Horas después. En otra parte de la finca, Arturo se mete a los aposentos de su esposa, ella se ha quedado dormida con las manos apoyadas en la panza. Arturo la cubre con las mantas y le da un beso en la frente, esa acción hace que ella se despierte, pero no del todo.
— ¿Conde?
— Duerme.
— Conde le quiero...
— ¿Me quieres? — Arturo le sonríe y está por darle un beso.
— Le quiero decir que usted es muy malo conmigo. — Dice ella, y Arturo borra su sonrisa. — Usted se casó conmigo sin amarme, y ya han pasado 17 años y usted... Usted todavía no me ama.
— Catalina yo...
— Usted es incapaz de sentir amor. Por eso yo me niego a amarlo. Me niego. — Dice ella y se queda dormida de nuevo. Arturo se va de sus aposentos y al llegar a los suyos azota la puerta y tira las cosas que tiene. El ruido que hace despierta a Catalina, y se asusta, va a su puerta y la cierra con llave. — ¿Y ahora por qué está enojado? — Se pregunta ella.
....
Tres meses después Valeria se encuentra realizando todos los preparativos para su boda, ella recibe la invitación de su suegra para ir a tomar el té. Cómo quiere dejar una buena impresión se pone el mejor de sus vestidos, y las joyas más hermosas. También le pide a su madre que la acompañe, pues se sentirá menos nerviosa si ella está a su lado.
Catalina acepta ir con ella, pero Arturo no se lo permite, ella tiene una gran barriga, y no quiere que se suba al carruaje estando así. Malos recuerdos vienen a su mente, y no puede con ellos.
— Lleva a Leonor. — Ordena el a su hija.
— Conde me encuentro muy bien. Por favor permita que acompañe a Valeria.
— Ya he dicho que no. Leonor y siete guardias la acompañaran. — Dice el y ambas obedecen. Catalina ve a sus hijas marcharse y se siente mal por no haberlas acompañado, teme que la suegra de Valeria le haga una grosería.
— Ellas estarán bien. No te preocupes. — Le dice su esposo mientras intenta tocarla. Catalina se da la vuelta y mira con enojo al conde. — No me mires así. — Le pide el. Catalina da pasos para volver a la finca, al pasar a un lado de su esposo el la abraza. — Nuestro bebé está enorme. — Le dice el a modo de cumplido.
— Suelteme. — Ella intenta empujarlo. — Conde. — Esté la besa. Catalina se resiste unos segundos pero después se deja llevar hasta que el beso se acaba.
— Vamos a mis aposentos. Por favor. — Pide el.
— Es muy temprano. — Contesta ella con la cabeza agachada.
— Sólo los sirvientes están en casa. — El busca su mirada. — Yo sé que también lo deseas. — Catalina evita los ojos del conde. — Por favor. Te deseó. — Dice el y la besa nuevamente.
....
Valeria en camino a casa de su suegra va muy nerviosa, Leonor intenta calmarla platicando de otras cosas, pero su hermana rara vez le pone atención, por lo que ella mejor se pone a leer un libro. Al ambas llegar visualizan una finca muy hermosa.
— Esté lugar es muy bello. Mis hijos serán muy felices aquí. — Dice Valeria con entusiasmo.
— Hermana no creo que tus hijos crezcan en está finca. — Le dice Leonor.
— ¿Por qué no?
— El marqués y su esposa son los embajadores de Sorni en el reino de Vielle, seguramente tú y Fernando también lo serán.
— Yo espero que elijan a otros. No me quiero ir a vivir lejos de nuestra finca.
— Eso no depende de ti. Recuerda que debes seguir a tu esposo a dónde vaya. Es tu obligación.
....
Brígida, la madre de Fernando ha viajado tres días para ver a Valeria, ella está ansiosa por conocer a quien conquistó el corazón de su hijo, al verlas llegar, se da cuenta de quién es su futura nuera, pues Fernando se la describió como una mujer de ojos azules, cabello rojo y una figura muy bonita.
— Tú debes ser Valeria. — Le dice Brígida.
— Buenos días mi lady, soy Valeria, y ella es mi hermana Leonor.
— Es un placer conocerlas. Vamos al jardín, tomaremos el té ahí. — Ambas caminan detrás de ella. Brígida se sienta y las invita a sentarse, luego le pregunta a Valeria cuántos años tiene. Valeria le dice que quince, y ella se complace, pues no es tan joven.
— ¿Cuántos hijos quieres tener?
— Tres o cuatro. — Contesta Valeria. Brígida no está muy feliz con esa respuesta.
— Debes tener los hijos que Alá te mandé.
— Si. Tendré los hijos que Alá me de. — Responde ella para no ser maleducada.
— ¿Cuántos hermanos tienes?
— Tres, y uno viene en camino. Mi madre está embarazada.
— Qué alegría. Si Alá lo dispone el bebé nacerá con bien.
....
Después de la plática con su suegra, Valeria y Leonor vuelven a la finca de sus padres.
— Lady Brígida no me cae bien. — Dice Leonor.
— Hermana no te expreses así de mi futura suegra.
— Tiene muy malas formas.
— La gente mayor es así. No le pongas atención a las cosas que dijo. — Leonor no está muy contenta. Ella no quiere una suegra así para su hermana. Pero al ver que Valeria no cambiará de opinión, mejor se queda callada hasta que llegan a la finca. Leonor se va a sus aposentos y encuentra a su madre saliendo de los aposentos de su padre. Catalina se pone nerviosa.
— ¿Volvieron tan rápido? — Pregunta ella disimulando sus nervios.
— Tardamos más de cinco horas madre. Fue la fiesta de té más larga que he tenido. Lady Brígida no me... — Leonor nota una marca roja en el cuello de su madre. — ¿Madre te paso algo? — Ella se preocupa.
— No. ¿Por qué esa pregunta?
— Tienes un pequeño moretón en el cuello. y otro en tu... — Leonor le toca la clavícula.
— Es el piquete de un mosquito. — Responde Catalina y se cubre con su mano.
— ¿Te doy uno de los remedios que he aprendido? — Leonor pone cara se entusiasmo.
— Hija estoy bien. Voy a mis aposentos.
— Bueno. Si lo quieres me avisas.
— Claro hija. Yo te aviso.
....
En la cena Arturo ve los chupetes que le hizo a su esposa y se ríe, pues pasaron un día lleno de lujuria, si no hubiera sido por sus hijas que volvieron "rápido" seguro que hubieran continuado dando rienda suelta a su pasión.
— Leonor.
— ¿Si padre?
— Deberías prepararle a tu madre un remedio para la picadura de los mosquitos. — Dice el en tono serio, sólo su esposa se da cuenta de que en realidad quiere molestarla.
— Si padre. Lo haré. — Dice su hija feliz. Pues se siente incluida en algo importante.
— Leonor, a tu padre también le han picado los mosquitos, si preparas el remedio, dale un poco a el también. — Dice Catalina y mira con una sonrisa falsa al conde.
— Si hija mía, prepara mucho de eso. Por qué seguramente esos mosquitos me picaran está noche. — El mira con una media sonrisa a su esposa.
— Cierre bien sus puertas, así no lo molestarán conde. — Dice ella y se va de la mesa. El Conde se va unos minutos después.
— Saben. Por un momento sentí que mamá y papá no hablaban de mosquitos. — Dice Abel. Los demás también sintieron eso, pero todos son muy inocentes para conocer el verdadero significado.
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Comments
Sandra Garnica
Leonor es más inteligente que Valeria😏 porque Valeria es más tonta que su madre y no tiene nada de malicia en cambio Leonor si se parece más a su padre, porque al parecer Valeria se le va a repetir la misma historia que su madre😓😓
2025-03-31
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Alexandra Romero
Hay Autora que ese par ya se diga. que se aman como deben 😊😊😊😊😊😊😃😃😊
2024-07-07
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Sandra Mejia
jaaaaaaaaaaaaaa /Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/que mosquitos más salvajes o sea .
2024-06-25
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