9 El edificio: Desprecio

Landrie arremete desesperada. 

Quimey solo atina a verla pasar frente a ella. 

Roky se repone y corre junto a Quimey. 

La bruja llega hasta Melina, la toma del antebrazo, lo hace con fuerza, como no importando el daño hecho.

Acto seguido… La magia.

Lily llega a la escena, se encuentra con Quimey y Roky, se para junto a ellos y observa... observa como Landrie consume a Melina. 

Esta última se vuelve completamente verde, su cuerpo se ilumina y comienza a transmitir su poder de curación al cuerpo de Landrie. La bruja alza la cabeza, sonríe al techo, mientras la carne, comida por el ácido, se va regenerando. Sus heridas sanan, el llanto frena, ya no siente dolores, la fuerza la recorre nuevamente, mientras tanto, Melina, se desgasta hasta los huesos, la vitalidad de su alma se apaga, entonces, se deja caer inerte, como si fuese un envase vacío, aun así, respira.

Landrie se agacha hacia ella, besa su frente y le dice -gracias por darme otra vida, ahora descansa-. 

Los Guardianes, junto con Quimey, observan asombrados, casi sin palabras. 

 Landrie se repone, los enfrenta, abre sus brazos, gesta una enorme sonrisa y dice -ahora van a probar todo mi poder-, entonces comienza una transformación demoníaca, como si las venas se escaparan de su cuerpo, sus ojos se vuelven rojo intenso, casi escupen fuego, se presume una gran cantidad de poder escapando de sus poros. 

-Quimey-, dice Lily.

Ella se gira, la mira, y recibe la parte del talismán.

-esto te va a servir, le arreglé la cadena, ponételo y usalo-, exclama la Guardiana.

Quimey lo mira, brilla como el sol, entonces se lo coloca en el cuello. Inmediatamente, el talismán se pega a su piel, como un imán, ella siente mucha energía corriendo por su cuerpo, tanto como nunca sintió. Cierra un puño, mira a Lily, y contesta -vamos a vencer a esta bru…-, pero antes de terminar es embestida por un puño mortífero de Landrie, esto hace que se estrelle contra la pared, con algunas costillas rotas, casi inconsciente, se queda tirada.

Lily la enfrenta, sus golpes no logran alcanzarla, la bruja es muy rápida, Roky, por su parte, auxilia a Quimey, la sienta y la deja descansar, se da la vuelta, y corre contra Landrie. 

La bruja toma a Lily de la cabeza y la estrella contra el suelo, lo hace una y otra vez, luego gira precipitada, encara a Roky, y comienza a atacar con sus afiladas uñas, le hace mucho daño.

Lily se repone, con un ojo en sangre, y le arroja sus arañas robóticas, pero la bruja, con un sexto sentido, las destruye en el aire utilizando un conjuro. 

Roky aprovecha la distracción y encesta un fuerte golpe en su mentón que la arroja hacia atrás, esto sirve para que los Guardianes se recompongan. 

Landrie se limpia un pequeño rastro de sangre en su boca, sonríe de frente a ellos, luego son carcajadas, los ve cansados, sin fuerzas, en sus pensamientos se proclama vencedora.

-no podemos dejar que alcance a Quimey-, dice Roky. 

Lily gira su cabeza, observa a Quimey retorciéndose del dolor en su estómago, entonces deja caer los nanobot al suelo y los guía al cuerpo de ella.

 

  “NANOBOT: Estas diminutas máquinas son ingeniería propia de Lily y hasta se podría decir que son su mayor logro, ya que son capaces de ingresar a cuerpos lastimados y tratar sus heridas internas. Son autónomos y lo suficientemente capaces de manipular el cuerpo del huésped si esto quisieran, es por ello, que Lily los controla con pequeñas descargas eléctricas desde su mochila.”

 Landrie se mece de un lado al otro aproximándose a Rocky, esta alza del suelo sus sombras, pues su poder le permite manipularlas, pero la bruja las repele sin problema y llega hasta él. 

-¿otra vez ese truco?- exclama ella, mientras toma del cuello al Guardián, lo levanta, exclama -voy a procurar hacerlo rápido-, y comienza a apretar con todas sus fuerzas.

Roky intenta zafarse, pero la fuerza de ella es inquebrantable, es demasiado para él, entonces, segundos después, comienza a sentir la falta de oxígeno, sus ojos perciben su alrededor completamente borroso, tiene miedo, no siente casi las piernas, solo logra escuchar las carcajadas de ella. 

Lily da un salto desde su posición e intenta derribar a Landrie, pero ésta, la toma con su otra mano, la levanta de la misma forma que lo hace con Roky, y comienza a apretar.

Ambos Guardianes se encuentran pataleando en las garras de la bruja, ambos ven la vida pasar frente sus ojos, ambos piensan en las decisiones que tomaron, los proyectos que abandonaron, la gente que no pudieron ver por última vez… Ambos están perdiendo el conocimiento.

-Maldita bruja-, se escucha a un costado.

Landrie gira hacia el sonido y se encuentra con Quimey, de pie y enfurecida, creando una especie de bola mágica de agua entre sus manos. -¿Qué estás haciendo?-, interroga la bruja.

Quimey tiene los brazos estirados, entre sus palmas, se está gestando un gran poder que emana de su ser en contacto con la parte del talismán, sus ojos se hacen enormes y brillantes. Intenta contener la bola, mientras contesta -no sé que es… pero espero que sea suficiente-, acto seguido, deja que todo ese poder sea dirigido al cuerpo de la bruja.

Landrie suelta a los Guardianes, quienes caen al suelo, luego intenta contener la esfera, pero el poder es tan grande que explota ante ella y la arroja por todo el pasillo.

Quimey, casi sin fuerzas, se tambalea hasta la posición de sus compañeros y se desploma a su lado. 

-bien hecho-, exclama, cómo puede, Lily.

Landrie se levanta en la lejanía, furiosa, se la ve agitada, pues la esfera le hizo mucho daño, pero aun así busca matarlos a todos. -no pueden escapar de mí, no van a poder-, grita.

-supongo que hasta acá llegamos-, dice Roky, tumbado en el suelo.

-perdón…, como la última sangre Dracónica, les falle...-, exclama Quimey mirando al techo.

-no es así… todavía no te rindas-, dice Celeste que aparece entre ellos y camina hacia la bruja. -lo hicieron bien, ahora descansen, yo me encargo-, concluye.

Lily sonríe y exclama -llegó Celeste, estamos a salvo-, luego cierra sus ojos.

 -te veo lastimada Landrie, no me vengas a decir que no te quedan energías para pelear conmigo-, dice la Guardiana más fuerte. 

La bruja gesta una mueca y contesta -hice puré de tus compañeros, mi poder es incomparable, ¿qué te hace pensar que puedes derrotarme?-.

Celeste le sonríe, se prepara, y exclama -solo espero que no te mueras tan rápido-.

La bruja enfurece y corre contra ella, Celeste, muestra sus dientes y se abalanza a la pelea.

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