esa incógnita a un lado y continuar explorando la pequeña caja.

Entre los elementos cuidadosamente dispuestos, descubrió unos anillos de exquisito diseño y una cadena con un diminuto dije en forma de demonio. Junto a estos, una nota sugería que el anillo debía ser entregado al hombre que le hiciera feliz y supiera apreciarla. En ese instante, se enamoró de estos detalles que revelaban

la consideración y la atención meticulosa de su amiga.

Con entusiasmo, se colocó su anillo, apreciando el brillo de la joya en su mano. El segundo anillo, lo integró con delicadeza a la cadena de oro que ya llevaba puesta, mientras resguardaba con cuidado la cadena en su lugar habitual. Cada pieza se convirtió en un símbolo tangible de la conexión especial que compartían, añadiendo un toque único y significativo a su día.

El gesto no solo resaltó la generosidad de su amiga, sino que también dejó entrever una reflexión profunda sobre el valor de la felicidad y el aprecio en las relaciones. La atención a los detalles y la elección cuidadosa de los regalos revelaban el deseo genuino de hacerla sentir especial y querida.

Así, con la joya brillando en su mano y la cadena de oro adornada con el significativo anillo, se sumió en un cálido sentimiento de gratitud. La carta y los regalos, más allá de su valor material, se erigieron como un testimonio de la conexión única que compartían, dejando en su corazón una sensación reconfortante y una

sonrisa que perduraría.

......Omaira......

...Daniel ...

...DIANA...

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Eret Lopez

Eret Lopez

Diana se VE que tiene FORTALEZA Y COMPROMISO con la GENTE

2024-05-21

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