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Giada Della Rovere.
Emprendimos el camino en dirección a el encuentro con aquel desconocido sujeto.
Si debería explicar mis emociones realmente no encontraría palabras, pues eh esperado éste tiempo por mucho tiempo, ansiando poder encontrarlo y destruirlo de la misma forma en la que él acabó con la única familia que tenía antes de conocer a mi esposo.
En cuanto a Ryle, sé que negarle el hecho de acompañarme sería dejarlo preocuparse y en parte... No quería volver a escapar, volver a cometer el mismo error dos veces, teniendo que pagar la misma consecuencia de ver morir a alguien que amo.
- Señora. - Oí decir a Mannuele, quien viajaba cómo conductor y a su lado mi esposo como acompañante. - Creame que es mejor que vayamos con usted.
- Lo sé, aunque tengo miedo de que ese sujeto se escape, sé que lo apropiado es ir con ustedes. - Respondí.
- La vida de un hijo no se remplaza con nada, creame. - Añadió y voltee a verlo con confusión. - Perdí a mi hijo cuando tenía 5 años y el dolor de la perdida fué algo que no superé jamás. - Agregó. - Y pese a que su hijo aún no nazca, creame que el dolor será el mismo.
- Jamás supe que tenías un hijo, Mannuele. - Contesté, oyendolo suspirar.
- Llevaba dos años trabajando para Don Gabrielle cuando mi esposa decidió abandonarme. - Contó, sonriendo con tristeza. - Ella decía que no aprobaba lo que hacía, que habiendo tantos trabajos me busqué uno que pondría en peligro su vida y la de mi hijo.
- Practicamente tenía razón. - Contesté. - Éste mundo no es para alguien que tiene familia, porque son el punto débil de uno y la fuente de beneficios de nuestros enemigos.
- Sé que si, pero creame que antes de llegar con Don Gabrielle ya había buscado otro tipo de trabajos. - Contó. - Lamentablemente al no contar con estudios completos no pude conseguir algo digno y pues... Sólo me quedó esta salida.
- ¿Como murió tu hijo Mannuele? - Pregunté. - ¿ Fué alguno de los enemigos que mi padre tenía?
- No. - Respondió. - Mi esposa y yo tuvimos una fuerte discusión, por lo cual ella cargó a mi hijo en el carro y decidió marcharse. - Lo veo hacer una mueca. - Traté de impedir que se fuera, pero tampoco podía obligarla a quedarse si no quería y... Sólo unas horas más tardes me avisaron sobre el accidente que me costó la vida de ambos. - Me ve por el retrovisor. - No sabe como lloré y sufrí por ello, sabiendo que ese mismo día... Le dieron fin a la vida de Don Gabrielle. - Añadió y me sorprendí. - Si no le hubiera pedido el día para ir a reconocer los cuerpos de mi familia... Él no estaría muerto.
- Mannuele...
- Sufrí una triple muerte. - Continuó. - Mi mujer, mi hijo y mi jefe. - Suspira. - Agradecí tanto cuando usted llegó, sabiendo que al menos me quedaba cuidarla y jurar por la memoria de Don Gabrielle que mataría a cualquiera que intente dañarla.
- Siento mucho tus perdidas, Mannuele. - Dije con tristeza.
- Señora, si le cuento esto es porque sufrí en carne propia lo que es perder un hijo y una esposa, porque creame que nadie nos prepara para despedir a nuestros hijos. - Agregó. - Siempre creí que sería mi hijo quien tuviera que enterrarme a mí y no yo a él, a tan corta edad. - Vuelve a verme. - Pero el dolor es mucho más grande cuando se pierde a un hijo, mucho más grande que perder a un padre.
Comprendí porque me lo decía.
Pese a todo, mi padre se sacrificó justamente por lo que dijo Mannuele, ningun padre quisiera enterrar a su hijo, ningun padre quisiera pasar por ese dolor y creo que él supuso que si no se arriesgaba iba a ser yo quien pague con mi vida.
También estaba el hecho de hacerme saber que el dolor ante la partida de un padre, jamás se podrá comparar a la vida de un hijo y... Pese a que en algún momento pensé en no tener a mi hijo, sé que sufriré mucho si alguien le hiciera daño, si alguien me lo arrebatara a solo 4 meses en mi vientre.
Volví la mirada a mi esposo, quien se mantuvo en silencio hasta ahora y la verdad, me sentía agradecida por tenerlo, por saber que es capaz de todo por mi, que decidió dejar de ser él mismo para ser el hombre fuerte que yo quería.
También agradecía a que mantuviera ese corazón sensible con el cual lo conocí, pues de haber dejado que éste también cambiara, creo que ahora mi hijo no estaría creciendo dentro de mi.
- ¿Que sucede? - Lo oí decir y presente atención, notando que me había quedado viéndolo todo éste rato, sin decir nada.
- Yo... Estoy agradeciendo el tenerte en mi vida, el haber podido coincidir mi camino con el tuyo. - Contesté, viéndolo sonreír hermosamente. - Ningun hombre hubiera podido ser mejor esposo que tú y me siento completamente afortunada de tenerte.
- Y yo de tenerte a ti, mi amor. - Respondió, extendiendo su mano a mi y acariciando mi mejilla.
- Es Ahí. - Dijo Mannuele y me acerqué más, colocandome entre los dos asientos delanteros y viendo con seriedad al frente, volviendo a sentir esa mezcla de sentimientos.
Tenía sed de venganza, ansiedad por ver a ese sujeto y muchas ganas de recibir una explicación por la muerte de mi padre.
Quizás no sea tan amable para decirme el porque disparó a mi padre sin decir nada, pero existe la posibilidad de que quiera defenderse y por ello termine diciendo todo lo que quiero.
- Sólo hay un carro. - Dijo mi esposo. - Hasta el momento parece haber cumplido su palabra y vino sólo cómo lo dijo.
- Quizás si, pero eso no quiere decir que es seguro. - Respondió Mannuele.
Una vez nuestro carro se detuvo, bajé sin pensar en absolutamente nada y me dirigí a pasos apresurados dentro del lugar, con la voz de mi esposo detrás, diciéndome que los esperara.
Al entrar al dichoso lugar, pude ver a el sujeto parado de espaldas a mi, lo cual me motivó a sacar mi arma.
- 'Sapevo che questo momento sarebbe dovuto arrivare prima o poi, ma dovevo aspettare per risolvere alcune questioni in sospeso. ( Sabía que este momento debería llegar en algun momento, pero tenía que esperar a resolver algunos asuntos pendientes. ) - Comentó y frunci mi ceño. - ' Giada... puoi sparare quando vuoi, non mi difenderò. Vieni alla morte di tuo padre. (Giada... puedes disparar cuando quieras, no me defenderé. Venga la muerte de tu padre. )
- Ho detto che ti avrei trovato e ti avrei fatto pagare per la morte di mio padre, ma non ho mai detto che sarebbe stato veloce. (Dije que te encontraría y te haría pagar por la muerte de mi padre, pero jamás dije que sería rapido. ) - Respondí. - 'Morirai, ma lo farai lentamente e dolorosamente. (Moriras, pero lo haras de forma lenta y dolorosa. ) - Añadí. - ',ORA GIRA! Poiché non sono uno che affronta i nemici alle spalle, ti ucciderò guardandoti negli occhi. (¡AHORA GIRATE! Porque no soy alguien que enfrente a sus enemigos de espalda, te asesinare viéndote a los ojos. ) - Ordene, más sin embargo él siguió sin moverse ni un poco. - 'GIRA CAZZO! (¡QUE TE GIRES CARAJO!)
Veo cómo levanta sus manos y poco a poco comienza a girar en su lugar, manteniendo su cabeza baja, sin dejarme ver su rostro.
- Mannuele... lo voglio in ginocchio. (Mannuele... Lo quiero de rodillas.) - Ordene, pero él nombrado ni siquiera se movía de su lugar, permanecía allí parado sin hacer nada. - ¡MANNUELE! - Grité, viéndolo saltar en su lugar.
- Se-señora él... - Comentó y voltee mi mirada de él al sujeto, viéndolo de igual manera.
- ¿Él que? - Pregunté.
- Él... Es Don Cole Della Rovere, hermano de Don Gabrielle. - Contestó y rápidamente dirigí mi mirada al sujeto, quien luego de las palabras de Manuelle, levanta su mirada.
El arma cayó de mis manos y la sorpresa aumentó aún más, pues el sujeto frente a mí parecía un fantasma de mi padre, casi dos gotas de agua.
N-no... No estaba entendiendo nada, no comprendo que es lo que está pasando aquí.
- T-Tú...
Sentí mis piernas fallarme, pero gracias a que mi esposo me sostuvo, no caí al piso.
- Si mi sobrina me quiere de rodillas, así será. - Dijo aquel sujeto y se puso de rodillas en su mismo lugar.
No sabía que hacer ni por donde empezar, el shock era realmente grande al tener frente a mí al asesino de mi padre, pero al saber que éste era su hermano.
- Tú cómo... ¿¡Como fuiste capaz de asesinar a tu propio hermano!? ¿¡Porque!? - Grité, sintiendo las lágrimas picar mis ojos, la furia apoderandose de cada parte de mi ser.
Él lo sabía, sabía que si lo veía a la cara no tendría el suficiente coraje para asesinarlo, para acabar con él.
- Me temo que tanto tú padre como yo, quedamos envueltos en la trampa de Tommaso. - Contó y frunci mi ceño, ese bastardo otra vez en una conversación. - Y puedo contarlo si me lo permites.
- ¿Como sé que no mentiras?
- No rompí mi palabra, estoy aquí sin uno solo de mis hombres y tengo cualquier prueba que me pidas. - Respondió. - Si quieres una explicación puedo dártela, si no la quieres, puedes terminar con esto de una sola vez.
- Te escucho. - Dije tratando de mantenerme lo más firme que podía.
- Tú padre y yo siempre fuimos buenos hermanos, unos que eran muy unidos. - Contó y reí falsamente. - Lastimosamente y para mi mala suerte, un grupo de comando me detuvo en uno de mis tantos viajes a Italia, justo el día de mi boda. - Añadió. - No tenía manera de llegar y por ello pedí a tu padre que ocupara mi lugar, que fuera él quien se casara con la mujer que llegué a amar por más de 7 años.
- ¿Entonces qué? ¿Lo asesinaste solo por haberte ayudado? ¿Por ocupar tu lugar en el altar? - Pregunté, viéndolo negar con una sonrisa.
- No es así. - Respondió. - Pese a que tu padre le dijera a tu madre que yo estaba fuera de poder llegar para casarme y de ofrecerle la oportunidad de posponer la boda, ella decidió tomar a tu padre cómo esposo, cambiando todos los papeles a últimas.- Continuó. - Pasaron dos años de eso y... Sabía que ese matrimonio no sería algo solo de nombre o de papel, sabía que algo pasaría entre ellos. - Suspira. - Y así fué, ellos se enamoraron y decidieron llegar hasta donde yo estaba y decírmelo a la cara, algo que en su momento me tomé muy mal, pero que con el tiempo acepté. - Me ve. - Después de todo no me traicionaron, llegaron hasta mí para hacerme saber de ello y agradecí que así fuera. - Voltea su mirada a un lado. - Unos años después tu madre quedó embarazada de ti y fui tan feliz como ellos al saber la noticia.
- El único feliz con mi llegada fué mi padre. - Contesté. - Mi madre nunca me quiso.
- Tu madre te amaba Giada, te amaba tanto que no quiso involucrarte en lo que sucedió después. - Respondió y lo vi sin creerle, pues nunca recibí una gota de cariño por parte de esa mujer. - Al haber salido de la cárcel y luego de invitar a tus padres para poder conocerte... Los sentimientos que creía muertos en tu madre y en mí volvieron a florecer. - Baja su mirada. - Pero sabía que era la esposa de mi hermano ahora y no iba a destruir una familia, menos la de él. - veo unas lágrimas bajar por sus mejillas y un apenas sollozo salir de sus labios. - Él... Él renunció a ella por mi, para que fueramos felices y podamos estar juntos. - levanta su mirada. - Pero no quería dejarte ir a ti y lo entendí, por ello es que le dije a tu madre que eras tú o era yo.
- ¿Como?
- Ella me escogió, decidió venirse conmigo dejándote con Don Gabrielle. - Añadió. - Y todos estábamos bien así, de esa forma.
- ¿Todos? - Pregunté con una falsa risa. - ¿Incluso yo?
- Giada, si te hubieran preguntado con quien querías quedarte... ¿A quien escogerías?
- Sin dudar a mi padre. - Respondí, viéndolo asentir.
- Tú madre también lo sabía.
Todo parecía una jodida mentira, una que no estaba entendiendo.
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Comments
Miraval 💃🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴
🤔🤔🤔🤔🤔🤔🇦🇲🇦🇲
2024-07-24
0
Lucia Feliciano Falcao
Se Giada no acaba con este alacrán 🦂🦂🦂, ella no es digna de sé la hija del hombre que dió su vida por ella.🤮🤮🤮
2024-04-07
3
Claudia Marcela Casas
por dios esto esta mas enredado que nunca ahora tiene que lidiar con el tío será capaz de hacerlo pagar por la muerte del padre o lo perdonará
2023-10-04
6