10.

Ryle Hudson.

8 meses se cumplieron desde mi matrimonio con Giada, 8 meses en los cuales dejé de ser un cobarde, en los cuales me volvía cada día un poco más fuerte y en los cuales me involucraba mucho más en estos negocios, los llamados "negocios familiares."

De Tommaso no tuvimos noticias, pero si recibimos amenazas constantes, lo cual Giada dice vienen de la mafia china, pero no lo considero de esa manera.

¿Estará mal pensar que esas amenazas venían de él? Porque pese a que mi esposa lo vea imposible, creó que el tiempo trabajado con mi difunto suegro lo pudo volver fuerte, alguien capaz de formar su propio ejercito.

- Capo, cosa hai perso?(" Jefe, ¿Que lo tiene tan perdido?") - Preguntó Mannuele y volví mi mirada de la ventanilla a él.

- Di cosa si tratta? (" ¿A que se debe la pregunta? ") - Pregunté yo, viéndolo sonreír por el espejo retrovisor.

- Mancava mezz'ora all'incontro con don Ernesto Di'Marco, ma lui non diede ordine di scendere. ("Llevamos media hora fuera de la reunión con Don Ernesto Di'Marco, pero no dió ordenes de bajar.") - Respondió riendo y negué con una sonrisa también.

- Penso che i miei sospetti su Tommaso stiano diventando una tortura nella mia vita quotidiana. ("Creo que mis sospechas sobre Tommaso están volviéndose una tortura en mi día a día. ") - Respondí, para luego suspirar y tomar la manija de la puerta. - ' Andiamo all'incontro, avrò tempo per scoprire la verità. ("Entremos a la reunión, ya tendré tiempo para dar con la verdad.") - Finalicé, bajando del carro al igual que él y los escoltas que nos acompañaban.

Sé que tanto como yo, él creía en la posibilidad de que Tommaso esté detrás de las amenazas contra mi familia, pero es un tema que no dejaré pasar, daré con el responsable cueste lo que cueste.

Todo el asunto nos llevó a ser más precavidos en cuanto a Maddy, a quién decidimos cambiar a otra escuela mucho más segura y con custodia, después de todo no podíamos fiarnos de nuestros enemigos.

- " OH! Benvenuto Don Ryle Hudson, ti stavamo aspettando. ( ¡Oh! Bienvenido Don Ryle Hudson, estábamos esperándolo. ) - Dijo Don Ernesto, luego de recibirme con un apreton de manos.

- È un piacere rivederti, Don Ernesto. È da un po' che non ci incontriamo per concludere accordi. ("Es un placer verlo nuevamente Don Ernesto, llevamos tiempo sin reunirnos a cerrar tratos. ") - Respondí, sabiendo de que ésta reunión no era para nada amistosa.

- Andiamo, andiamo, sono tutti sistemati. (" Pase pase, ya están todos acomodados.") - Añadió y asentí, siendo seguido por Mannuele, quien era mi mano derecha y los demás custodios, unos 10 a pedido de Giada.

No puedo pensar mal de Don Ernesto, pues en el tiempo que llevo como jefe de los Della Rovere, fue amable en todo momento y jamás dió indicios de tener conflictos con mi familia, pero en cuanto a los demás no puedo decir lo mismo.

- ¡Oh! Con la llegada de Don Ryle Hudson supongo que no podremos utilizar el español. - Dijo un sujeto de casi mi misma edad.

- No se incomode por ello, puedo hablar el español a la perfección. - Respondí, viendo su cara de sorpresa. - Es mi idioma natal después de todo.

En casi todas las reuniones que tuvimos anteriormente, siempre preferimos hablar el Italiano para más comodidad, pero jamás me preguntaron si podía hablar el español y lo comprendía, después de todo las reuniones que daban con mi suegro siempre fueron en Italiano.

- Bueno, supongo que todos nos sentiremos más cómodos entonces. - Intervino Don Ernesto. - Don Ryle, supongo que ya conoce a Don Vittorio Giuseppe y su hijo Domenico Giuseppe, próximo jefe de la familia Giuseppe. - Señaló y asentí.

- Tuve la dicha de compartir un almuerzo con Don Vittorio y su hijo. - Respondí, viéndolo asentir.

- Tambien conoce a Michael, Mike y James Della Satore. - añadió y asentí.

- También tuvimos una reunión anteriormente junto con mi esposa. - Respondí, viendo a los tres saludarme con la mano y una sonrisa en sus rostros.

- Bueno, al parecer el señor Ryle tuvo la suerte de conocer a los más poderosos "empresarios". - Comentó Domenico Giuseppe, por lo que sonreí mientras cruzaba mis brazos.

- No a todos, señor Domenico. - Respondí. - No tuve la posibilidad de conocer al más  poderoso de ellos, quiero decir mi difunto suegro. - Añadí. - Aunque si pude saber mucho de él, entre ello el rechazo que tenía por casar a su hija, mi esposa , con usted.

- ¿¡Quien te crees!? - Dijo poniéndose de pie con molestia.

- Cierra tu boca y sientate Domenico.- Ordenó su padre, volviendo su mirada a mi. - No creo que las palabras de Don Ryle fueran con intenciones de ofender.

- Para nada. - Respondí. - Como lo dije, sólo digo lo que supe de mi suegro. - Añadí.

- Bueno bueno, mejor cambiemos de tema. - Intervino Don Ernesto con una agradable sonrisa. - Don Ryle, fue usted quien citó esta reunion y creo que todos estarán esperando saber el motivo como yo. - Añadió y asentí.

- Estuve revisando los últimos negocios que mi suegro tenía previsto antes de su muerte. - Conté. - Entre ello estaba la solicitud de compra que el señor Giuseppe le había echo con respecto a las acciones de una de las tantas empresas que tenían en asociación con mi difunto suegro.

- Yo no quería comprar sus acciones, él me las ofreció debido a que esa empresa estaba decayendo según sus palabras. - intervino Don Vittorio y la verdad es que no me sorprendió para nada la cara de sorpresa que todos pusieron.

- Don Vittorio. - hablé nuevamente. - Cómo lo dije anteriormente, revisé muy a fondo todos los negocios que mi suegro dejó pendientes, por lo tanto su solicitud de compra no pasó desapercibida para mí. - Continuó. - Junto a ella una carta en la cual hablaba sobre lo mal que la empresa iba y cosas así.

- ¿¡Que está queriendo decir!? - Gritó poniéndose de pie. ("Claro, de tal palo tal astilla.") - ¿¡Me acusa de querer estafar a Don Gabrielle!?

- Para nada lo estoy acusando, sólo estoy corrigiendo lo que usted dijo en cuanto a que mi suegro le ofreció su parte. - Contesté.

- ¿Haciendo negocios a nuestras espaldas, Don Vittorio? - Preguntó Mike, dirigiendo una severa mirada a el nombrado.

- No entiendo en que podría afectarlos que tuviera la parte de Don Gabrielle. - Contestó éste, ganándose incluso la mirada molesta de Don Ernesto.

- Don Vittorio, el 50% de las acciones de dichas empresas son de Don Gabrielle, bueno, ahora de Don Ryle. - Corrigió Don Ernesto. - Lo que quiere decir que cualquiera que compre esas acciones tendrá mayor poder sobre estás.

- Si quisiera vender. - Hablé, ganándome la mirada de los 6. - Lo que quiero decir es que... No tengo planes de vender esas acciones.

- Por favor . - Dijo riendo Domenico. - Tú solo eres el esposo de la heredera de Don Gabrielle.

- Soy el nuevo jefe de la familia Della Rovere y el apoderado de todo lo que la vincula, por lo tanto tengo el poder suficiente para tomar esa decisión. - Respondí. - Lo que me lleva a ofrecer una buena cantidad por las acciones de Don Vittorio.

- ¿Que? ¿Quieres comprar mis acciones?

- Usted no sirve para hacer negocios, lo considero alguien traicionero. - Contesté, viéndolo ponerse de pie y sacar su arma, la cual apunta en mi dirección. - No comprendo su actuar, después de todo estabamos hablando como personas civilizadas. - Añadí, indicando a Mannuele que guardara su arma.

- ¿Para eso era la reunión? ¿Para pedirme mis acciones? - Preguntó. - ¿Porque no lo hizo a solas? Después de todo esto no tiene que ver con...

- Porque no soy como usted, Don Vittorio. - Interrumpí. - Cada uno de los que están presentes, excluyendo a su hijo, tienen acciones en esa empresa, por lo tanto consideraría una falta de respeto el no mantenerlos al tanto de nuestros avances futuros.

- Niño, llevo mas años que tú en esto y...

- Vittorio, baja tu arma y dile a tus guardias que también lo hagan. - Intervino Don Ernesto. - No dejaré que le faltes el respeto a mi casa. - Añadió, señalando el restaurante. - Y para finalizar, también estoy de acuerdo con Don Ryle, quién hace negocios a nuestras espaldas es considerado traidor, por lo tanto también pediría que venda sus acciones.

- ¿Como dices Ernesto? - Preguntó Don Vittorio. - Llevamos años haciendo negocios juntos y...

- Tienes razón. - Lo interrumpió. - lo hacíamos porque no sabía las cosas que hacías a mis espaldas.

- Ese sujeto hizo acusaciones sin fundamento contra mi padre. - Intervino Domenico. - ¿Como pueden simplemente creer en sus palabras?

- En primera, tú padre no negó el echo de querer comprar las acciones de Don Gabrielle. - Habló James. - En segunda, creo que si le pedimos pruebas, tendra las necesarias para creer en sus palabras. - Añadió, volteando su mirada a mi. - Corrijame si me equivoco Don Ryle.

- Mannuele, ' Date loro le prove che supportano le mie parole. (Dale las pruebas que avalan mis palabras.) - Ordené, viendo a Mannuele dar un paso al frente y abrir el maletín en el cual se encontraban cuyas pruebas. - Señor Domenico, puede revisar si gusta, allí está tanto el pedido de compra cómo la carta que su señor padre envió a mi difunto suegro.

- Bien, estoy de acuerdo con la decision tomada por Don Ryle. - Añadió Michael. - Y supongo que mis hermanos tambien lo están. - Agregó, señalando a sus lados dejándome ver cómo ambos asentían. - Don Vittorio, somos cinco a favor de que venda sus acciones.

- Ernesto, fuimos amigos durante muchos años. - Dijo Don Vittorio.

- Mi padre dijo una vez, la amistad y los negocios van por separado - Inquirió Mike, apoyando su mejilla en la palma de la mano. - Venda sus acciones y siga con la amistad. - Finalizó, dejándonos ver el enojo en la mirada de Don Vittorio, quien molesto firmó la venta de sus acciones y se retiró junto a su hijo y guardias, añadiendo un "Se ne pentiranno" ( " Se arrepentirán")

Después de la marcha de los Giuseppe, charlamos un poco más de tiempo con los restantes, recibiendo una invitación por parte de Don Ernesto para que viniera a cenar con mi esposa, algo que no me pareció mala idea.

Después de acordar el día de dicha cena, decidí que era momento de regresar a casa, por ello me despedí de todos y marché rumbo a casa con los halagos de Mannuele, quien a cada rato formulaba un "Es genial, jefe" o "Soy su admirador" siendo que fué él quien me enseñó todo lo que sé ahora.

Al llegar a casa fui directo a mi habitación, encontrandola completamente vacía, sin rastro alguno de mi esposa.

Decidí visitar su habitación por si acaso, pero tampoco estaba allí.

Entre miles de preguntas en mi cabeza, bajé a el primer piso encontrando a Señora Loretta;  la encargada de la cocina, quien venía saliendo de mi despacho.

- Signora Loretta, sa dove si trova mia moglie? ("Señora Loretta, ¿Sabe usted el paradero de mi esposa? - Pregunté viéndola sonreír.

- La signora lo aspetta nel suo ufficio per brindare al suo successo. ( "La señora está esperándolo en su despacho para brindar por su logro. ") - Respondió y negué con una sonrisa, para luego caminar en esa dirección.

De seguro Mike, Jason o Michael, no perdieron la oportunidad de contarle a mi esposa sobre lo sucedido en la reunión.

- Buon affare, tesoro!  (" ¡Buena negociación, cariño.") - Pronunció mi esposa mientras descorchaba un champagne al momento en que abría la puerta.

- Al parecer las noticas vuelan. - Respondí riendo mientras me acercaba a ella.

- Sabes que tener amigos allí es un buen beneficio para mi. - Respondió mientras la envolvía de su cintura.

- Dejame adivinar, ¿Mike te contó todo?

- Mmm no, de hecho me envió la grabación de la reunión. - Dijo mostrándome su móvil. - No sabes cuanto me reí al ver la cara agria de Don Vittorio cuando descubriste su secreto, definitivamente me hizo el día, esposo mío.

- Jaja También tenía ganas de reír, pero tuve que aguantarme. - Respondí.

- Lo hiciste exelente, por ello tendrás un doble premio ésta noche. - contestó.

- Ya muero por recibirlo. - Respondí, apoderandome de sus labios y demostrándole cuanta falta me hizo en éstas horas.

" Te has robado mi vida completa, mio caro."

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Comments

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Solo Giada no percebe, y no quiere admitir que estar enamorada de Ryle, desde que están juntos como ella cambió. 😊😊😊

2024-04-06

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