4.

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Ryle Hudson.

Perdí la razón, si eso tenía que ser, pues de otra forma no había razón para explicar la locura que acababa de cometer.

Mi nombre es Ryle Hudson, un empleado de medio tiempo en el Chowder Pink, un restaurante con más de 5 años de trayectoria.

También contaba con otro trabajo, el cual era para una pequeña editorial, una que poco a poco decaía, yendo al final sin tener un comienzo.

Vivo en un barrio precario con mi pequeña hermana Maddy, quien estaba cursando su segundo año de primaria.

Perdimos a mi madre cuando ella tenía apenas dos años y de mi padre no sabemos absolutamente nada, ya que a el bastardo lo eché cuando supo del segundo embarazo de mi madre.

Cuando mi vida parecía no poder ser más caótica de lo que ya lo era, mi novia con la cual tenía una relación de 4 años, decide dejarme por alguien a quien consideraba mi mejor amigo.

No obstante de ello, me topo con una loca desquiciada que secuestra a mi hermana, obligándome a ir por ella.

Para empeorar todo, creo que es una loca obsesiónada, pues me a pedido que me casara con ella, añadiendo a ello que asegura ser hija del ex capo de la mafia, un hombre al que todo mundo le temía.

Días después de la visita dada en su mansión, no volvió a aparecer, algo que me llamó bastante la atención, pues si yo fuera ella, no dejaría ir a la persona que me debe medio millón de dolares.

- Señor, estoy terminando de alistarme, enseguida voy. - Dije al coger la llamada.

^^^- No te molestes, sólo llamaba para decirte que ya no puedes trabajar con nosotros.- Respondió, dejándome completamente helado.^^^

- ¿Como dice señor? - Pregunté, oyendo un suspiro por su parte.

^^^- Un cliente se quejó de ti y es la tercera vez esta semana. - Contestó y negué sin comprender. - Ya no puedo tenerte aquí Ryle, no sé cual fue la razón de tu cambio, pero no puedo tenerte más aquí.^^^

- Señor, por favor no me despida, déjeme.. - Y sin dejarme terminar de hablar, colgó la llamada.

¿Quejas? ¿Cuales quejas? ¡Esa mujer! ¡Estoy totalmente seguro de que fue esa mujer!

- Ryle, ¿Que sucede? - Preguntó mi pequeña, por lo que sólo la ví y negué.

- Nada de que preocuparse princesa, termina tu desayuno. - Respondí, acariciando su cabello.

No pasaron más de dos horas en las cuales había recibido la llamada de la editorial, anunciandome que los clausuraron por razones que ni ellos mismos conocían y ahora pasa esto. ¿Como puedo no pensar que fué esa mujer? No, sea como sea iré y pediré ver él libro de quejas, no pueden justificar sus quejas si siempre los atendí de la mejor manera.

....

____///________/////_______/////______

Error mío, no fue esa mujer quien puso quejas para que me echaran, pues segun el libro de quejas las firmas eran de Samael y Amelie, quienes decían haber sido atendidos por mi y de muy mala manera.

"Malditos."

- ¿Entonces? - Preguntó mi ex jefe, luego de extender su mano para que devuelva el libro de quejas.

- Quizas si los traté mal. - Respondí, chasquenado mi lengua. - Pero.. Antes de irme quiero hacerle una pregunta.

- Adelante. - Accedió.

- Si su novia se enreda con su mejor amigo y vienen a compartir su amor frente a usted ¿Como reaccionaria? - pregunté.

- Para empezar no creo que quiera atenderlos, pero sin tener otra opción derramaría sobre ellos las bebidas que pidieran. - Contestó y asentí.

- Bien, esa es la respuesta. - Finalicé, saliendo de el restaurante sin importar las veces que me llamara.

Iba bastante concentrado en mi camino, queriendo encontrar una solución rapida a este problema pero... Lo cierto es que los únicos en tomarme para un puesto concediendome el permiso de salir un poco ante para retirar a mi hermana de la escuela, fueron justamente los dos que me despidieron y la verdad es que siento no encontrar salida.

Un bocinazo llama mi atención, por lo que dirijo mi mirada a un lado encontrando el carro negro que nos regresó a casa a mi y a mi hermana.

No, no se habían cumplido las dos semanas, aún no podía mandar a alguien por mi.

- Señor Hudson. - Dijo aquel sujeto, el que hablaba Italiano solamente, aunque ahora veo que no. - ¿Me permitiría un poco de su tiempo?

- Dile a tu jefa que aún no se cumplen las dos semanas y ella...

- La jefa no tiene que ver en esto, ella ni siquiera sabe que estoy aquí. - Respondió y me sorprendí. - Puedo llevarlo a donde se dirige mientras hablamos. - Añadió y lo vi por un momento, no parecía un mal sujeto.

- De acuerdo. - Accedí, montandome en el carro junto con él. - ¿A que se debe la invitación repentina del que no habla español? - Pregunté, viéndolo sonreír.

- No es que no quiera hablar español, es que tanto la capo cómo yo creemos que entre nosotros hay un traidor y por ello me hace fingir no entender el español, ya que de esa forma sería mucho más fácil atrapar a el traidor. - Contó y asentí mientras la sorpresa inundaba mi rostro. - La razón por la cual le pedí hablar con usted fue justamente para persuadirlo por el asunto del matrimonio con la capo.

- Ya dije que...

- En verdad lo necesita. - Me interrumpió y voltee a verlo. - Sé que suele parecer alguien insoportable y dura, alguien que no se toma enserio cualquier advertencia que le pongan, pero es una chica solitaria, perdió a su madre desde sus 15 años y tuvo que someterse a ser lo que ahora es por causa de su padre. - Contó. - Yo.. Siento que si sigue sola por un tiempo más, los enemigos se aliaran para llegar a ella y así ponerle fin a su vida.

- ¿Y de que forma la ayudaría yo? No pienso disparar un arma ni mucho menos ponerme en peligro. - Respondí, viéndolo bajar su mirada.

- La ayudaría mucho, en parte justamente para que no termine casada con uno de los hijos de otros capos. - Agregó. - Aparte que teniéndolo a usted, nadie querrá acercarse sin conocer a el esposo de la capo.

La verdad es que sus palabras me dejaron pensando, pero aún seguía considerando que casarme con esa mujer sería entregarme en bandeja con sus enemigos y no obstante de ello, arrastrar a mi hermanita también.

- ¿Quiere saber la razón por la cual ella lo escogió a usted? - Preguntó y voltee a verlo asintiendo. - Porque creyó ver algo diferente a otros hombres, la lealtad con la cual defiende lo que cree suyo, el amor con el cual cuida a su única familia y la valentía por apostarlo todo con tal de mantener seguro a los suyos.

- ¿ Y en que momento fui valiente? Ella vió cómo ese tipejo me golpeaba y sin ir más lejos, ella también me abofeteó.

- Cuando entró a una mansión desconocida sin saber a quién se enfrentaría, sin importarle eso con tal de tener a su hermanita de vuelta. - Añadió y no dije más. - Señor Hudson, piense bien en su respuesta, porque no quiero que mi capo se case con uno de esos tipejos que se creen todo. - Agregó y bajé mi mirada. - La siguiente semana comenzará a buscar otro esposo.

- ¿Que? - pregunté. - Pero si ni siquiera pasaron las dos semanas.

- Aunque no lo crea, sus palabras con respecto a dañar a su hermana la hirieron mucho, por ello optó por perdonarle la deuda y buscar por otro lado un esposo. - Agregó y negué.

- No puede, ya me ofreció el trato a mi. -Hablé sin pensar, pues pensando bien el asunto conseguía liberarme de una deuda sin tener que aferrarme a una mujer que no amo, pero me molestaba el hecho de saber que ella buscaría a alguien más.

- Entonces no se demore, señor Hudson.

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Dos semanas más pasaron, dos en las cuales intenté acercarme a esa mansión, rechazando luego la idea y acobardandome para ver a la mujer nuevamente a la cara.

Mi pequeña dijo que estaba encantada con la mujer y que también quería ir a una de esas escuelas para ricos, pidiendo aprender más y salir de allí cuando tenga la suficiente inteligencia cómo su hermano mayor.

Luego de juntar el coraje, decidí llamar a Mannuele, quien se ofreció en buscarme, cosa que negué al decirle que estaba fuera de la mansión.

....

Bien, estaba echo y no había vuelta atrás, nos casamos pese a que lo dudé mucho, pero me enfureció el saber que luego de que le dijera que no fumara, ella se tomara mi advertencia como cualquier cosa y lo hiciera antes de casarnos.

Llegó la hora de dormir y la verdad es que un baño relajante en éste momento me vendría de lo mejor, dejándome descansar mucho más una vez estuviera rendido en la comoda cama.

.....

¿¡Porque!? Me dejé llevar por los deseos de mi cuerpo y no calculé que esto podría darle indicios de que hay sentimientos entre nosotros, cosa que no quería.

Pero soy humano, uno que llevaba tiempo sin tener sexo y la verdad... Verla tendida en mi cama con ese estupendo conjunto de lencería que le quedaba a la perfección... Me fue inevitable no caer en la tentación.

- Yo..

- Ya te lo dije anteriormente, él amor es un sentimiento traicionero y no va conmigo. - Habló, cubriendo su desnudo cuerpo con una manta. - Sólo fué un acostón de marido y mujer, espero que no lo lleves a más. - Añadió y asentí, pese a que sus palabras provocaron cierta molestia en mi.

- Pensaba justamente en lo mismo, saciarnos las ganas no tiene porque llevarnos a sentimientos que ninguno de los dos tiene. - Añadí y ella asintió. - ¿Ahora si me dejarás dormir?

- Ya me voy a mi habitación. - Respondió levantándose y me senté rápidamente. - ¿Que?

- Si vamos a tener encuentros sexuales, no creó que sea necesario dormir en habitaciones separadas. - Comenté viendola sonreír.

- Dormir en la misma habitación abarcaria a que tú y yo tenemos algo más que un acoston, entonces prefiero venir cuando tenga ganas y ya. - Respondió intentando levantarse pero la detuve por su mano, arrojandola nuevamente a la cama. - ¿Que haces?

- Resulta que ahora tengo ganas de hacerlo de nuevo, supongo que también tengo derecho a exigirlo ¿o no?

- Aquí me tienes. - Respondió sonriente.

Me coloqué sobre ella y entre con brusquedad dentro de ella, pues ciertamente su "Vendré cuando tenga ganas" me hizo sentir como un maldito gigolo al cual le paga por tirarsela y nada más, no contaba que fuera su esposo, no le importaba en absoluto que lo sea.

Comencé a moverme cómo un animal, oyéndola pedirme que fuera más lento, diciendo que le dolía, pero no me importó.

¿Sabe algo del dolor? ¿Conoce el significado de la palabra?

- ¡Detente! - Dijo una vez más y me detuve, viendola a los ojos, tan vulnerables debajo mío. - ¿ Estás loco? Te dije que me estabas lastimando.

- Perdí el control, lo siento. - Respondí, viendola voltear su rostro a un lado.

- Sal de mi. - Ordenó y asentí tratando de quitarme de ella, pero me detiene. - Despacio. - Volví a asentir, para luego sacar mi miembro completamente de ella, viendo cómo luego de salir de su interior, comenzaba a sangrar.

- Oh Dios, te he lastimado. - Dije alarmado, viéndolo girar para bajarse. - Dejame ayudarte.

- ¡No me toques! - Gritó molesta y la vi sentarse en la cama, para luego ponerse de pie y cayendo al dar dos pasos. - Mejor si ayúdame. - Dijo mientras mordía su labio inferior.

Rapidamente me dirigí a ella, tomándola en mis brazos y llevándola hasta el baño, una vez estuvimos allí, llené la bañera de agua mientras cada tanto la miraba y notaba como seguía sangrando.

- ¿Que vez?

- Creo que debería llevarte con el médico, estás sangrando mucho. - Respondí con preocupación. - ¡Oh Dios, soy un animal!

- No te sientas mal, hay ciertas fechas en las cuales las mujeres sangran por 4 o más dias. - Contestó con una sonrisa y la vi sorprendido, parpadeando una y otra vez.

- ¿Quieres decir que..?

- Sentí que comenzó a bajarme, por eso te pedí que te detuvieras. - Respondió y suspire molesto.

- ¡Lo hubieras dicho! - Dije molesto. - ¡Creí que sangrabas por mi culpa!

- Bien bien, lo siento. - respondió y voltee mi mirada en otra dirección. - Es que... Me daba vergüenza decirte " espera, me vino". - añadió y no pude evitar reír en su compañía. - Guau.

- ¿Que?

- Tienes una risa muy linda. - Agregó y volví mi mirada a la bañera para luego cerrar el grifo. - ¿Eres tímido?

- No volveré a tocarte. - Respondí, viéndola ponerse de pie.

- ¿¡Qué!? ¿¡Porqué!? - Gritó tambaleándose y rapidamente me acerqué a ella agarrándola para que no caiga.

- Mírate y vuelve a preguntar por que. - Respondí, cargándola en mis brazos y llevándola a la bañera. - Avisame cuando estés lista.

- Si sales por esa puerta, juro que no dormiremos juntos. - Sentenció y me giré a verla.

- Dijiste que...

- Oh vamos, está claro que no pensaba irme a mi cuarto. - Contestó y la vi sin decir nada. - Si no me vuelves a tocar, volveré a mi cuarto luego de dejarte con el miembro duro.

- ¡Hey!

- ¡Hey nada! - Me interrumpió, hundiéndose en la bañera.

Sólo negué con una sonrisa en mi rostro y me metí a la bañera junto con ella.

- ¿Que haces?

- Prometo que seré suave está vez. - Respondí, viendo la sonrisa atravesar su rostro y sintiéndola sobre mí, dejándome disfrutar nuevamente del placer.

Si, quizas no sea correcto volver a hacerlo con su regla pero... Mi cuerpo aclama por el suyo y no hay nada que el agua no pueda limpiar.

"Ella me vuelve loco."

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Comments

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Quiero saber quién se estar cuidando de un embarazo 🥰🥰🥰.

2023-11-05

6

Maris Benitez

Maris Benitez

Jejeje 😆 jeje 😆😆😅😅😅😅😅😅😅😅😅😅 creo que se van a llevar bien 💪♥️♥️♥️💓💓💓💓❤️❤️❤️❤️

2023-10-14

2

Elsa Elena Isasa

Elsa Elena Isasa

Esto no lo vi venir ! Era tomassino? 💖

2023-10-05

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