El caos de la avenida: Conclusiones

Maritza respira agitada, siente mucho dolor, mientras observa como, las sombras de Roky, la persiguen con una mirada aterradora, expresando la intención de acabar con su vida…

La bruja cierra los ojos, se transporta a un recuerdo, a uno de esos recuerdos que parecían olvidados, que aparecen cuando más se necesitan…

  -¡Maritza, la prodigiosa!, así me conocerán-, exclama la bruja con apenas diez años. 

 -¿Prodigiosa?-, interroga Sophie, su hermana mayor, mientras peina su cabello.

-así es-, responde segura, y sigue -mi poder es incomparable, jamás fue visto, soy el pináculo de nuestra familia-, se baja de la cama donde estaba sentada y concluye -mi poder será admirado y respetado, con él, salvaré el mundo, y a las personas que lo habitan… no voy a fallar…-.

Sophie sonríe, se pone de pie y contesta -sé que serás la más fuerte de nosotras, que tu luz nos guiará a la salvación-, acaricia su rostro, gesta una mueca y acota -pero… ¿Cuántos cuerpos yacerán frente a ti para que puedas alcanzar ese poder del que hablas?-.

La niña se queda muda, pensando, analiza sus palabras, observa sus manos, sus pequeñas manos, las acaricia, luego cierra los ojos, aprieta el párpado tanto como puede, y los vuelve a abrir, encuentra sus manos viejas, cansadas, llenas de sangre, alza la vista y admira el desastre que luce la avenida y allí, a unos metros observa a Roky tirado en el suelo, atravesado con una daga, y de frente a ella, Melina, se acerca para abrazarla y hacerla sentir mejor, acto seguido, la bruja abre un portal y ambas desaparecen de la escena.

 Quimey, tirada en el suelo, lucha por su vida, la fuente de energía del talismán, ayuda a curar las heridas.

Celeste se encuentra en un sueño de recuerdos, viaja por los escondrijos de su memoria y encuentra lugares donde fue feliz… permanece allí.

Lily, sentada en los escombros, observa la mitad de su pierna, piensa, analiza su situación, intenta comprender, pues entiende, que nada será igual a partir de ese día.

Roky, arrodillado, acaricia el filo de la daga que lo atraviesa, piensa por qué razón no está muerto, intenta encontrar una relación en lo sucedido.

Verónica, junto a Quimey, llama a sus contactos, tiene que encontrar un lugar donde llevar a los Guardianes. 

      Dos días después…

 Celeste se sienta junto a una mesa, toma una taza de té, bebe un sorbo, no quita la mirada de la herida de Lily, luce unos ojos tristes, casi confundidos, se siente un tanto culpable, pues está segura de que fue concebida para guiar a su equipo a la victoria, no se puede dar el lujo de perder. -les fallé…-, exclama. 

 Lily la observa, la encuentra entristecida, y contesta -nadie le falló a nadie… fuimos sorprendidos, nos atacaron por sorpresa-. 

 -no cargues con algo que no te pertenece, Celeste-, exclama Verónica a su lado, y concluye -enfrentaron a seres muy poderosos-. 

 Un enfermero sale de una de las habitaciones, limpia sus manos con una toalla, y encara hacia Verónica.

-Julián, ¿Cómo siguen?-, interroga ella, mientras se pone de pie.

-Quimey está mucho mejor, la herida ya casi está cerrada, gracias al poder del talismán-, toma un trago de té y sigue -y las heridas del rayo en el cuerpo de Roky suturaron con el mismo calor del impacto, a la reconstrucción de tejido se la dejamos a los nanobots-, levanta su pulgar a Lily y sigue -en cuánto a la herida que le produjo la daga, no hay de que preocuparse, por alguna razón, la atacante, esquivo todos los órganos, y solo atino a rozar algunos nervios para invalidar sus extremidades…-, se queda pensando y concluye -algo así como si lo hubiera querido incapacitar por un momento, más que matarlo-. 

-¿Por qué haría eso?-, pregunta Lily.

-estoy segura de que quería verlo sufrir-, acota Celeste y sigue -es una de ellas, solo una bruja más… debimos haberla matado cuando tuvimos la oportunidad-.

-no es así-, exclama Roky saliendo de la habitación, se ayuda de la pared y decoración para acercarse mientras dice -ella no quería hacerme daño, sé que no lo haría-. 

Julián se apura a ayudarlo, mientras le repite que debe descansar.  

-¿entonces?-, exclama Celeste y sigue -¿Qué intentaba hacer si no era hacerte daño?-.

Roky se sienta junto a ella, al parecer no sufre dolor agudo, entonces piensa por un instante y contesta -no lo sé… pero tengo el presentimiento de que está en peligro…-.

Un ringtone comienza a sonar…

...

Suena de nuevo…

-están llamando a un celular-, exclama Lily.

Verónica se levanta mientras dice -es el de Quimey, lo tenía en el bolsillo cuando la trajeron-, camina hacia una repisa de madera y toma el celular, lo mira, y su rostro cambia totalmente, se torna sería, gira la cabeza mirando a los Guardianes, les muestra el celular en llamada y exclama -es Melina-. 

...-es... Melina...-.

Todos enmudecen…

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