18.

Giada Della Rovere.

Después de descansar lo suficiente por varias horas, despierto decidida a comer algo.

Pues luego de planificar una y mil formas de asesinar a aquel sujeto, mi estómago comenzó a rugir de hambre.

Bajé a la cocina encontrando en esta a Mannuele y unos cuantos guardias más, quienes al verme rápidamente se ponen de pié.

- Signora, è sveglia. (Señora, ya despertó. ) - Dijo Mannuele, eh hice señas para que volvieran a tomar sus asientos.

- Non preoccuparti della mia presenza, sono venuta solo per mangiare qualcosa e mio marito. ( No se incomoden por mi presencia, sólo vine por un poco de comida y mi esposo. ) - Respondí, dirigiéndome al refrigerador. - Ryle non è ancora tornato dalla sua visita nei dintorni? (¿Ryle aún no vuelve de su visita a los alrededores? ) - Pregunté mientras veía que podría llevar para comer en la habitación.

- Il capo non voleva andarsene senza di te, quindi ha passato la giornata lavorando e ora è nella stanza accanto alla tua a fare il bagno. (El jefe no quiso ir sin usted, así que se pasó el día trabajando y ahora está en la habitación junto a la suya dándose un baño.) - Respondió Mannuele y sólo asentí.

Una vez tomé unas cuantas cosas dulces y un poco de yogurt, me dirigí a la puerta de la cocina.

- No anden en cosas raras. - Dije a todos con una sonrisa traviesa, oyendolos reír.

Volví a subir en dirección a las habitaciones y me dirigí a la que mi esposo decidió ocupar para darse un baño.

Luego de dejar todo sobre la pequeña mesa que había a unos pasos de la cama, decido dirigirme al baño y llenar mis ojos de la agradable vista que este sexy caballero me otorgaba.

En verdad babeaba cada vez que lo veía tan sexy, pero... ¿Quien no lo haría?

Silenciosamente me desvestí poco a poco y en lugar de meterme a la bañera con él, decidí ir a la ducha y abrirla, dejando que el agua cayera en mi cuerpo.

Sólo un momento después, sentí las manos de mi esposo en mi cintura y giré a él.

- ¿Porque viniste a esta habitación y no a la mía? - Pregunté, viendo una linda sonrisa asomarse por sus deliciosos labios.

- No quería molestarte. - Respondió. - ¿Y porque estás en la regadera? Podrías haberte metido conmigo en la bañera.

- No quería molestarte. - Dije imitandolo y oyendolo reír.

- ¿Ya estás mejor? - Preguntó acariciando mi mejilla.

- Siempre que estés a mi lado estaré mejor. - Respondí acariciando sus pectorales con mis manos, deseosa de seguir el camino que me lleva a su miembro. - Quiero que me hagas el amor.

- ¿Ahora? - Preguntó acercando su rostro al mío.

- Ahora. - Respondí, sintiendo sus labios pegarse con los míos.

Poco a poco sus manos fueron bajando de mi cintura hasta mis muslos, levantándome y obligándome a enrollar mis piernas a su cintura mientras su duro miembro entraba en mí, haciéndome gemir.

- Oh si. - Gemí mientras comenzaba a dar leves estocadas dentro de mi.

- ¿Vamos a la cama? - Preguntó entre jadeos y me aferre a su espalda con ambas manos.

- No, quiero hacerlo aquí. - Respondí, sintiendo mi espalda pegarse con la pared y sus besos descender desde mis labios hasta mis senos. - Oh si cariño, que rico.

- No creo que sea muy cómodo para ti hacerlo aquí, vayamos a la cama. - Comentó y negué una y otra vez. - Mi amor...

- ¡Ya ok! ¡Vayamos a la cama! - Proteste, viendo su mirada triste. - Sólo bromeo, no te sientas mal por mis palabras. - Añadí, viéndolo asentir.

Mi cuerpo cayó sobre la cama y el suyo sobre mi, dándome más placer del que antes sentí, queriendo mucho más de él.

- Te amo, Ryle. - Dije entre gemidos, viéndolo observarme mientras se detiene. - ¿Que?

- Es la primera vez que me dices te amo cuando hacemos el amor. - Contestó con una sonrisa.- Pero yo te amo más. - Añadió y negué con una sonrisa.

....

Poco rato más tarde nos encontrábamos abrazados y viendo una linda pelicula mientras comía todo lo que me traje del refri, estaba claro que mi esposo dijo que eso no era alimento y que iba a cocinar, pero le dije que se quedara conmigo y mandé un mensaje a Mannuele para que preparara la cena.

- No te preocupes, Mannuele es mejor cocinero que guardaespaldas. - Comenté, oyendo a mi esposo reír.

- Es un guardaespaldas grandioso. - Respondió y asentí.

- Imagínate entonces cómo cocina. - Añadí, riendo junto con él. - Ahora, ¿No crees que la trama de la película es algo cliché? - Pregunté, tirando mi cabeza para atrás y verlo negar.

- Mi amor. - Envuelve mi cuerpo con ambos brazos. - La vida no siempre tiene que ser armas, fuego y sangre, tienes que dejar un espacio para éste tipo de peliculas.

- Aún así preferiría ver "¿Y donde están las rubias?" a tener que ver esa película romántica que cómo todas, siempre termina con los protas juntos. - Contesté, oyendolo suspirar.

- Estoy de acuerdo contigo en que los protagonistas terminaran juntos, pero lo interesante de todo el asunto es ver cómo hacen para salvar su amor y el proceso de lucha que dan durante la pelicula para llegar a su "y vivieron felices para siempre". - Contestó y levanté mis hombros, volviendo la mirada a la pantalla.

Seguí viendo la película sin añadir más a el asunto, pues la verdad es que mi esposo era todo un romántico empedernido, a él le gustaba todo lo que tenga que ver con éste tipo de cosas, mientras que yo sigo prefiriendo las películas cómicas o cómo mucho las de terror, chuky en especial.

......

Días más tarde volvimos a la ciudad, recibiendo una inesperada sorpresa al llegar.

- ¿Que necesita? - Pregunté a el uniformado que se encontraba parado en la puerta de mi mansión.

- ¿Señora Della Rovere? - Preguntó y asentí, sin borrar mi cara de "Vete de aquí, escoria". - Buenos días, soy el oficial Peter Flores y necesito hacerle unas preguntas. - Dijo mostrando su placa.

- ¿Tiene una orden? - Pregunté, viéndolo levantar una ceja. - Si no trae una orden con usted estoy en todo el derecho de negarme y pedirle que se vaya, después de todo soy una civil que no está obligada a responder nada.

- Pero sólo quiero hacerle unas preguntas, no veo el problema. - Respondió y busqué de cerrar la puerta, siendo detenida por mi esposo.

- Dejalo pasar mi amor, de cualquier forma no cometimos ningún delito. - Intervino y reí para mis adentro. ("si mi amor, asesinamos personas, pasamos contrabando que no pueden en las fronteras, mantenemos amistad con otros mafiosos y nos encargamos de que los narcotraficantes trabajen para nosotros, pero no cometimos ningun delito. ") - Puede pasar oficial. - Añadió, dándole lugar para que entrara.

La verdad es que no sabía bien si era buena idea dejarlo entrar, después de todo había una pared llena de armas, las cuales por supuesto tienen permiso de portación, al igual que la de mis guardias, pero creo que serán más preguntas para responder en cuanto vea todo eso.

- Un gusto señor, soy el oficial...

- Si, lo escuché cuando se presentó con mi esposa. - Interrumpió mi Ryle. - Ryle Hudson, para servirle. - Añadió, extendiendo su mano y estrechandola con la del oficial. - Tome asiento por favor.

- Si gracias.

- ¿Gusta algo de beber? - Preguntó, viendo a el oficial negar.

- No es necesario, seré breve. - Respondió mientras miraba todo a su alrededor y se percataba de la presencia de Mannuele, quien estaba parado como todo un soldado en la puerta de la cocina. - ¿ Él señor trabaja para ustedes?

- Somo personas de negocios y es claro que necesitamos guardaespaldas. - Respondí, señalando a Mannuele.

- ¿Y tiene permiso para portar esa arma? - Señaló y reí con molestia.

- No tiene de que preocuparse señor oficial, todo lo que está en esta mansión es legal. - Respondió mi esposo mientras tomaba mi mano tranquilizandome.

- Al parecer la señora está incomoda con mi presencia. - Comentó con una sonrisa.

- Para nada, sólo estoy esperando que termine de hacer lo que vino a hacer y se vaya, estoy cansada y tanto mi bebé como yo queremos descansar. - Respondí, tocando mi vientre con apenas pancita.

- Oh, mis felicidades. - Añadió y solo fue Ryle quien le agradeció. - Bien, iré al punto, la razón de mi visita es porque el señor Di'Marche Tommaso se presentó hace un mes atrás en la delegación y pidió que siguiéramos su rastro, ya que temia por su vida.

- Ese cerdo. - Comenté, viendo a mi esposo voltear a verme.

- ¿Lo conoce?

- Trabajaba para mi padre hace algunos años atras y después de que él murió, tambien trabajó para nosotros, pero se pasó de cerdo queriendo aprovecharse de mi, entonces lo echamos. - Contesté, viendo a el sujeto asentir. ("Prácticamente no había mentido, pues si era un cerdo y si quiso aprovecharse de mi.")

- El asunto es que llevamos varios días sin tener señales de él o algo parecido, siempre llamaba para notificar que estaba bien, pero de un día para el otro ya no supimos nada de él. - Añadió.

- ¿Y cree que nosotros podemos saber algo sobre ese cerdo? - Pregunté.

- Señora, él dejó específicado que si algo llegara a pasarle, el primer lugar por revisar sería la mansión de los Della Rovere. - Agregó y suspire molesta.

- Cuando alguien es echado de su trabajo y sin goce de sueldo, hace hasta lo imposible por sacar un poco de dinero de sus ex jefes. - Respondí. - Pero si llega a encontrarlo, dígale que no pensamos pagarle nada, después de todo el rompió con el contrato.

- Señores, lo que realmente importa ahora es...

- Señor oficial, mi esposa y yo acabamos de regresar a la cuidad debido a que estuvimos de vacaciones fuera de la ciudad, no tenemos como saber de Tommaso. - lo interrumpió mi esposo.

- ¿Tiene a alguien que pueda asegurar su paradero? - Preguntó y vi a mi esposo sonreír.

- Tengo más e 20 hombres que pueden testificar a nuestro favor. - Respondió y vi a el sujeto asentir. - ¿Algo más oficial?

- Parece estar molesto, señor Hudson.

- La verdad es que no creo que alguien pueda estar feliz cuando llega un policía a su casa y empieza q interrogarlo cómo si fuera un criminal. - Contestó. - Y creo que ya hemos sido demasiado amables con usted.- Agregó, poniéndose de pie al igual que el sujeto. - Mannuele.

- Si señor.

- Acompaña a el oficial hasta la puerta. - Respondió, viendo a Mannuele señalarle la puerta a el sujeto.

- Señor Hudson, señora Hudson, tengan buen día. - Finalizó, marchándose por fin de nuestra mansión.

La verdad es que siento que éste tipo será un terrible dolor de huevos de ahora en adelante.

- Ese sujeto no me da muy buena espina. - Comentó mi esposo y asentí.

- Es la primera vez que un policía se atreve a llegar hasta aquí. - Comenté. - Y me parece sumamente extraño, ya que la mayoría de ellos trabajan para nosotros.

- Entonces éste tipo debe ser un novato. - Respondió mi esposo y asentí. - Mannuele.

- Si Capo.

- Comunícate con el comisario a cargo de la delegación oara la cual el sujeto trabaja eh informa de lo sucedido. - Ordenó y vi a Mannuele asentir. - Advierte que no queremos éste tipo de visitas nuevamente.

- Si Capo.

- Guau mi amor.. - Dije, atrayéndolo a el sofá y posicionandome sobre él. - Es usted un poderoso jefe que enciende todas mis locas hormonas. - Comenté, oyendolo reír y tomarme de mi cintura.

- Pues dejame llevarte a nuestra habitación y saciar esas ganas que desperté. - Respondió y reí asintiendo a sus palabras.

Sólo tú... Mereces un trato diferente, sólo para ti seré la dulce y sumisa, mi amado Ryle, Mio Marito.

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Comments

Karen Sosa

Karen Sosa

Ryle tenia que sacarle toda la informacion a Tomasso antes de matarlo...aunque el dijo que estaba trabajando con la policia y con el que mato el papa de Giada. tenia wue identificar primero a esa gente sntes de matarlo

2025-02-08

0

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Están dejando cabos sueltos y que pasó con Nicoleta, está mujer debe de haber muchas cosas del pasado en la mansión.🤔🤔🤔

2024-04-07

3

esterlaveglia

esterlaveglia

me gusta mucho la historia.... pero me molesta tener que leer los mismos diálogos en italiano... qué no sé con certeza si son correctas muchas de las palabras usadas en ellos y después más de lo mismo en español ya que de ésta forma se termina perdiendo el hilo de la historia.....sin querer ofender a la autora que me parece fantástico su trabajo... pero es mi humilde opinión y no sé si le pasó a alguien más

2024-03-22

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