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Ryle Hudson.
Moría de rabia y sí, aunque quisiera decirle a gritos que estaba loca, que cómo se le ocurría pensar en no tener a nuestro bebé... Simplemente me contuve, pues ella no era alguien fácil de tratar.
¡Claro que quiero a mi hijo! Pero pedirle desde un comienzo que lo tengamos, era desafiarla entre hacer lo que le pida y hacer lo que le venga en ganas.
¡Por Dios! Es que esta mujer me saca de quicio.
- ¿Que lo tiene de mal humor esta mañana? - Preguntó Mannuele y saqué mi mirada de la ventanilla a él.
- Giada está embarazada Mannuele. - Respondí.
- Pero esa es una gran noticia, no veo porque razón estar de mal humor.- Respondió con una sonrisa.
- Si, es una gran noticia.- Contesté, volviendo mi mirada a la ventanilla. - Aunque hubiera sido más perfecto si no mencionaba el echo de no querer tener a nuestro hijo. - Añadí, suspirando con cansancio. - Le pedí que lo tuviera, que me dejara conocerlo y cargarlo, que se diera la oportunidad de amarlo y... si al final no lo consigue, me iré con mi hijo, lo llevaré lejos de ella y lo mantendré seguro. - Agregué. - La amo Mannuele, pero quiero a mi hijo.
- Comprendo. - Respondió y ya no dijo más.
Consideré que lo mejor era alejarme por un tiempo de ella, pues era tanta mi rabia que si me quedaba... Iba a decir muchas cosas de las cuales me arrepentiría luego.
Sé que no me será difícil encargarme solo de mi hijo, pues crié a mi hermana sin la ayuda de nadie, le enseñé todo lo que sabe y me consideré su padre.
Solo espero que ella cumpla con su palabra y tome en cuenta mis sentimientos, mi decisión.
....
Una vez llegado a mi antigua casa, me despedí de Mannuele eh ingresé, dejándome caer luego y romper a llorar, sacando todo ese dolor que provocó con su "No quiero tenerlo".
Estaba claro que con esas palabras dejó bastante claro el echo de que no me amaba y en estos momentos dudaba de que algún día pudiera hacerlo.
¿Y si decidía deshacerse de mi hijo ahora que no estaba allí? ¿Y si rompía su palabra?
En caso de que eso llegara a suceder, no se lo perdonaría nunca y aunque me duela, me divorciare de ella y dejaré que haga con su vida lo que quiera pero lejos de mi.
......
Dos semanas después, me dirigía a visitar a mi hermana, pues llevaba tiempo sin verla y sin charlar un poco con ella.
Giada me a estado llamando todo el tiempo, mandando mensajes pidiéndome que la atendiera, pero no iba a hacerlo, no después de su poca importancia.
- ¡Cariño!
- ¡Hermano! - Dijo feliz mi pequeña Maddy, lanzandose a mis brazos y dejándome estar por un momento más tranquilo. - ¿Que sucede?
- Nada, ¿Por que preguntas?
- Por las ojeras que cargas. - Respondió y reí despeinada su cabello. - Peleaste con mi cuñada otra vez ¿Verdad?
- Algo así. - Contesté, giandola a el banco que estaba a unos pasos de la entrada a la escuela. - Pero dejemos eso de lado, cuentame como te está yendo a ti, llevamos tiempo sin hablar.
- Estoy bien, me gusta mucho este lugar
.- Respondió. - La maestra dijo que soy una de sus mejores estudiantes y que si seguía esforzándome como hasta ahora, el día de mañana seré la exelente doctora que quiero ser. - Añadió y asentí.
- Es bueno que sigas con ese sueño de ser la mejor doctora, porque yo sé que lo lograras. - Contesté, mostrándole mi pulgar. - ¿Has echo nuevas amigas?
- Mm algunas, aunque muchas de ellas no quieren pasar tanto tiempo conmigo.- Respondió y la vi con sorpresa. - Dicen que mi cuñada es alguien peligrosa y que entre más lejos estén de mi, más a salvo estarán ellas.
- Esas mocosas. - Dije con mi ceño fruncido. - Hablaré con la directora sobre eso y...
- No hermano, dejalas. - Me interrumpió. - De cualquier forma ya les dejé claro que no eran quienes para juzgar a las personas sin conocer. - Sonríe. - Sé que si mi cuñada es alguien dura, lo es porque no tuvo una buena vida.
- ¿Como sabes eso?
- Por que sólo las personas que sufrieron mucho, están destinadas a encontrarse y nosotros nos encontramos con ella.- Respondió sin borrar esa hermosa sonrisa. - Quizás sea difícil contigo, pero a mi nunca me dejó de venir a visitar, siempre me trata con cariño y me llena se regalos..- Agregó y me sorprendí, no sabía que Giada estuviera visitando a mi hermana todo este tiempo. - Incluso me regaló el último modelo de celular y me dijo que de esa manera podía comunicarme con los dos para que no los extrañara cuando no pudieran venir. - Dijo en susurro y me sorprendí aún más. - Ella si me entiende.
- Ya veo que si. - Respondí con una sonrisa, volviendo a desparramar su cabello.
Continuamos hablando por un momento más, hasta que la directora salió diciendo que mi pequeña ya tenía que entrar a clases, así que me despedí de ella con un fuerte abrazo y me marché con la promesa de venir a verla más seguido.
Si bien en estos días eh comido muy poco, decidí pasar por el super y comprar algunas cosas para tener en casa, también estaba el echo de que debería encontrar un trabajo, pues aún no estaba todo dicho entre nosotros y pese a que me dolía tener que dejarla... Estaba dispuesto a hacerlo si decidía no tener a nuestro hijo.
- ¡Dios! Que cansado estoy. - Dije una vez entré a casa.
Masajeando mi cuello, me dirigí rumbo a la sala para dejar el juego de llaves, llevándome una gran sorpresa.
- Ryle... - Dijo poniéndose de pie.
- Giada, ¿Que haces aquí? - Pregunté con sorpresa, pues estaba seguro que solo yo tenía llave de esta casa.
- Por favor... Vuelve a casa. - Pidió y sólo hasta ahora pude notar que estaba llorando. - Yo... No debí decir aquello y... Si quieres que tenga al bebé lo tendré, si quieres que salte de un puente, también lo haré. - Añadió, caminando en mi dirección y tomando mis brazos.- Haré todo lo que me pidas siempre que vuelvas a casa conmigo.
- Esta es mi casa, Giada. - Respondí. - Éste es el mundo al cual pertenezco y...
No pude continuar hablando debido a que haciendo puntas de pie, envolvió sus brazos en mi cuello y me besó.
Estaba claro que también la extrañé y que por esa razón no pude negarme a corresponder, sintiendo el sabor de las lágrimas entre mezclarse en el beso, doliendome aún más la situación.
-No quiero que lo tengas solamente por mi, quiero que tu también lo desees, que ames a ese bebé. - Dije una vez rompimos el beso. - Porque es nuestro hijo, uno que tienes conmigo, con el hombre que te ama más de lo que piensas.
- Tengo miedo de no ser suficiente buena para él. - Dijo llorando y cayendo de rodillas frente a mi, aferrándose a mis piernas. - Tengo miedo de fallar y que por mi causa puedan dañarlos, pero aún así no quiero estar sola, aunque suene mezquino de mi parte.
- Giada, párate por favor. - Pedí, dejando las compras en el piso y tomándola de sus brazos. - Anda.
- ¡No quiero!
- ¿Recuerdas lo que me dijiste la primera vez? - Pregunté. - ¿Donde quedó aquella mujer fuerte y orgullosa? ¿Esa que no se humillaba ante nadie?
- Está muerta. - Respondió y me sorprendí. - Murió el día en el que se casó con un torpe hombre musculoso y sexy. - Añadió y no pude evitar reír.- Murio el día en el que dejó que ese hombre se metiera mucho más de lo que quería en su vida.
- Pues a mi se me hace que lo que la mató fueron las hormonas del embarazo. - Dije entre risas, ganandome su fría mirada.
- Lo que la mató fue el amar a ese estúpido hombre cómo nunca antes amo a nadie. - Contestó y poco a poco mi sonrisa fue reemplazada por lágrimas. - Porque fué una debilucha que no pudo resistirse, que no dudo en entregarle el corazón y que por más de que se lo negara... Ella lo amo desde el primer momento en el que lo vió.
- Giada...
- No puedo. - Volvió a llorar. - No puedo seguir de ésta manera, viviendo alejada del único hombre que me da seguridad, protección y que disipa toda la soledad que me rodea. - Añadió. - No estoy segura de poder ser la buena madre que éste bebé necesita, pero prometo intentarlo, juro que voy a intentarlo.
- Giada... - Comenté, arrodillandome junto a ella y tomándola de sus mejillas, limpiando esas lágrimas que caían como cascadas de sus ojos. - Ya no llores mi amor, no llores. - Pedí, rodeandola con mis brazos y sintiéndome un patán por esto. - Me llena de felicidad oírte decirme que me amas, saber que pese a todas tus palabras, no tienes el deseo de deshacerte de nuestro bebé. - Rompo el abrazo y la tomo de sus mejillas. - Y no tienes que preocuparte por ser la mejor madre del mundo, porque podemos llegar a equivocarnos, pero pese a eso... Prometo estar siempre a tú lado y ayudándote en todo lo que te llene de dudas. Te amo, cariño y en verdad siento haberte echo tanto daño.
- Fuí quien comenzó con esto, así que asumo a que me lo merecía. - Respondió y negué con seriedad. - Y también te amo.
- Nunca eches la culpa de todo sobre tus hombros, somos un matrimonio y la culpa de esto es mutua. - Contesté besando suavemente sus labios. - Ambos somos responsables de esto y creo que fué beneficioso éste tiempo alejados, pues de esa manera pudimos asumir nuestra culpa y también... - La tomo de su cintura acercándola a mi cuerpo. - Me declaraste tu amor. - Añadí con una sonrisa, oyéndola reír.
Dejando las palabras de lado, la tomé de su cintura y la guíe rumbo a mi habitación, lugar en el cual la despojo de sus prendas, teniendo de su parte la misma acción.
Una vez sin ni una sola prenda, la empujo suavemente sobre la cama y me posiciono sobre ella, entrando de una sola vez en su interior, oyendo nuevamente esos gemidos que me vuelven loco.
- Oh cariño, cuanta falta me has hecho estos días. - Gemí, sintiendo como sus uñas se prendían a mi espalda y me daba mucho más placer.
Todo el momento fue estupendo, me encantó estar con ella y volver a revivir nuestro amor enredandonos entre las sabanas, pero... Algo si me pareció extraño.
- ¿Que sucede? - Pregunté una vez recuperé la respiración que el orgasmo me sacó. - Estás más callada de lo habitual.
- Sólo estoy pensando en si deberemos de ser más cuidadosos al momento de hacer el amor, después de todo ahora hay un bebé a bordo. - Respondió y reí asintiendo.
- Concuerdo contigo, aunque también deberás de comenzar con los controles. - Añadí. - Hacer la primera ecografía y escuchar su pequeño corazoncito. - Dije acariciando su vientre, el cual aún permanecía plano. - verás que será el mejor momento de nuestras vidas. - Agregué, viendola asentir a medias. - Gracias Giada.
- ¿Eh? ¿Gracias por Que ?
- Por tomar en cuenta mis palabras, por dejarme tomar la decisión, por aparecer en mi vida y por amarme. - Respondí, volviendo mi mirada a ella. - Eres la mujer de mis sueños, aquella que esperé toda mi vida.
- Mentiroso, antes andabas llorando por esa bruja y...
- Soy un imbécil. - La Interrumpí. - Lloré, rogué y sufrí por una mujer que jamás me valoró y a ti, que eres la única que se preocupó de verdad por mi, quien me brindó mucho más de lo que creo merecer, solo te hago llorar.
- Cariño, son las hormonas del embarazo, no tiene que ver contigo. - Dijo viendo sus uñas. "Ya regresó la Giada arrogante. - Ahora, tengo hambre, llevo dos días sin comer algo y creo que como mínimo tienes que prepararme algo delicioso.
- ¿Como que dos días sin comer? - Pregunté poniéndome de pie rápidamente. - ¿Porque no comiste?
- Porque tú no estabas allí y aparte cada vez que te llamaba para que si quiera volvieras a comer conmigo, tú no me contestabas las llamadas. - Dijo sentándose en la cama y cruzando sus brazos. - Solo ahora puedo sentir la necesidad de alimento.
- ¡Giada! - La reprendi, vistiéndome rapidamente para ir a cocinarle algo.
- No te enojes, de hecho no comía porque la mayoría de cosas que consumía se iban por el inodoro. - Agregó y suspire, volviendo mi mirada a ella.
- Iré a prepararte algo delicioso y nutritivo, espera aquí ¿Ok? - Dije viendola asentir. - Enseguida vuelvo.
- ¿Y mi beso? - Preguntó y detuve mis pasos girandome a ella y volviendo a su lado.
- Amo tus cambios de humor. - Dije con una sonrisa, besando sus labios con ternura. - Enseguida vuelvo.
- No tardes. - Respondió y asentí, dejando otro pequeño beso en sus labios y corriendo a la cocina para prepararle algo delicioso.
Mi vida está llena de felicidad desde que te conocí, mi dulce Giada.
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Comments
Miraval 💃🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴
Como inmaduro el chico, cada que tiene problemas con ella, simplemente se aleja, la deja sola, no me parece que eso sea amor. 🤨😞🇦🇲
2024-07-23
1
Lucia Feliciano Falcao
Hay hora que esta mujer parece bipolar, que cambio de humor tan brusco, Giada ya venía así antes del embarazo.🤔🤔🤔
2024-04-07
3
Santa Bello
me encanta tu novela te felicito
2024-02-09
4