Entrenamiento

Quimey se para de frente a un muñeco de trapo, a una distancia considerable, alza sus manos, como apuntando a la cabeza de él, abre los dedos enseñando las palmas, respira profundo, lo hace muy tranquila, luego murmura -agua…-, de repente, del extremo de sus manos, se comienza a formar una esfera de agua, igual a las que pudo hacer en el edificio, y la expulsa a una velocidad descomunal, pero la presión que ejerce sobre ella la empuja hacia atrás y hace que falle al blanco. 

Lily, a su lado, la levanta contenta, mientras dice -excelente Quimey, ya dominas la formación de agua, es fantástica-.

Ella se limpia la ropa y acota -pero no logro darle-. 

Ambas observan alrededor del muñeco y aprecian decenas de marcas de los impactos de agua, que ejecutó Quimey, sin poder darle. 

-ya vas a poder, amiga-, contesta Lily, palmea su hombro y entra a la casa por un refresco.

Abren la puerta de entrada e ingresa Celeste. Todos se sorprenden, pues hacía varios días, que había desaparecido.

-Celeste, ¿dónde estuviste?, ¿estás bien?-, pregunta Lily.

Ella no contesta, se la ve nerviosa, cansada, sus ojos hinchados, la falta de sueño la tiene a mal traer, entonces pregunta -¿dónde está Quimey?-.

-está entrenando al fondo-, contesta Roky.

-perfecto-, exclama Celeste y sale afuera. Pasa junto a Quimey, camina hasta la ubicación del muñeco, se da media vuelta, y la enfrenta. -Voy a correr hacia ti en mi forma normal, te aconsejo que me ataques con todo lo que tengas, porque voy a llegar a tu posición y no voy a tener piedad-, le grita.

Todos los demás salen y se paran en la puerta, observan a ambas enfrentarse. 

Quimey respira rápido, como agitada, no puede conseguir la concentración que necesita para desplegar su técnica.

-¡vamos!-, insiste Celeste.

Quimey levanta sus manos, ambas tiemblan, así como tiemblan sus piernas, estira sus brazos, intenta concentrarse, pero no puede evitar ver cómo, su compañera en el otro extremo, se prepara para atacar. 

Celeste comienza a correr hacia ella, lo hace muy rápido, como si no tocará el suelo. 

Quimey intenta formar agua entre sus manos, pero no lo consigue, acto seguido, Celeste le asesta un fuerte puñetazo en la cara, que la tira contra el suelo.

Lily se lleva la mano a la boca, Roky se lo nota preocupado, su tía, se nota esperanzada de que se levante...

Quimey se levanta, en su cara tiene la marca del golpe, duele mucho, tanto que sus ojos generan lágrimas involuntarias, aun así, se yergue en la misma posición, y vuelve a levantar los brazos. 

Celeste, ocupa el mismo lugar, y le dice -vamos Quimey, voy a pegarte aún más fuerte, es mejor que te defiendas-, y vuelve a correr.

Quimey, entre miedo y dolor, comienza a formar agua, lo hace como las primeras veces, cuando solo había un muñeco de frente a ella, pero al parecer la esfera no es igual de grande y consistente, aun así sabe que debe dispararla, pues de lo contrario, recibiría otro puñetazo. Suelta el proyectil, el cual sale velozmente expulsado hacia el avanzar de Celeste, pero esta, con el revés de su mano, cambia la dirección del mismo, y llega a la posición de Quimey, a quien la sorprende y golpea el centro de su cara con el codo.

Quimey grita, se cae hacia atrás, como derrotada, lleva sus manos a la cara, siente mucho dolor, pierde sangre. 

Los espectadores se preocupan, entienden que Celeste le está haciendo mucho daño a Quimey, pero ninguno se anima a interrumpir.

Celeste vuelve junto al muñeco y le grita -!Levántate Sangre Dracónica!, heredera del talismán!, levántate y pelea!-, se la nota muy agitada, como extasiada. 

Quimey mira al cielo, sus ojos se ensucian de sangre, sus manos también están manchadas, no parpadea, se siente confundida, intenta entender la situación, pero el dolor la domina, la envuelve en una atmósfera de odio, de enojo, entonces comienza a levantarse, dispuesta a dejar todo en la concentración de su ataque.

Celeste se prepara una vez más. 

Quimey la observa acercarse, sus ojos se vuelven fuego, escupen la furia que siente al recibir tal paliza, entonces vuelve a levantar los brazos, apunta a su atacante, cierra los ojos, respira profundo, lo hace tan suave como una briza, luego la observa y comienza a materializar el agua, lo hace con mucho más volumen que antes, era el proyectil más grande que había creado, entonces, cuando supo que era el momento, lo lanza contra ella. 

Celeste se sorprende al ver el tamaño de la esfera y atina a cubrirse con ambos brazos. El agua, con el poder de un huracán, la golpea y la enviaste contra la pared de atrás de la casa, rompiendo la misma, haciéndola atravesar hasta la casa del vecino. 

Lily corre a auxiliarla, tras ella la sigue Roky. 

Celeste se pone de pie, su cabeza sangra, y tiene un brazo roto. Camina hacia Quimey.

Melina va hacia ella, estira los brazos, mientras dice -no te muevas, voy a curar tus heridas-.

Celeste la mira en furia, pasa junto a ella, y camina hacia Quimey, la enfrenta y le dice -sos la más fuerte de nosotros, tu energía es ilimitada, pero no vas a poder controlar el poder divino del talismán si no encuentras un propósito real para hacerlo-, palmea su hombro, como aprobando su trabajo, y sigue. Al entrar a la casa exclama -Melina, cura las heridas de Quimey-, y se aleja a un cuarto a descansar. 

Quimey queda sin palabras, confundida, admira el valor de Celeste, siente su fuerza, pero aún teme decepcionarla.

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