4. El Edificio: Ingreso al infierno

Los guardianes, junto con Quimey y Drack, estudian los posibles lugares donde encontrar las partes, mientras su tía, aún inconsciente, sigue tirada en el sillón. 

-Kaedrou no está solo, tiene sus aliados-, dice Celeste y sigue -son tres mujeres, tres brujas con poderes sobrehumanos… no descuiden su guardia, ellas no van a tener compasión de nosotros-. 

Lily, con todos sus artefactos electrónicos, intenta encontrar alguna ubicación aproximada de las partes, aun sin éxito.

-¿y dónde se esconde Kaedrou?-, pregunta Quimey.

-no lo sabemos-, responde Celeste, -puede estar en cualquier parte del mundo… aun así, no creo que esté tan lejos…-.

-¿Por qué no?-, interroga.

-no sabemos exactamente que intenta hacer, pero si necesita volver a unir el talismán, te va a necesitar a vos-, encara a Quimey y continua -es por eso que te dejó vivir, por si te llegará a necesitar-. 

Quimey agacha la cabeza, pensativa, recordando cada instante de aquella mañana al bajar las escaleras. 

-encontré una fuerte cantidad de energía alojada en un edificio de la ciudad-, exclama Lily.

-¿Puede ser una de las partes?-, pregunta Celeste. 

Lily agita su cabeza.

Celeste mira a Roky, luego al dragón y por último a Quimey, y, cómo convencida, exclama -muy bien… vámonos-. 

-¿no es peligroso que vaya Quimey?-, pregunta Drak.

-puedo hacerlo, estoy lista-, dice ella. 

Celeste se le acerca y dice -¿realmente estás lista?, o ¿es la sensación de haberlo perdido todo lo que te lleva a no temerle a la muerte?-. 

Quimey la enfrenta y contesta -voy en busca de mi heroica muerte-.

Celeste abre sus ojos, sonríe exagerada, palmea su hombro y exclama -nos vamos todos-. 

El equipo completo sube a la camioneta de Roky, dejando atrás la casa de Quimey, junto con su tía desmayada. 

 Recorren las calles de la ciudad, Quimey se pierde entre las esquinas donde paseaba con su papá, percibe lo feliz que se sentía cuando le compraba un helado o la llevaba a la plaza, sonríe, deja caer algunas lágrimas, aun así se contiene bastante, se pregunta qué será de él, desde que nube estará guiando su camino…

-es a unas pocas cuadras de acá, exclama Lily.

Roky frena y observa a Celeste.

Ella rasca su mentón y dice -bajemos, sigamos a pie-.

-¿y como hacemos con drak?- pregunta Quimey.

 Roky hurga entre las porquerías que moran en la camioneta y encuentra un enorme saco, lo huele, se lo lanza al dragón y le dice -ponte esto, pasarás desapercibido-.

Los cinco comienzan a caminar por el centro de la ciudad, observan como la vida sigue su curso sin ningún problema, como si no supiesen del peligro que los acecha. Roky se detiene frente a un local de electrónica a observar las noticias de un televisor. -miren esto-, exclama.

Celeste y compañía se acercan, y observan.

 En la imagen se puede ver a una reportera con un enorme desierto de fondo, ella se posa de frente a la cámara y habla de un fenómeno sin precedentes, algo totalmente asombroso, y por sobre todo positivo para el mundo… -esto es increíble amigos, es que dan ganas de llorar-, exclamaba la chica. Al pie de la imagen, el título de la noticia decía “Somalia: Cientos de pozos acuíferos a lo largo de todo áfrica”. La noticia expresaba que se encontraron acuíferos en países de África donde la escasez de agua es crítica, pero lo más extraño era que estos pozos comenzaron a brotar solos, sin que el humano lo busque, ya que se tenía la confirmación de que en esos lugares no existían tales formaciones naturales. La reportera no contuvo las lágrimas de la emoción.

-agua en áfrica, agua natural-, exclama Rocky.

-Es increíble-, dice Quimey.

-es una gran noticia-, acota Celeste, luego se da la vuelta, sigue caminando y concluye, -pero tenemos que seguir, de lo contrario, ese hallazgo no servirá de nada con el planeta destruido-.

Roky le sonríe al televisor y sigue detrás de ella junto a los demás.

Unos metros más adelante, Lily se frena, observa el artefacto que lleva en la muñeca, como una especie de reloj y dice -es acá-. 

De frente a ellos, el edificio más grande de la ciudad, un Hotel de cinco estrellas que rebosaba de elegancia.

-¿Acá se esconde Kaedrou?-, pregunta Quimey.

-posiblemente-, responde Roky.

-pero ¿cómo vamos a entrar?-, exclama Drak.

Lily se adelanta hacia la entrada mientras manipula su reloj, los demás la siguen detrás. Se acerca a la recepción, saluda amablemente a la recepcionista, y dice -tengo una suite reservada-.

La mujer le sonríe y pide su identificación.

Ella mete su mano en el bolsillo y saca un carnet, luego se lo entrega.

-Liliana Godoy…-, exclama mientras busca en el sistema. -efectivamente, acá tenemos una reserva suya de dos días, para la suite cinco estrellas del piso diez-, devuelve el carnet, una tarjeta de acceso a la habitación y señala el ascensor, -suban por allí, la suite los está esperando-, sonríe. 

Los cinco agradecen. Lily camina rápidamente al ascensor, mientras los demás no entienden cómo entraron tan fácilmente.

La recepcionista levanta el teléfono, espera unos segundos y dice -están en el edificio… van por usted-. 

Del otro lado de la línea, en una de las habitaciones se encuentra Landie, una de las secuaces de Kaedrou, quien acaricia la parte del talismán que le fue entregada, mientras responde al teléfono, -muy bien… que comience la fiesta-.

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